Hoy reveremos el libro de circulación interna: Normas y Ceremonial y también el Libro de La Comunidad.

Las Normas, cosas antipoéticas y literariamente mezquinas, (risas), son además cauces rígidos por los que fluye nuestra actividad conjunta.

¿Qué pretendemos en su introducción y con esa metralla de cincuenta y siete artículos?

En su introducción, pretendemos definir sumariamente a La Comunidad, resumir su doctrina, el sentimiento que la anima y la forma de vivir que propone. También la introducción relata brevemente su proceso y aclara la participación de sus miembros.

Con las Normas se pretende por lo menos tres cosas diferentes:

  1. Primera: Dotar a La Comunidad de reglas de juego claras para que las actividades, funciones y niveles sean conocidos por todos los miembros del mismo modo.
  2. Segunda: Dar dirección a los procesos estructurales de acuerdo a un régimen de promoción, de acuerdo a sistemas de misiones y de acuerdo a modos de trabajo.
  3. Tercera: Proteger a los miembros de situaciones irregulares que pudieran producirse.

Ejemplo: artículo 15 «No se podrá excluir ni expulsar a ningún miembro cualquiera sea su nivel. Tampoco se lo podrá obligar a que pierda la calidad adquirida, salvo en caso contemplado en el artículo siguiente» y el artículo siguiente se refiere a la perdida de calidad del miembro aceptado, por desmejoramiento de las condiciones estructurales que le dieron origen.

Así este original artículo 15 prohíbe, explícitamente, la expulsión de cualquier miembro. Esto, no es muy frecuente en las organizaciones que funcionan por el mundo.

Segundo ejemplo de protección: el artículo 24 prevé el pase de línea cuando un miembro lo solicitara. De manera que si alguien se sintiera disconforme con quien orienta su línea o con los otros miembros de su grupo, o sencillamente tuviera necesidad de moverse de la estructura en que se encuentra, podrá solicitar el pase sin que pueda impedirse que su petición prospere.

El artículo 25 prevé otro caso de pase por cambio de residencia.

Tercer ejemplo de protección: los artículos 12, 13 y 14 prevén que los miembros puedan autoexcluirse de un nivel dado buscando el lugar que mejor les acomode en su posición estructural.

Cuarto caso de protección: el artículo 11 prevé el caso en que un miembro a causa de dificultades que pudiera tener en ese momento, entre en el régimen de licencia por un año, para reintegrarse en el mismo nivel del que salió, sin pérdida alguna de calidad.

Y así, hay muchos artículos que tienden a proteger a los miembros de acontecimientos desafortunados.

La teoría de la organización en que se basan las Normas es la siguiente:

Un cuerpo, que es La Comunidad. Organismos que son de dos tipos: organismos en formación y organismos ya bien formados. También existen Organismos transitorios.

Funciones entre los organismos y miembros con los que actúa el cuerpo de la Comunidad.

Así es que: cuerpo, organismos, funciones y miembros.

También hay por cierto, receptores, o válvulas de admisión de elementos del medio externo; válvulas de admisión en los niveles del medio interno; efectores hacia los medios interno y externo; modos de trabajo de niveles y funciones, y reguladores de funciones que operan como orientadores o coordinadores de trabajo.

La multiplicación de este cuerpo, no funciona por simple agregación de elementos como si fuera creciendo sin límite, sino que existe la división de organismos y, por último, la duplicación, triplicación, etc., del cuerpo original.

En cuanto a la circulación de la energía en el cuerpo, es necesario que ésta ocurra de nivel en nivel y por líneas separadas, para evitar su bloqueo o su aislamiento en algunos puntos del circuito.

El cuerpo funciona según ciclos y ritmos que están específicamente fijados en el tiempo.

Existen también mecanismos de recomposición en el caso de algún deterioro y reorientaciones en el caso de pérdida de dirección.

Por último, una situación que fuera catastrófica para el cuerpo, si dejara vivo a un sólo elemento, daría de todas maneras margen para reconstruirlo completamente y garantizar así su paso a través del tiempo.

Esa es, a grosso modo, la teoría de la organización de la que se nutren las Normas.

Las Normas son acompañadas por el Ceremonial, ya que las promociones y los ciclos organizativos, dependen de ciertas formalidades a las que llamamos precisamente, ceremonias.

Pero, a parte de las ceremonias de promoción, existen otras que llamamos ocasionales y que cumplen con la función de fijar referencias sicológicas o existenciales en los partícipes.

El Libro de Normas y Ceremonial debería ser entregado a todo adherente que esté en condiciones de integrarse a la estructura como activo.

También, debería estudiarse con él, aunque fuera brevemente, para que una vez que fuera incorporado, conociera perfectamente las reglas del juego.

Son muchas las personas que se interesan en nuestros trabajos pero que no se sienten a gusto participando activamente del cuerpo organizado.

Para ellas, la calidad de adherente, es suficiente ya que no asumen ningún tipo de compromiso y sin embargo, pueden beneficiarse con nuestra tarea. No es correcto que una de esas personas sea integrada al cuerpo sin conocer como funciona. De proceder así, al poco tiempo se sentirá sorprendida por las reglas de un juego que no conoce. De esta manera, crearemos malestar en ella y en otros partícipes.

Nosotros no pretendemos incorporar obligatoriamente a nadie, precisamente por ello es que existe el nivel de simple adherente; pero, si alguien desea una participación más activa, debe conocer nuestras Normas antes de integrarse, para decidir si ello será conveniente para él y para el conjunto.

No debemos forzar a nadie a jugar al ajedrez; pero si alguien se interesa por el juego, deberíamos enseñarle las reglas.

Desde luego que puestos en marcha no será el caso, de que mueva las piezas arbitrariamente.

Por último, como a los ojos de algunos pudiéramos no ser la única posibilidad, siempre queda para ellos la alternativa de prescindir de nosotros y, en esa libertad de elección nadie debería contrariarse por nuestra simple y pacífica existencia.

Propongo ahora a todos ustedes una veloz revisión del Libro de Normas y Ceremonial, destacando que no contamos con más de una hora para esta tarea. Dada la cortedad del tiempo que tenemos, rogaría que en las mesas de trabajo se estudiara solamente las Normas, aclarando las dificultades que pudieran tener para aquellos que son más nuevos en esta tarea.