Nos ocupa el tema de los adherentes. Estamos dirigidos a ampliar el universo de adherentes. ¿Qué hacer para ampliar el universo?
Ampliar el universo de adherentes no implica, mecánicamente, ampliar la estructura. Si estuviéramos en que cada diez adherentes ingrese uno a la estructura, estaríamos fuera de la idea. No tenemos que relacionar el número de adherentes y el número de estructura entre sí. No hay que sacar este tipo de relaciones.
Ustedes conocen bien el proceso, se comenzó desarraigado (dispersiones), nos costó bastantes años tiempo y esfuerzo arraigarnos.
Hace muchos años comenzamos con este asunto, lo planteamos en términos de mundialización. Rápidamente nos dispersamos hacia otros países, hacia el mundo. Esa tendencia nunca disminuyó. Ahora también pensamos en términos de mundialización en todos los campos, la cultura, las relaciones, los códigos.
Fue un lío llegar a un barrio, hacer los primeros contactos, meter la hoja de barrio y el local. Además lo hacía alguno que no era del lugar.
Luego dimos un paso más adelante, ir a las casas.
Hemos trabajado como por capas geológicas. El arraigo es para nosotros la capa geológica básica y sobre ella montaremos la capa de adherentes.
Nos tenemos que montar en el arraigo, esa es nuestra base para montar ese sistema de relaciones autosostenido y creciente.
¿Cómo haría un consejo con 50.000 no arraigados? Estaría frito, no podría seguir. El objetivo es el adherente arraigado. Por ejemplo, un solo edificio es una posibilidad de arraigo rápido para quienes no están instalados en un barrio con una hoja y una publicación. Esto puede ser útil en las grandes ciudades, trabajar dentro de un solo edificio o arraigarse en la manzana donde se vive. En las ciudades más chicas es posible utilizar el mismo criterio extendiéndolo a varias manzanas alrededor de donde se vive o en los lugares de trabajo o estudio.
Cuando nos movemos a cualquier punto, buscamos el arraigo. Actualmente eso es lo que hacemos y no llegamos a un lugar buscando hacer fuertes instituciones, asociaciones o el partido. Lo primero que hacemos es buscar el arraigo.
Nos interesa el adherente activo, no solo el adherente que reciba cosas, sino que sea activo y arme su red de adherentes.
¿Y la estructura qué? La estructura debe crecer como resultado de la decantación de adherentes.
Nuestro tema es el cultivo del adherente y que éste se vuelva relevador.
Toda actividad debe estar con la mirada puesta en atraer adherentes, que a su vez se vuelvan colaboradores, relevadores. Toda actividad debemos mirarla desde esa óptica.
Desde el vamos, al planificar esta actividad, hay que pensarla en como va a terminar en adherentes.
Muchas de las actividades políticas están pensadas para que las lleven adelante los adherentes (candidaturas independientes, afichadas, pintadas).
Nosotros no apuntamos al gradualismo, sino al efecto demostración. Basta trabajar en un punto y que luego se multipliquen, que se produzca inmediatos acercamientos de gente.
Cuando logras producir un efecto demostración, esto produce derrumbe en tus números críticos (esos números en que siempre se está). Cuando logras producir un efecto demostración esa situación, saltas a otros números.
El trabajo con el adherente empieza con una ficha con sus datos, continúa con la frecuentación y aspiramos a que, en un tiempo se convierta en un relevador. El papel de la estructura es fundamental. La estructura es la que pone en marcha este proceso y crecerá como resultado de la decantación del trabajo con los adherentes. La experiencia realizada por algunos consejos demuestra que el 30 ó 35 % está aplicado al tema de los adherentes y nos interesa subir ese porcentaje.