Cualquier miembro del Movimiento puede participar de la organización y dirección de la estructura siempre que desee asumir los compromisos del caso en base a los criterios que pasamos a comentar.
Esto de «cualquier miembro del Movimiento» quiere decir que rápidamente lo integraremos al Movimiento aunque eso no quiera decir participar de la estructura. La cosa es involucrarlo.
Todos son del Movimiento ya sea que estén en aparatos, comisiones, grupos, CCD, o lo que sea. Ese nombre («Movimiento») es lo que les va a dar cierta identidad, homogeneidad mínima y concepto de pertenencia a.
Que diga «pertenezco al Movimiento», «soy parte del Movimiento» ya es suficiente. Desde luego que ojalá participen en actividades, pero aunque así no fuera, por el solo hecho de considerarse del Movimiento ya lo serán.
Tiene que ser parte sin condiciones. «Si usted se considera, es; y si usted dice que es, nosotros lo consideramos». Y ésta es una de las organizaciones más flexibles que se pueden soñar. No necesitamos carnet, ni requisitos, ni normas. En esta época ya es un requisito importante que el tipo diga que es parte de una cosa.
Es un avance extraordinario. Para formar parte del Movimiento no es necesario hacer nada: basta considerarse parte. Si hace o no hace no importa, ya procuraremos que haga algo. Esto es muy importante, la participación debe ser fácil y sin condiciones. Deberá entender 2 o 3 ideas fundamentales: que es preciso buscar coherencia en el pensar, el sentir y el actuar y que esa coherencia debe llegar al trato con otros… Esa es la diferencia que tenemos los miembros del Movimiento con otros: que vamos en esa dirección. Entonces, suficiente con que vaya incorporando esto de que «no es indiferente lo que usted haga, es preciso hacer las cosas bien»; «lo que se hace afecta a otros»; «debemos buscar coherencia»; «modificar el medio…» Esas serán palabras de uso corriente.
Cualquier miembro del Movimiento puede participar de la organización y dirección de la estructura…
Los nuestros van a apuntar a todo los que parezcan aptos, para entrar a la estructura, pero ya no volviendo al manoteo porque se sabe que luego habrá colectas, movilización del medio, etc. Invitaremos a participar a los que veamos adecuados para movilizarse.
La estructura del Movimiento está formada por consejos de aproximadamente diez personas. Estas continúan produciendo el crecimiento con la misma conformación.
«De aproximadamente 10…» No nos preocuparemos mucho por eso. No pongamos palos en la rueda a la base. En cuanto a las proporciones en el caso de las mujeres, se supone que sabemos lo que hace el sistema, que discrimina a las mujeres, por eso nosotros compensamos en la estructura de 7 en 7.
Un Delegado de Grupo es miembro de un consejo de base promoviéndose a Delegado de Equipo cuando forma su consejo; luego se promoverá a Delegado General, a Coordinador, etc. dependiendo todo esto de formaciones acumulativas de diez en diez. Se trata de una organización y de un sistema de promociones basado en el trabajo humano de un miembro que orienta el consejo que formó.
Hay que olvidarse de las adscripciones, que en casi todos los casos mostraron muy malos resultados, así que cada uno orienta la estructura que formó.
Sin embargo, cualquier orientador puede ser objetado por el mal desempeño de sus funciones cuando la mitad más uno de los miembros de su consejo decidieran separarlo de la orientación.
Si alguien es objetado por la mitad más uno de su consejo, cesa en su actividad. Y si se trata de tipos que embroman a otro interesante, tampoco es nuestro tema meternos ahí. Y si efectivamente son gente de mentalidades inadecuadas, que el orientador se ocupe de que no formen parte de la estructura, o de que ¡transformen su mentalidad!
¿Qué más se podría decir? ¿Qué ésto podría dar lugar al manoteo? ¿Y para qué podrías querer una estructura así? «Es que la gente se comunica entre líneas y se des-referencia…» ¡Linda estructura esa que tienes, que se des-referencia por eso!
Desde luego, los miembros de un consejo pueden hacer abandono de él, tomar licencia temporaria, o autoexcluirse de la estructura sin perder por ello su calidad de miembro del Movimiento.
Al planetar las cosas en estos términos, estamos creando condiciones para que los orientadores se vean compelidos a estar atentos a su estructura, estamos creando situaciones que nos permitan lograr lo que hasta ahora las recomendaciones no lograron. Entonces los orientadores van a ser orientadores: con comunicación entre niveles, etc. Claro está que esa libertad nos puede crear problemas porque todo lo que no está vuela, pero en cambio va a quedar muy bien definido lo que sí está.
