Está en la esencia de la Disciplina Mental la búsqueda de aquella libertad que permita al operador sustraerse de las determinaciones y de los condicionamientos de la propia conciencia, trascendiendo hacia estructuras universales.

El modus operandi de esta disciplina es la meditación. Podemos distinguir varios tipos de meditación. Ante todo nos ponemos de acuerdo en precisar qué es la meditación, y también en definir los diferentes tipos de meditación que existen.

Existe una meditación natural en la que el pensamiento actúa como reflejo frente a los estímulos; se trata de una actividad reflexiva de la conciencia partiendo de las cosas que se perciben. Por ejemplo: veo la escalera y medito sobre eso. La meditación natural tiene en cuenta a los fenómenos externos. No se trata propiamente de un tipo de meditación, sino más bien de una actividad natural de la conciencia que se propone rescatar las presentaciones que coloca ante ella la naturaleza o el medio en general.

En la meditación simple la actitud del pensar va más allá de un reflejo ante algo. La mente profundiza y busca la raíz de incógnitas o intereses en general. La meditación simple es un paso más avanzado, va más allá de la “dictadura” del objeto que se presenta ante mis ojos. Aquí se va más allá de la simple presentación, se busca resolver incógnitas. Esta actitud inquisitiva y buceadora de la conciencia es un puente a la Disciplina Mental, que es el tercer tipo de meditación.

La meditación simple es indispensable para despejar el terreno meditativo haciendo, poco a poco, cesar los ensueños, los conflictos y los temas ajenos a esa práctica.

La Disciplina Mental enfatiza en los actos de conciencia y no en objetos de conciencia, aunque necesite referirse a éstos continuamente. El meditador se mueve en un clima de certidumbre y duda, de certezas y ambigüedades hasta dar con el punto experimental verdadero, es decir que si bien los pasos están claramente expresados, la experiencia de cada uno es tarea ardua y se realiza probando por una o varias vías hasta dar con precisión con el significado exacto, surgiendo la certeza y seguridad de la meditación. Interesa tener en cuenta esto porque es de la naturaleza del pensar y de la meditación esa duda y certeza alternada.

Hay numerosos temas relacionados con la Disciplina Mental, como es el caso de los niveles de conciencia. Aquí, la concepción de la conciencia es esencialmente dinámica e histórica y la diferenciación en niveles ilumina a diversas clases de actos según se efectúen en semisueño, durante el sueño, en vigilia o en conciencia de sí.

Los objetos mentales toman características propias del nivel de trabajo de la conciencia. Voy transitando por los diferentes niveles y, por consiguiente, van sufriendo modificaciones estos actos y objetos. Interesa señalar este punto para no creer que sólo serán importantes para la Disciplina los actos más lúcidos.

Además, es importante destacar que el proceso del pensamiento va teniendo correspondencia con el funcionamiento de los centros de respuesta.

Entonces, determinada la franja de trabajo mental se comienza por la entrada a la conciencia para bucear en ésta, descubriendo en el paso 5º la forma mental para trascender hacia estructuras universales.