No hay propuestas de nuevos organismos. Se ponen en marcha desde los consejos; si resulta oportuno a un consejo poner en marcha un organismo, deberá consultar con los otros consejos de ese lugar.

Ya no tomamos datos de estructura en organismos en los censos. El Delegado General a cargo podrá informar en la reunión del consejo.

En el caso de Chile, se armó un plantel que empezó a funcionar; la conyuntura favorable hizo que el plantel no llegara a cubrir el espacio posible. Gracias a un trabajo bien hecho y con un apoyo potente se ve que el organismo podría insertarse muy bien en el medio. El Movimiento apoya entonces el organismo, desactivándose como tal. No conviene entonces que los que no se integren al organismo sigan con actividades del Movimiento, ésto desreferenciaría.

En el caso de Colombia, La Comunidad está funcionando como actividad del Movimiento, no existiendo un plantel. Se ve conveniente ir atendiendo a quienes puedan tener más aptitud para desarrollar el organismo a futuro. No formamos un plantel hasta que el orientador del lugar no tenga el nivel de coordinador. En ese momento se podrá designar una misión y un equipo de unas diez o quince personas, que ojalá se puedan dedicar exclusivamente a eso.

El organismo tendrá que tomar su forma (Consejo directivo, socios, etc.) y producir sus materiales.

La Comunidad no es un organismo místico pero tiene una suerte de atmósfera de mística social. La Comunidad tiene una atmósfera más propia de la relación humana, social, que de la política.

En el caso de Los Verdes, no hay ninguna recomendación particular. Se destaca que hoy en día no existe un monopolio político del tema verde.

Con este tipo de actividad estamos capacitando gente nuestra en cosas que no le son comunes. Podemos ganar mucha influencia en el medio. En todo caso ésto no lo medimos por el éxito o no de la actividad; siempre es aprendizaje para nosotros.

Si no, ¿cómo se capacita la gente? A la llegada de un Movimiento social amplio, si no hay esa capacitación va a haber problemas serios de cuadros.

Con referencia a ese tema se hicieron las siguientes observaciones:

– Es conveniente comenzar con la actividad y formación de un plantel; es muy distinto si experimentamos primero con un plantel: así podremos corregir cosas, experimentar, ver la gente que funciona mejor, etc. Se da una misión a un delegado general, o alguien cercano a este nivel que lo adquiere por la misión.

– siempre preferimos la designación a la autopostulación. En terminos generales, la autopostulación falla. Cuando es por autopostulación, no podemos saber que es lo que está primando en los intereses de la gente.

– la afluencia de gente del Movimiento no es tan aprovechada si no hay un plantel donde haya experiencia, correcciones, etc. Necesitamos una forma inicial, un cristal inicial, sobre la cual agregar posteriormente. Si no fuera así no sirve sumar el Movimiento para apoyar determinadas actividades. La mecánica parece importante: que se parta de la capacitación de un plantel.

– al converger distintas líneas en el plantel, la gente no puede estar tironeada desde dos lados: por la orientación del Movimiento y la del organismo. Cortamos entonces la orientación del Movimiento para aquellos que se aplican en el plantel. En este sentido hay que tener la mano abierta, a la hora de sacar un organismo en cualquier punto, tendremos que considerar este punto de que los que se integran a un plantel no pueden estar tironeados por su orientador. Necesitamos visión de proceso y mano abierta, aquí está en juego una actitud sicológica.

– Las estructuras del sistema son cada vez más cáscaras vacías. Nuestros organismos aspiramos a que tengan «vida interna». En este sentido el traslado de nuestros códigos del Movimiento a ciertas actividades de los organismos, lo vemos de mucho interés. Este es un elemento por el cual nos diferenciaremos.