Y por cierto que si alquien se autoexcluye de la orgánica pierde la calidad de miembro de la estructura y no del Movimiento.
Los consejos cuentan con funciones administrativas y de apoyo que colaboran con el funcionamiento global y en ningún caso con el desempeño personal de los orientadores.
No está en el espíritu de lo nuestro que los sectores «sirvan» al orientador. Las funciones colaboran con el orientador en el mejor desarrollo de las actividades del conjunto. ¿Cómo podríamos sostener la actitud contraria coherentemente con lo que predicamos?
Los pares no objetan a administrativos o apoyos. Si el orientador los puso, él es el responsable. Lo que sí podrían hacer los pares, por ejemplo, es no apoyarlos y entonces será difícil avanzar. El orientador verá entonces si los reemplaza, pero si insiste en sostenerlos, podrían objetarlo, por ejemplo. Hay que explicar ésto hasta la base, para que se sepa que si se designan sectores inadecuados van a surgir resistencias legítimas de los pares, pero en definitiva son los orientadores quienes deciden. Y no se trata de hacer revisiones, no nos interesa lo anterior: nos interesa de aquí en más.
No queremos poner a los sectores en situación de indefensión respecto del consejo a fin de que no tengan que estar encubiertamente «al servicio de sus pares» (pisando huevos), sino de la cosa general. Lo mismo pasaría si estuvieran «al servicio del orientador»
Y si notáramos algunas de esas actitudes en la línea, advirtamos a los nuestros sobre el error que pueden estar cometiendo.
Si proyectamos a los sectores como delatores o sirvientes, imagínense en qué podríamos terminar: ¡una suerte de KGB o Gestapo! Si se proyecta esa actitud a toda una sociedad… ¡imagínense! Ni genuflexiones, ni chismes. Nada de eso.
Otro tanto pasa con las relaciones personales, que tampoco se aprovechan para nada de eso. ¿Qué tendrían que ver ambas cosas entre sí? Hay que darle un corte a todo eso porque crea una mentalidad muy negativa.
Es muy importante entender estas cosas bien. Si vamos a alinear, alinearemos todo, y lo primero que hay que alinear es el espíritu.
La economía de la estructura del Movimiento es autónoma y no puede aceptar aportes ni donaciones de ningún particular ni organización. Su economía, por tanto, funciona en base a una colecta semestral personal que no puede superar el cuarto del sueldo mensual del país en que se realiza.
El Movimiento es autónomos y no puede aceptar ni reclamar aportes de ninguna organización, entidad o particular. La contribución es personal y semestral. Esto es importante: debe ser personal. Y no importa lo hecho hasta aquí, ahora estamos alineados.
Podrían levantarse fondos para otras cosas (poner locales, mandar misiones, etc.), pero no para poner las colectas.
Lo recaudado se divide así: el 25% queda en el consejo de Delegados de Grupo; el 25% en el de Delegados de Equipo; el 25% en el de Delegados Generales y el 25 % en los siguientes niveles.
¿Cómo se distribuyen los fondos? En casos de caídas estructurales en que quedan primeras y segundas instancias, habrá que resolver la distribución en cada línea, pero es claro que no se pueden movilizar a las primeras instancias porque las segundas instancias tengan que moverse. Eso estaría fuera del espíritu y del concepto de orientación. A futuro habrá que construir bien para que esas situaciones no se den, pero si no se pueden hacer ciertas cosas porque la estructura se deterioró, entonces no se hacen. Hay que aplicar proporcionalidad y la construcción será más real.
No trasladaremos la memoria de las Normas a la nueva etapa de proceso, porque sería trasladar también la memoria de los errores.
Un orientador decide, pero primero toma en cuenta todos los puntos de vista, revisa, escucha, habla con uno y con otro, percibe las sensibilidades, para operar dentro de lo posible.
Queremos orientadores, gente reflexiva que no sólo hace cosas por las suyas. Un orientador hace todo eso, pero finalmente es él quien decide. Esa es nuestra forma. Y si no, «ya sabe donde está la puerta». Y si están todos de acuerdo y el orientador no «él sabe donde está la puerta»
La estructura fija la estrategia global del Movimiento desde el consejo de mayor nivel existente en ese momento y de acuerdo a los lineamientos que da su orientador.
La estructura fija la estrategia general del Movimiento. Si el orientador del más alto nivel diera los lineamientos sin tener en cuenta la sensibilidad general del Movimiento, sin tener en cuenta lo posible, obviamente habría problemas.
