Necesitamos un mundo habitable para nosotros y para nuestra descendencia. Por tanto. necesitamos comprender cómo el mundo se está tornando inhabitable y qué debemos hacer para cambiar esta tendencia. Y cuando hablamos de habitación del ser humano, hablamos de ambiente. Este ambiente es natural y es social. Es dinámico, está en movimiento…
La dinámica de la naturaleza depende de nuestro sol y de la distribución de su energía. Transformadores de energía solar que no queda retenida, se abren a esa luz, ese calor. esa radiación y entregan a su vez al ambiente inmediato, su cuota necesaria. En esta habitación compleja, interactúan todos los transformadores con sus respectivas cuotas. Se trata de un sistema en movimiento.
Una primera ley de sistema, nos hace comprender que no hay fenómenos aislados ni estáticos. Tal concepción, inmediatamente colisiona con la antigua idea de causa y efecto lineal.1
Sin la comprensión, o por lo menos la intuición de esta gran ley de sistema, el fenómeno de la naturaleza y de la vida resultan inscriptos en un mecanicismo hoy insuficiente. En segundo lugar, es necesario advertir que dentro de un sistema, la distribución energética opera según ciclos y ritmos. Una tercera ley, de concomitancia, da cuenta de que la variación de cuotas energéticas en una región de un sistema, produce variación en otros puntos del mismo sistema. Por último con una cuarta ley de superación de lo viejo por lo nuevo, tenemos a nuestra disposición el instrumental de ideas más general con el cual podemos emprender acercamientos (y posteriormente, modificaciones), respecto del campo de interés que hemos fijado. En este caso nuestra habitación, nuestro ambiente, nuestra vida.2
Los vegetales en las aguas o fijados al suelo, regulan la atmósfera y por acción solar sintetizan alimentos para su sustento, regeneración y reproducción. A su vez forman parte de la cadena trófica, sirviendo de nutrientes a los animales en los que la función motriz se ha perfeccionado regulada por un sistema neuroendocrino y no simplemente hormonal. Estas funciones vegetativas y motrices al igual que la de reproducción, no han desaparecido en el ser humano, sino que están en la base de su vida biológica, emplazando al propio cuerpo como el medio natural más inmediato. El impulso vital, puesto en marcha desde los aminoácidos esenciales, ha ampliado su cuota de transformación merced a códigos modificables de generación en generación, que han desarrollado a tos transformadores biológicos en diversidad cuanti y cualitativa.3
Pero en el cuerpo del ser humano, se ha perfeccionado un sistema nervioso tal, que le ha permitido retener experiencia personal y proten-der hacia un horizonte de opciones no actuales sino futuras, al que llamamos «horizonte de libertad». La posibilidad de optar entre situa-ciones que se imaginan como desarrollo del momento actual, ha permitido la ampliación del propio cuerpo como extensión en el tiempo y, por tanto, en el espacio. La primera maza, puñal, lanza, flecha y misil, tienen por base sicológica la ampliación del campo temporal de la concien-cia y constituyen prótesis del cuerpo. Estas prótesis (o extensiones del cuerpo), se transmi-ten socialmente merced al lenguaje y permiten independizarse progresivamente de la simple evolución genética. Así hoy, en una curiosa realimentadón, el ser humano vuelve sobre el cuerpo a transfor-marlo en sus órganos y miembros, introducién-dose en su código genético, acelerando o deformando el proceso de la evolución. Y con ello la vida misma o la muerte, se aceleran en todas las especies del planeta Tierra.
Notas
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[1] A partir de los avances de la electrónica, se ha popularizado la comprensión del fenómeno de realimentación, gracias al cual desde la salida de un circuito, se reinyecta la señal autoregulando su funcionamiento. La robótica, biorobótica e informática en general, son impensables sin el fenómeno de realimentación.
[2] Sirvan estas cuatro leyes generales, como mínimo para ordenar ideas. Si a ellas queremos agregar una metodología de estudio (acorde con esas mismas leyes) no podemos eludir estos pasos:
- Fijar el punto de vista o interés en el cual se emplaza el observador. El punto de vista es siempre relativo al observador y al fenómeno y no es de ninguna manera el fenómeno mismo, como hasta hace poco parece haberse creído.
- Estudiar el proceso del fenómeno.
- Estudiar su composición y
- Estudiar las relaciones que se establecen entre dicho fenómeno y otros de su región. Cuatro grandes leyes y cuatro pasos metódicos de estudio, ordenan y priorizan la percepción ingenua del mundo.
Resumiendo. Leyes de: sistema; ciclo; concomitancia y superación. Por otra parte, pasos metódicos de: fijación de punto de vista; proceso; composición y relación, nos acercan a un tipo de pensamiento que bien podemos llamar «estructural» superador del agonizante pensar mecanicista.
[3] Debemos a Larnarck y Treviranus) las bases y el nombre de aquella nueva ciencia que comenzó a llamarse «Biología» a partir de 1802. Por otra parte, la antigua Historia Natural, fue remodelada por Haeckei en 1869, formando parte de la Biología bajo la denominación de «Ecología», observando las relaciones entre los organismos y el medio en que viven. La Ecología estudia las adaptaciones de las especies según necesidades de energía, nutrición y reproducción. Escolarmente, se divide en ecología vegetal, animal y humana. En términos generales, la Ecología se interesa por la adaptación de las especies y los factores que las afectan (suelos, climas y otras especies).