Son organizaciones destinadas a hacer conocer y difundir ampliamente los planteamientos del Movimiento.
No hay otros aparatos que no sean de difusión. Por ejemplo: son aparatos las distribuidoras, las agencias de publicidad, las productoras de video y audio, las radios, las televisoras, las editoriales, las revistas, los periódicos, etc. Vamos a la apertura, estamos en un momento de difusión y por tanto todos nuestros aparatos son de difusión. Otros casos, serán comisiones, clubs, etc. No diremos que no porque pueden ser interesantes, los fomentaremos pero no son aparatos de difusión. No llamemos aparato a lo que no lo es. Finalmente es un problema de sígnica, de lenguaje ya que podría haber comisiones vigorosas que sean más importantes que organismos u aparatos.
No estamos diciendo que los aparatos sean mejores que otras cosas, no es cuestión de gradaciones. Si queremos interferir este proyecto, lo mejor que podemos hacer es esta cosa irreflexiva de degradar todo lo que no sea estructura. «Si, si, pero tú no eres de la estructura». Este es un misil muy seguro: hacer sentir «de segunda» a los que no son de estructura. Sí, la estructura es un cohesor, pero el Movimiento es mucho más que eso. Esto debe llegar con claridad hasta la base, si no, estamos poniendo palos en la rueda. ¿Cómo piensa alguien que va a aglutinar gente subestimándola? La gente no es de palo, así es que este no es un tema ocioso.
Hacer esas diferencias «de jerarquías» es lo peor que podríamos hacer. En el Movimiento hay diferencias de actividad, de función y no de valoración personal. Es cierto que la estructura fija la estrategia general y lanza actividades, pero hace eso como función.
La responsabilidad es asumida personalmente por los directores de dichos aparatos.
La responsabilidad de los directores de los aparatos es directa frente a nosotros y en este sentido vamos a llevar una metódica: la responsabilidad va desde la cúspide del Movimiento hacia abajo (los aparatos serán responsabilidas de la máxima instancia). A lo mejor esto de que el mayor nivel se haga cargo es un prejuicio nuestro y hay gente excelente recién llegada al Movimiento, pero ¿cómo podríamos hacer de otro modo?
El director de un aparato podrá formar equipos y él actuar como arquitecto de esos equipos, pero él es el responsable. Es la gente de que nos rodeemos para montar los aparatos, lo que hará que funcionen bien o mal. En eso estará la habilidad del director: en ver cómo alinear factores humanos aptos para que todo salga. Será por rodearse de gente adecuada, y no por voluntarismo, que los aparatos funcionarán bien.
Entonces, la metódica a llevar será: 1) Haremos ésto desde arriba habia abajo (responsabilidades). 2) Lanzaremos los aparatos con pruebas piloto y no simultáneamente en todos los países.
El montaje será en base a la fuerza real de la estructura y no a deseos, a vocación. (Ver caso de la revista, todo montado desde la línea estructural y no apoyado desde arriba. Lo mismo ocurrirá con la revista en España: todo será montado desde la línea del director y no apoyado desde Perseo). En cambio cuando un sector sea director de un aparato será apoyado «desde arriba» ya que no tiene estructura.
Cuando esto funcione, bajaremos de niveles pero todo basado en fuerza real e impulsado desde el Movimiento. De momento, desestimaremos cualquier iniciativa de montar aparatos desde otros niveles (distinto al caso de las comisiones). Si impulsamos un aparato desde arriba le damos un plazo y si no funciona se cancela el apoyo. Si un aparato está armado desde una línea también debe tener un plazo, porque sino podría terminar deteriorando la línea, y eso no nos conviene.
La economía y el funcionamiento de los aparatos son autónomos.
La economía de un aparato es autónoma. No obstante, podría ser que El Movimiento apoye a los que se ocupan de un aparato. El único problema sería que, a la inversa, del aparato vinieran fondos al Movimiento.
Los aparatos deben contribuir a la difusión de manera permanente y creciente y deben llegar a ser autónomos. De otro modo, para una difusión intermitente, ¡usaríamos aparatos del sistema!
Ya veremos más adelante qué hacer en puntos donde no tenemos estructuras en las que apoyarse para lanzar o capitalizar la acción de un aparato.
Pero de momento, no pondremos en marcha aparatos de difusión allí donde no permita hacer crecer al Movimiento.
El material humano para los aparatos no debería ser «lo que hay» sino entre opciones, tomando los más aptos.
Si al poner en marcha un aparato se deteriora una línea en ese consejo, mejor porque quiere decir que no tenía identidad.
Aparatos en el Perseo:
Ediciones: En materia de libros liquidaremos todos los permisos de autor otorgados hasta ahora. Cancelaremos todo. No largaremos indiscriminadamente cosas con editoriales del medio, sino con autorizaciones claras.
Todas las autorizaciones las haremos a través del fideicomiso en USA y sólo a pedido de los cabeza de línea.
Y cuando montemos nuestras propias editoriales, tomaremos nota de todo aporte hecho (de la estructura, personales, de derechos de autor, etc.), para saber bien cómo fue que se montaron. En cuanto a nombres, mejor diversificados que uniformes.
Productoras: Nos interesan porque están en contacto con los medios, pueden tener un departamento de publicidad convertible luego en agencia, y podrían permitirnos la producción y difusión de nuestros materiales, etc.
En materia de programas radiales se ha recomendado que la presentación sea muy ágil y desestructurada (no secuencial), con un núcleo fugaz y muy estructurado de nuestro enfoque. Tendrán un toque confesional, a diferencia de los aparatos que no son confesionales. En el caso de los enlatados, por ejemplo, si no son confesionales no tendrán sentido. Tendrán que ser lo más modernosos posible, ágiles, fugaces. No debe preocuparnos que lo modernoso sea ésto o aquello: eso es secundario y debemos satelizarlo. Debemos satelizar alrededor todo lo cretino y meter nuestras ideas.
Los aparatos no deben ser confesionales. Si lo serán los programas y revistas barriales, pero al mismo tiempo serán muy participativos, sin discriminación.