Desde luego, cada orientador se hace responsable del correcto funcionamiento de su respectivo consejo.
Así establecemos cadenas de responsabilidades.
Semestralmente, se realiza una reunión del consejo de mayor nivel y, ocacionalmente, se efectúan otras reuniones y encuentros de participación ampliada.
En ocaciones hacemos reuniones ampliadas porque es interesante para el espíritu conjunto. A futuro haremos las reuniones del mayor nivel en conjunto, aunque mantengamos la separación de consejos. No vemos por qué tendríamos que hacer reuniones separadas; no somos jefes, ni padres de familia, ni nada de eso. Los orientadores no tienen por qué ocuparse de si las personas se llevan bien o mal, sino de que ese «llevarse bien o mal» no entorpezca nuestras actividades. Esas son cosas de las personas, no del Movimiento. Hacemos nuestras reuniones rápido, resolvemos todo y a otra cosa.
Nos interesan criterios funcionales. ¿Por qué habríamos de limitar al orientador? ¿Para qué? ¿Qué gana el Movimiento?
Los otros consejos fijan reuniones trimestrales y los consejos de base efectúan reuniones semanales de esclarecimiento que son completadas con retiros, encuentros y seminarios sobre temas específicos. El material utilizado para dichos esclarecimientos se basa en la literatura oficializada por el consejo de mayor nivel.
Para su aplicación en reuniones semanales se podrá aplicar el material producido por el orientador del consejo Iota, sobre el que se continuará trabajando simplificando aún más el lenguaje y con más ejemplos. También se desarrollarán nuevos temas. (El material mencionado es aplicable también a publicaciones, aparatos, etc.).
La reunión semanal tiene un núcleo de esclarecimiento en base a temas oficializados, de los más recientes, y no de los antiguos. En cuanto al trabajo interno lo sacamos de la reunión y lo llevamos a los retiros. Las semanales son reuniones de esclarecimiento y también de planificación y de evaluación de acciones. Un tema de esclarecimiento, y el resto lo que hay que hacer.
En las reuniones decimos cosas similares a las que hablamos en el medio, solo que discutimos y esclarecemos, tratamos los temas específicamente y los estudiamos. La estructura no va a ganar cohesión por moverse con el mito de que se traten cosas «especiales», que los demás no saben.
En las reuniones semanales se discute y trabaja con temas, se esclarece pero no son misteriosas ni extraordinarias. La información no es diferente adentro y afuera de la estructura; la diferencia está en que la gente adentro asume compromisos y responsabilidades para poner en marcha cosas. Lo que da cohesión a la estructura son los compromisos, la orientación, el espíritu, los proyectos, etc.
Que la gente sencilla no crea que debe excluírse de participar porque no entiende las teorías difíciles, por ejemplo. En realidad esas cosas complicadas las usamos «para bajarles las orejas» a los soberbios del sistema.
Retiro, encuentros y seminarios: Los seminarios pueden servir para nivelar, homogeneizar información sobre temas específicos (cartas por ejemplo).
Sirven para suplir deficiencias de información que no podemos suplir en las reuniones semanales. Pueden ser orientados tanto por el estructural como por cualquiera de los sectores.
Retiros: Son más para la estructura aunque pueden invitarse observadores. En los retiros se trabaja con temas que tienen que ver con lo personal (lo biográfico, la reflexión sobre uno mismos, etc.), son para tomar contacto con uno mismo y reflexionar, verse por dentro. En lugar de irse a pescar, uno se va a reflexionar sobre sí y a sacar conclusiones sobre la situación en que vive. No importa que la temática de los retiros sea uniforme.
Debemos más bien entender el espíritu de ésto y no codificar mucho en esta etapa, no pautar mucho de modo que sean prácticos y no se tranquen.
Encuentros: Son eventos de relación. La cosa social y eventualmente algún tema de interés común.
En todo esto de retiros, encuentros y seminarios, bastará con entender bien el espíritu y para qué sirven. Si pautamos en exceso, asfixiamos. En todos los casos, los trabajos se basarán en la literatura oficializada.
La estructura pone en marcha todo lo dicho y además misiones, operativos y campañas para hacer posible la dispersión mundial del Movimiento.
¿Qué hacemos con estructuras no arraigadas en Centros de Comunicación Directa? No vamos a frenarlas, pero el modelo que nos interesa es el del arraigo. El CCD conecta a la base social y ahí conectamos las redes de sectores, pero no digamos no a estructuras no arraigadas. En todo caso, que los que no tienen CCD no se queden inactivos.
