P: ¿Para qué sirve la Comunidad?
R: Para dar fe en el futuro al individuo y la sociedad y de ese modo crear condiciones de superación del sufrimiento.
P: Yo no necesito que la Comunidad me dé fe en el futuro y creo que la sociedad tampoco lo necesita. Pienso, además, que hay otras cosas más urgentes e importantes en qué ocuparse.
R: He ahí la enorme diferencia que tenemos. Usted dice que la Comunidad no es necesaria y ella dice que su nacimiento se explica como una necesidad para la solución de los problemas fundamentales. Si observáramos que usted y la sociedad son cada día más felices entonces tendría razón, pero sospechamos legítimamente que eso no es así. Ha pasado mucho tiempo sin que surgiera una nueva respuesta global a los problemas del ser humano. A esta esterilidad han contribuido determinadas posturas que, una vez instaladas en el campo social, anularon todo nuevo alumbramiento con el pretexto de la «urgencia» y de las «cosas más importantes». Detrás de esas palabras hay mucho de mala fe. Es como si alguien le prometiera a usted que va a arreglarle su casa que está mal cuidada. Luego, pasa el tiempo y las cosas empeoran; por tanto, usted dice que va a emprender una nueva solución, para lo cual llamará a otras personas. Entonces, el ocupante infiel replica que no hay tiempo para eso, porque la casa está muy deteriorada y hay que hacer arreglos urgentes en lugar de perder tiempo llamando a otros. Si usted es crédulo y el ocupante buen propagandista, puede que la cosa aguante un tiempo más. Sin embargo, llegará un momento en que usted, cansado de tanta mentira, experimente la necesidad de cambiar de situación… y hasta es probable que su indignación se exteriorice, por haberse sentido burlado durante tanto tiempo.
P: Supongamos entonces que estamos en un momento de crisis. ¿Es la Comunidad el Instrumento más adecuado para solucionarla?
R: Si hemos llegado a esta crisis, la Comunidad no es culpable, porque ella no la produjo. En cambio los Que prometieron soluciones y no las lograron deberían cuando menos, reconocer su fracaso. Por consiguiente, la Comunidad aparece como una posibilidad nueva y exige que se le considere sin la sospecha que pesa sobre los demás. Nosotros creemos que debe ser apoyada por todos los que piensan que hemos llegado a un punto critico, peligroso para la vida.
P: ¿Y cómo hará la Comunidad para solucionar los complejos problemas actuales?
R: No seguirá el ejemplo de quienes fracasaron. Lo hará de un modo nuevo. Empezará por usted y por aquellos que lo rodean. No se pondrá a hablar de otras» casas» alejadas y muy deterioradas. Empezará por su propia casa. Será un trabajo con el individuo y su medio inmediato. Por lo tanto, no lo hará pretendiendo soluciones individuales aisladas, ni pretendiendo soluciones para los 4.200 millones de habitantes. Ese no es buen comienzo. El comienzo es éste: usted y aquellos que lo rodean en su medio inmediato. Usted y su inmediata comunidad de pareja, de familia, de trabajo, de vecindario, de amistades.
P: ¿Cómo puede saberse si tendrán éxito?
R: Para saber eso, no necesita esperar 100 años. Basta que compruebe en usted y su medio los beneficios de esta propuesta para probar las bondades de lo que anuncia la Comunidad. Lo demás, es cuestión de ampliar su radio de acción. Como en todo gran proceso, de comienzo fuimos unos pocos, actualmente somos pocos miles, e inmediatamente seremos unos pocos cientos de miles… ¡la cosa no es tan lenta! Pero volviendo a su pregunta: ¿cómo saber si la Comunidad tendrá éxito? Partamos de la idea inversa. El momento actual prueba que las otras soluciones han fracasado y tomar conciencia de ese fracaso, permitirá el surgimiento de esta nueva etapa.
P: ¿Cómo actuaría yo en la Comunidad?
R: Repito ideas anteriores: usted no deberla actuar solo, sino acompañado por su comunidad de pareja, de familia, de trabajo, de vecinos, de amistades. En cuanto al modo de hacerlo, sería en base a la idea de fortalecer en usted y los demás la fe en si mismo, en su medio inmediato y en el futuro en general. Si se aboca con decisión a estas actividades, se le pedirá que vaya superando sus frustraciones y resentimientos pasados, que vaya reconciliándose con su pasado. Se le pedirá que se ubique en el momento actual y que dé a su vida una dirección precisa, un sentido preciso. Esto lo hará apoyado por la Comunidad, pero a su vez usted apoyará a la Comunidad ayudando a su medio inmediato. Todo el trabajo será sobre lo próximo, no sobre lo lejano y entre lo próximo está usted mismo y, por supuesto, su prójimo.
