Son organizaciones sociales, culturales y políticas puestas en marcha por la estructura del Movimiento a través de planteles reducidos de miembros.

Los organismos están puestos en marcha por la estructura del Movimiento, no por una entelequia, pero ésta no los maneja porque no le interesan.

La responsabilidad es asumida personalmente por aquel miembro que es misionado para esa actividad.

Si se pone en marcha un plantel, habrá además un responsable de ese plantel. La responsabilidad es asumida personalmente por alguien y con eso creamos cadenas de responsabilidad personal. Nos vamos a mover con cadenas de responsabilidad en todo.

La economía y el funcionamiento de los organismos son autónomos.

Los organismos son autónomos en sus economías y de éstas nada pasa al Movimiento. Es más: el Movimiento podría, en ocasiones, apoyar a un organismo (por ejemplo para abrir un local), pero la idea central es que los organismos son autónomos. Y ni pensar en el sentido inverso. Y éste no es sólo un tema ético sino instrumental, no debemos crearnos compromisos. La economía del Movimiento debe funcionar en base a colectas personales. En Chile, por ejemplo, el partido puso en marcha corporaciones pero ese dinero fue al partido, nada al Movimiento. Las contribuciones a los organismos deben reciclar dentro de los mismos. Esta aclaración evita, además que nadie mueva cosas en esa dirección; evitamos con eso movimientos erráticos.

En la medida en que se pongan en marcha otras cosas u organismos en base a nuestros planteos por parte de terceros (ejemplo Partido Socialista en Brasil y PH en Checoslovaquia) nos convendrá alentar tales situaciones pero deslindaremos responsabilidades, para bien o para mal. En la medida en que hagan las cosas bien, los miraremos con simpatía; si en cambio hacen las cosas mal diremos públicamente que no tienen nada que ver con nosotros. Si se dan estos casos no manejaremos nada a corto plazo, pero se vuelcan al medio nuestros códigos, formas, nombres, etc. Van incluídos en eso, y eso también es influencia.

Es casi ley para este momento histórico-cultural; no por naturaleza humana, que allí donde empujemos algo que sea exitoso se les borrará la memoria, aunque de comienzo, cuando necesitan apoyo «estamos en lo mismo». Estaríamos positivamente sorprendidos si pasara lo contrario. De un modo o de otro avanzamos, pero será bueno tener ésto en claro y no tendremos desilusiones.

Esto de deslindar responsabilidades respecto de terceros, también vale en caso de gente del Movimiento. Si uno de los nuestros hace algo impropio, pasa a ser de los otros. Es de los nuestros en tanto y en cuanto se mueva con nuestros planteos. No hay tal naturaleza.

Si estos códigos bajan hasta la base, esa uniformidad será la mejor garantía de que todo funcione bien. ¿Cómo podría ser que alguien pueda hacer impropiedades con impunidad? Y si sucediera, podríamos no tomar medidas en lo inmediato sino según oportunidad, pero tomaríamos medidas.

Los organismos tienen carácter nacional y se conectan, por medio del encargado en cada país, con la cabeza del consejo.

Para la Conferencia de la Internacional en Moscú bastará con 2 o 3 personas de cada país, y cuanto más nacionalidades concurran mejor. Que haya muchas nacionalidades. En la primavera, cuando el Congreso como tal tome lugar, llevaremos unas 500 personas a Moscú y procuraremos que participen muchos rusos.