La gente se ha quedado comentando estos 3 días, algo muy suave, muy lindo. ¿Qué es lo que pasó?

Todo lo que pasó tuvo que ver con una atmósfera, con un grupo humano que conectaba bien. No va por el lado de las cosas. Es por el lado de las personas que hay que mirar. Tuvo que ver con las personas, lo que sentía, la actitud. Un trato humano, un modo de relación de respeto, sin abusos ni aprovechamiento.

No es porque haya habido anoxia, que la gente se inspiró. No va por ese lado. No fue por las comodidades, o incomodidades del lugar.

Hay que buscarlo por otro lado, no por el lado objetivo.

La cosa era muy alta. Todo se iba positivizando.

Son los primeros pasos de una humanidad diferente.

Por ejemplo, habían vehículos de transporte para llevar viejitos e impedidos desde un lugar a otro y no habían colados para aprovecharse. Nadie se aprovechó de nada. No había abusones, ni siquiera por porcentaje habían abusones. No era lo que pasaba afuera, era lo que pasaba adentro… Era la gente. No era lo que se dijo, todo era con las personas, el modo de tratarse entre las personas. Por ejemplo, en cualquier grupo humano, siempre hay un porcentaje de colados. Aquí no aparecieron los colados, ¡raro! Tiene que ver con lo que le pasaba a la gente. Era un grupo humano que conectaba muy bien. ¡Ese es el gran secreto! Era un espacio mental diferente. ¿Y si eso pasa con 100.000?

Si eso pasa con 100.000 personas, se derrumban las instituciones. No es el golpe de estado trotskista. Es por presión de la gente, que se desarma.

Con 100.000 personas Mendoza no aguanta, el aeropuerto alcanza para 3.000 personas. Los buses desde Buenos Aires, Santiago y Mendoza llenarían las carreteras. El gobierno deberá encargarse. Se podría acampar pasado el puente entre los dos ríos, en los terrenos fiscales.