P: ¿A qué tipo de personas se dirige la Comunidad?
R: Se dirige a todo ser humano.
P: ¿Quiénes se acercan a la Comunidad?
R: Mujeres y hombres de distintas razas y credos; gentes sin te que aspiran a lograrla y gentes con fe que desean transmitirla a otros. En ningún caso se acerca el escéptico, el egoísta, o el que no tiene espíritu voluntario para la construcción de un mundo mejor.
P: ¿Para quiénes no es útil la Comunidad?
R: No es útil para quien busca una terapia, un refugio o una huida de la realidad cotidiana. No es útil para quien teme perder algo, al participar en estas actividades. No es útil para quien se acerca pensando que va a recibir, en lugar de comprender que lo que necesita es dar a otros. No es útil para quien cree que honra a la Comunidad ya sus miembros con su brillantez intelectual, su prestigio personal, o su poder económico.
P: ¿Por qué nació la Comunidad?
R: Sencillamente porque los fundadores consideraron que el individuo y la sociedad, en todas partes del mundo, está en crisis y su futuro inmediato amenazado. Si hubieran encontrado un modelo en el que esa crisis estuviera superada, la Comunidad no hubiera nacido. Dada la situación en lugar de emprender el camino del conformismo esperando que otros hicieran su aporte; o el camino del derrotismo, suponiendo que esta crisis no tiene solución. se consideraron con legítimo derecho a emprender una vía nueva. Esa afirmación inicial, se acentuó al comprobar Ia adhesión creciente de otras personas que participaban de la misma idea y el mismo sentimiento. Así llegaron a la conclusión de que eran correctos intérpretes de necesidades individuales y sociales.
P: ¿Por qué la Comunidad hace difusión pública de sus ideas?
R: Porque sus miembros consideran que están llevando adelante una causa digna. La Comunidad no trata de convencer a nadie con sus propuestas, sino que difunde su mensaje para que las personas conozcan su existencia y decidan por sí mismas si es conveniente participar de sus actividades.
P: ¿Se podría ampliar lo explicado sobre el nacimiento de la Comunidad?.
R: Ya comentamos que el 4 de Mayo de 1969, en Mendoza (Argentina), Silo dio una explicación pública en torno al problema del sufrimiento. Varios jóvenes entusiastas imprimieron y difundieron el texto de su mensaje. Sufragaron los gastos en base a la venta de vidrios y periódicos: hablan obtenido 37 dólares. Luego habilitaron un garaje en desuso como primer local en el que empezó a trabajar un grupo de 10 personas.
P: ¿Ven cuanto al fundador de la Comunidad?
R: Silo, es decir, Mario Rodríguez Cobos, nacióel6 de Enero de 1938 en Mendoza. Durante 12 años fue educado en un colegio religioso. Posteriormente, se dedicó a la industria de oleaginosas. En la actualidad sigue radicado en Mendoza, ocupado en tareas agrícolas. Vive en un pequeño pueblo de los alrededores con su mujer y su hijo. La primera donación que recibió la Comunidad provino de él; igualmente, los beneficios producidos por la publicación y venta de su libro «La Mirada Interna», hoy editado en las lenguas más difundidas.
P: Es de imaginar que un movimiento que ha tenido tan rápido desarrollo cuente con un historial rico en anécdotas.
R: En efecto, son tantas que resulta difícil hacer de ellas una apretada síntesis. Sin embargo, hay algunas que resultan significativas. En la época de la fundación, Argentina vivía bajo un gobierno fuerte que habla prohibido toda actividad pública de partidos pol/ticos, grupos profesionales, estudiantiles, gremiales, etc. Cuando se decidió dar la explicación antes mencionada, el permiso fue denegado. De ese modo, Silo y sus amigos no tuvieron otro medio que hacer un pequeño acto cerca del monte Aconcagua, a más de cien kilómetros de la ciudad de Mendoza. Silo y unos 500 oyentes abrigados con ropas de montaña, se congregaron en un paraje conocido como «Punta de Vacas». Por fin, usando un altavoz primitivo se dio aquella explicación magistral de la que surgió la doctrina de la futura Comunidad.
P: ¿Y cómo se desarrollaron los primeros grupos?
R: El grupo inicial comenzó su trabajo al par que fue difundiendo las primeras ideas. Sin embargo, no habla logrado aún identidad y sólo más tarde, al desarrollarse fuertemente, adoptó el nombre de «La Comunidad para el equilibrio y desarrollo del ser humano» tal cual la conocemos hoy. Por efecto de la difusión inicial nacieron y murieron otros grupos que espontáneamente adoptaron nombres y siglas, al tiempo que decían responder a la doctrina «silolsta». Designaciones tales como «grupo de religión interior»; «movimiento para la liberación interior», etc. son nombres que ya nadie recuerda pero que existieron en los momentos iniciales. Numerosas publicaciones eran producidas por aquellas agrupaciones pequeñas pero muy activas. De esos libros y folletos, los archivos de la Comunidad guardan algunos ejemplares, aunque no se ha podido rescatar todo el material. En general aquellos trabajos eran de poca calidad en forma y contenido. No obstante, algunos libros (a pesar del conjunto de incoherencias), llegaron a trasmitir unas pocas Ideas brillantes.
