El tema de la segunda reelección, no nos interesa. Hay que decirlo con toda claridad. Nos importa un carajo Menem, la Alianza y toda la política del sistema que destaca y peralta lo que es secundario. A nosotros nos interesa la gente, su salud, su educación, su ocupación, su calidad de vida, nos interesa que el voto sea optativo y dejar clara nuestra oposición al pago de la deuda externa hasta tanto no se conozca cómo se produjo. Necesitamos despegarnos claramente de los otros partidos. El tema de la segunda reelección (o re-reelección) es una distracción de los problemas de fondo en la que participa tanto el gobierno como la seudo-oposición. En nuestras campañas deben quedar de un lado el gobierno y la falsa oposición como una misma opción, y nosotros enfrente de eso. Claramente no estamos en lo mismo.

Nos interesa que el voto sea optativo, para que quede claro que un sector importante de la población no va a votar porque rechaza todas las ofertas que se le presentan. Esta situación que le parece alarmante a la partidocracia del Sistema, no es más que un sinceramiento de la situación real de la sociedad.

Nuestras estructuras y votantes vienen precisamente de la gente que rechaza al Sistema, no de sectores del peronismo, o del radicalismo u otros. Nosotros criticamos a todos los partidos del Fondo Monetario Internacional, tenemos una propuesta original y no vamos a hacer alianzas con nadie. La gente tiene que tener claro esta postura nuestra bien definida desde ahora. La referencia la vamos a dar con posturas bien perfiladas, no con claroscuros o grises. Esto no nos va a costar nada porque es lo que hemos venido haciendo, a lo sumo habrá que acentuar las tintas.

La deuda externa no se va a pagar hasta tanto no se sepa claramente cómo se constituyó. Incluso podemos ir un poco más adelante respecto de posturas anteriores y aclarar que no vamos a pagar nada de la deuda contraida durante la dictadura militar, por cuanto hubo una apropiación ilegítima del poder y contrajeron deudas sin tener mandato para ello, que debemos pagar todos. Los banqueros tienen que asumir el riesgo de haber fabricado una deuda en connivencia con militares que habían usurpado el poder.

Tenemos que enfatizar esto y otros temas y sostenerlos con cifras y argumentos y rechazar al conjunto de los otros partidos políticos del Sistema. La gente amiga de la izquierda puede venir con nosotros y ser candidatos independientes en la boleta del PH. Con ellos buenas relaciones pero nada de frentes.

Debe quedar bien claro a la gente que el Partido Humanista no es furgón de cola de nadie y nosotros no tenemos la problemática de la segunda reelección. No nos interesa. No creemos en la legalidad vigente, ni en las bondades de la Reforma Constitucional del ´94 que fue producto del Pacto de Olivos, y tenemos un proyecto propio que queremos compartir con la gente. Nos conviene enfatizar en nuestros proyectos y no nos interesa el tema de Menem y tampoco creemos en la justicia actual.

La dependencia de los partidos del Sistema es total con respecto a éste. Si viene Clinton tienen que acudir y ahí va la señora Fernández Meijide a EE. UU. a decir que son «del mismo palo»; si Menem cree que don Clinton «necesita» algo, ahí va el gobierno presuroso a chuparle las medias o alguna otra cosa. La llamada oposición siempre está esperando el resultado de las encuestas para fijar su posición y cuando no las tienen a mano, no dicen nada, o dicen cosas contradictorias. Recientemente el tema Irak fue revelador de todo esto.

Los formadores de opinión responden a intereses similares a los que condicionan a los partidos políticos. En un momento afirman una cosa, ponen como modelo a un país, y en un segundo momento, cuando ocurre todo lo contrario, simplemente no dicen nada. Hablan o escriben sobre otra cosa. Es el caso de los «Tigres del Asia», los países que se ponían como ejemplo de producción y orden económico. Nadie habla de ellos ahora. Los formadores de opinión que citaban y ponían como ejemplo al mercado asiático, en particular al Japón, hoy, después de la crisis de la bolsa de Hong- Kong, no dicen nada. Se callan. Cuando se produjo el problema financiero y bursátil en México, los periodistas lo presentaron como algo normal y propio de una economía subdesarrollada. El «efecto tequila» era algo posible. Ahora que cayó la economía del Asia y que Japón está sumergido y con problemas tercermundistas, los formadores de opinión no dicen nada. Será gracioso ver qué hacen cuando se produzca el «efecto whisky».

El modelo yanqui, al contrario de lo que tratan de vendernos, no tiene nada de bueno para la gente. Es bueno para los grandes capitales, pero es la gente la que sufre la inseguridad de los francotiradores que los matan en las calles, de las mafias, de los empresarios corruptos que sobornan funcionarios del gobierno, de los niños que van armados a las escuelas, de la inseguridad generalizada que les termina brindando un nivel de vida deplorable. Sin embargo los formadores de opinión todavía tratan de vender el modelo porque es la orden de las multinacionales que les pagan.

Nosotros tenemos que ir a lo nuestro y nada más. No podemos perder tiempo con los temas del sistema ni aceptar los temas que ellos ponen.

Se vienen épocas peligrosas, habrá momentos muy duros y surgirán cosas propias de otras épocas como el culto a la personalidad. Todo lo que había perdido fuerza en la década del ´60 y posteriormente, vuelve. Cosas duras con perfil definido y personalidad fuerte es lo que se va a imponer y conviene que nosotros nos posicionemos y demos señales con estas características.

La tónica va a ser proponer cosas para hacer. Todo el tiempo estaremos proponiendo a la gente cosas para hacer.