Lo característico de nuestra actividad es la diversidad. Estamos haciendo muchas cosas, aprovechemos la diversificación. Pero es muy importante saber como vamos a prioridad.
Prioridad 1: La acción política.
¿Qué pasa entonces con los que no tienen vocación por este tipo de actividad, con los que están en un club de pintores por ejemplo? A quien no tiene vocación, no le gusta, no lo arrastramos a eso. No forcemos, no va a funcionar, pero podemos intencionar en que, en cualquier actividad que se haga termine dándonos adherentes.
El conjunto prioriza la acción política.
La priorización estratégica es una línea muy importante. Si no se prioriza, queda todo bailando, no se estrechan filas.
No anulamos las iniciativas (que florezcan mil flores) pero priorizamos.
Priorizamos la acción política, precisamente porque ahora se están derrumbando las instituciones políticas. Ahora la gente no quiere a los partidos políticos, ya lo dijimos hace más de 20 años. Pero ahora salimos con nuestro partido político y la gente se afilia, adhiere. Será porque no tenemos el modelo de los políticos, no tenemos su estilo, los aborrecemos.
Tenemos que respetar nuestro perfil propio y no parecernos a nadie. No a los relativismos, estos son un indicador de la tendencia del sistema de la desestructuración. No nos interesa mimetizarnos con los otros políticos, sino diferenciarnos claramente por un tono no político, un trato humano personalizado y las demás características que distinguen el Movimiento.
Todo lo que hagamos, hagámoslo con perfil propio. El PH con su estilo y su perfil propio. Cuanto más anodino sea, menor interés va a recoger. El menor relativismo posible. No complicado con ningún otro partido ni cosa. Perfil cada vez más fuerte y claro.
Estamos priorizando el momento político, metámosle mano que es el momento oportuno. Hay una transformación muy grande.
Los nuestros han descubierto que el diálogo con la gente es fácil, ya no somos marcianos.
Ahora necesitamos que la gente nos ayude en la acción. Toda actividad, toda difusión tiene como destinatario al adherente, que son quienes van a construir la cosa.
La gente está creciendo, se está engrandeciendo, se está retirando de todo, porque estas instituciones les están quedando pequeñas.
La gente está asfixiada y la gente se sacude y este sistema empieza a perder el control. Esta perdida de control es lo que llamamos desborde.
Estos pueden pasar en todos los campos. El desborde no es solo romper vidrieras. Desbordarse es salirse de los controles del sistema. Por ejemplo, desbordes espirituales, fuera del control de los “armatostes”.
Hoy la gente se está saliendo de los controles de la empresa, del estado, de la familia, del súper yo social, de papá y mamá, y empieza a dar señales de salirse de los controles financieros; la gente se asfixia y el desborde va. En el sistema cada vez vamos a escuchar más: regimentación, policía, control social, de los mismos que hablan de la tierra prometida y de la sociedad libre. Van a terminar en la sociedad del control. Esa no es la sociedad que nos habían prometido.
Entonces, adherentes altamente arraigados, con relevadores y con la intención de producir efectos demostración.
¿Estamos bien o estamos mal? En un año vemos que pasa.
La gente ha trabajado bien. Luego de tanto esfuerzo sería una pena no tirarnos a la pileta.
Recursos personales tenemos muchos, no desaprovechemos esas reservas.
Un año no es mucho
Las cosas no podrían estar mejor para nosotros. Hemos trabajado 30 años, un año más no es nada.
Necesitamos aplicar todos los recursos, todas las cualidades.
Esto necesitamos conversarlo bien con cada consejo, con cada grupo, con cada uno y en cada nivel.