Sobre todo en Sudamérica y particularmente en Argentina y Chile, las declaraciones, publicaciones y procedimientos de algunos «silolstas» resultaron bastante contradictorias.
Con el tiempo y el desarrollo del grupo inicial, las cosas se fueron poniendo en orden y aquellos que efectivamente seguían el siloismo como doctrina, se fueron organizando de acuerdo a normas, a publicaciones oficiales y todos bajo el nombre de «La Comunidad».
Pese a dificultades iniciales de todo tipo, pese a la lucha por lograr una identidad coherente, pese al malentendido y la confusión, los miembros más antiguos de la Comunidad, recuerdan aquellos tiempos con una sonriente nostalgia…
P: ¿Cuáles son los libros oficiales y sobre qué tratan?
R: El primero es «La Mirada Interna», escrito por Silo a fines del otoño de 1972. Es una obra poética en la que el autor describe alegóricamente el camino a recorrer para salir del sin sentido y lograr una dirección coherente en la vida.
«Autoliberación», a su vez, fue escrito por LA. Ammann. Es recopilación y desarrollo de técnicas de trabajo interior, en las que se basa la preparación de los instructores de la Comunidad.
Por último, «EI libro de la Comunidad», es un material de procedimientos, al par que recopilación de experiencias y temas formativos. Este libro es el que se sigue semanalmente en las reuniones de la Comunidad
P: ¿Con qué otros materiales cuenta la Comunidad? \
R: Con una colección de cassettes en la que están grabadas numerosas experiencias guiadas del Libro de la Comunidad, ambientadas musicalmente y con efectos especiales.
P: ¿Qué son las experiencias guiadas?
R: Son una suerte de cuentos cortos cuyo objetivo es lograr la reconciliación del practicante con su pasado, superando resentimientos y frustraciones Otros tratan los problemas de ubicación en el momento actual; otros los temores al futuro, otros los temas del sentido de la vida. Las experiencias guiadas, son ejercicios de «meditación dinámica», entendiendo por tal un trabajo de reflexión sobre la propia vida del practicante, sobre sus actividades cotidianas y sobre las personas que están en relación con él. Sería un grave error considerar a las experiencias guiadas como técnicas terapéuticas, cuando en rigor representan una forma de meditación que permite al practicante encontrarse consigo mismo y reflexionar sobre sus asuntos Intimas… A menos que se haya llegado a un punto de confusión tal, que la gente considere toda cuestión interior como tema propio de la Sicología y de la Siquiatría. Con excesos de ese tipo, se puede llegar a decir cualquier tontería.
P: ¿Pero acaso no son los sicólogos y los siquiatras los encargados de los problemas sicológicos?
R: Usted ha dicha bien. Cuando su coche no funciona, llama al mecánico; cuando su niño enferma, llama al pedíatra; cuando las cañerías de su casa tienen alguna obstrucción, llama al fontanero; cuando alguien sufre alguna enfermedad a accidente síquico, llama al sicólogo a al siquiatra. Sin embargo, a nadie se le va a ocurrir que esas especialistas le digan qué cosa debe hacer can su propia vida. Nadie le preguntará al mecánico hacia dónde debe viajar, ni al fontanero si debe o no. lavarse las manos, ni al siquiatra acerca del sentido de la vida. Por supuesto, que esos distintos especialistas sí necesitan tener elementos para ubicarse en sus propias existencias, superar sus frustraciones y resentimientos y ganar fe en sí mismas y en sus seres queridos. Esto es así en la práctica yo ello explica por que hay mecánicos, pedíatras, fontaneros, sicólogos y siquiatras que son miembros de la Comunidad.
P: Los temas del encuentro consigo mismo y del sentido de la existencia, tradicionalmente han sido planteados por las religiones. En tal caso, pastores, sacerdotes, etc. tienen allí un lugar importante que ocupar.
R: No. hay duda. Por eso las creyentes se dirigen a ellos. En ese campo. su aporte es de mucha interés aún para las no creyentes y, desde luego, que toda lo que pueda contribuir a clarificar esas temas es también de importancia para la religión.
En esa materia hay estudiosos serios que no dejarán de tener en cuenta el punta de vista de la Comunidad aún cuando ésta, por su naturaleza, no pueda inmiscuirse en cuestiones de religión.