Si alguien no sabe cómo poner en marcha un CCD le sugerimos que vaya a donde puede ver un modelo para aprender. No necesitamos explicaciones teóricas. Y si no hay un modelo, habrá que crearlo, y si no lo hay en la línea, que se vea un modelo de otra línea.
Operativos y campañas: Desde este consejo y en este momento no largaremos ningún operativo o campaña. Cada consejo verá de acuerdo a su estrategia.
Nosotros no largaremos ni campañas ni dispersiones. Desde este consejo hemos hablado de alinear, corregir errores, largar aparatos, fortalecer organismos, etc.
En general tendemos a los complementos y sobre una base de reciprocidad. Esto es importante. Tendemos, en todo lo posible, al trabajo en cuña y a la reciprocidad.
Si hay mucha gente en el Movimiento habrá muchas opciones para invitar gente a la estructura. La incorporación se realiza entre aquellos que desean cumplir compromisos dentro de la dirección general. Todo un lío de opciones. Los tontos se inmovilizarán, pero los no-tontos valdrán por diez. Al tener muchas opciones se ve mayor libertad. Que cada consejo estudie sus estructuras y los recauchutajes que fueran menester.
No largamos desde este consejo ningún modelo de acción, ningún operativo durante este semestre, ya que no estamos en situación uniforme, es decir bien alineados.
Centros de Comunicación Directa: Poner en cada ciudad a un responsable que concentre la información y diga si se pueden o no abrir centros según cercanía con otros, etc.
Los CCD deben preparar visitas, recepciones, comidas conjuntas, etc., con invitados de distintos niveles hasta el más alto de la estructura. Esto nos permitirá -cuando hagamos encuentros intercentros, etc., que haya un orador central, una figura de referencia. Será bueno para exponer a los orientadores a la mirada pública, y muy bueno para la gente que se entera de otras cosas. Pero aún no estamos para hacer esos actos intercentros.
Más adelante vamos a intentar medir la influencia de los CCD en base a criterios de conocimiento, opinión e ideas (por ejemplo encuestadores de otro barrio, hacen 100 consultas). «¿Conoce usted el Centro La Alborada?» – SI/NO; «¿Qué opinión le merece?» – BUENA/MALA; «¿Puede citar tres de sus ideas?» – Si pueden, las citan. Con ésto podríamos medir la influencia de ese CCD y hacer subir los porcentajes. No bastará con que el CCD exista, o que los nuestros opinen «Que va bien»; mediremos su influencia. Esto no será hecho en lo inmediato, pero vamos a hacerlo.
Asambleas estacionales: Las haremos conjuntas entre las estructuras no arraigadas. Las estructuras arraigadas hacen sus estacionales en los CCD. En todo caso, ojalá sean en simultáneo, en la misma fecha para evitar corrimientos de gente de unas a otras.
Sectores: Necesitamos que los administrativos releven información sobre los CCD (cuántos, cuántas hojas, etc.). Y ojalá que esos datos lleguen a los administrativos centrales. Un informecito con número de publicaciones, comisiones, actividades que realizan, personas que participan, etc. También tendrán que estar informados sobre comisiones, por ejemplo, que no funcionan en relación a los CCD.
Los administrativos deben estar atentos a los problemas legales y de relación con el medio que puedan surgir en los CCD. Los apoyos deben promocionar retiros con gente del CCD, a los que se invita como observadores.
Calendario: Ya que los hitos de calendario son pocos esto quiere decir que hay mucho juego de piernas, mucho juego libre para que los consejos organicen sus propias actividades. Así es que habrá que planificar todo muy bien, alinear todo, corregir y lanzarse a una acción decidida.
Para lograr que la estructura se nueva homogéneamente, con el mismo espíritu, habrá que hablar con toda la gente del consejo que se orienta, desde arriba hacia abajo. El mejor modo de poner en marcha todo ésto es: primero plantearse claramente en líneas generales qué se quiere lograr con el propio consejo en los próximos 6 meses. En segundo lugar, conversar el plan con los miembros del consejo para conocer sus puntos de vista, su sensibilidad, etc. Si fuéramos con un plan estratégico muy acabado, muy cerrado, no daría lugar a hacer adaptaciones y aplastaría cualquier parecer u opinión de la gente. Finalmente, en la reunión, ese plan estratégico se presenta, se ajusta, y se sale a la acción. Y será recomendable plantearse objetivos dentro de lo posible, y no los que uno querría lograr «platónicamente».