En todo el proceso alquímico, el interés está puesto en el cambio cualitativo esencial de la sustancia. El sistema consiste en la creación del desequilibrio material.

Desde el punto de vista alquímico, todo el Universo es materia, pero ésta se manifiesta en distintos planos. Los planos actúan unos sobre otros. Toda porción material puede ser modificada por acción en su plano compositivo.

La transformación cualitativa esencial se produce cuando la porción material convertida en “materia prima” puede ser moldeada o trabajada en cualquier dirección. Esto es posible si se altera su estabilidad. Los procedimientos alquímicos tienden a romper la inercia material.

La acción del alquimista opera organizando los principios sutiles de tal manera que la materia inestable tenga que adaptarse a la nueva organización.

Una sustancia puede adquirir gran estabilidad material, tal es el caso de la sal fija, pero la sustancia en ese estado está fijada fuera de su composición original, fuera de las condiciones de su origen de tal manera que se halla convertida en materia transmutable.

La materia es transmutable cuando su fijeza en total acuerdo con sus principios formadores puede cambiar sólo al producirse cambio en aquellos.

Es la materialidad sutil del operador, la que provoca la nueva organización sutil de la materia inestable y, en ese sentido, el alquimista es verdadero Padre de su Obra.

La materia transmutada opera sobre el alquimista por cuanto ella está organizada con la misma materia sutil de su creador y toda acción sobre la sustancia, es acción sobre el operador.

Lo anterior ha sido tomado simbólicamente, o en sentido estrictamente sicológico, de acuerdo a la visión que se ha tenido de la realidad material y de su configuración..

Si en cambio, otra concepción de la realidad material nos dice que la materia extensa no concluye en donde indica la percepción, y que, por otra parte, las entidades se separan en los planos más densos pero se unen en los más sutiles, no resulta extraño (según esto) suponer que la materialidad sutil de operador y objeto puedan relacionarse directamente y actúe la una sobre la otra y a la inversa.

La Alquimia plantea la posibilidad de la liberación de las determinaciones del tiempo, del espacio y del nivel de existencia y da procedimientos para el logro de tales posibles.

La Alquimia posee un conjunto de convenciones, regímenes y técnicas que saliendo de la disciplina en sí ha invadido los campos del mito, de la religión, del arte y aún, de la ciencia.

Las convenciones se refieren a los elementos de transformación (mentales); a los instrumentos de transformación (el crisol, el vaso hermético, el atanor y las influencias externas) y el lenguaje (multiplicativo, alusivo y según leyes de similitud. También es simbólico en ocasiones, trabajando con síntesis. Este caso se utiliza siempre que esté fijado el contexto y el momento de proceso).

Los regímenes son las formas de operar siguiendo un orden que está impuesto por la vía elegida (seca, húmeda o compuesta). Los colores y formas están asociados a la secuencia del régimen elegido. Las fases son los regímenes particulares de cada obra. Las repeticiones se refieren a la reiteración de una misma operación o a la reiteración de procedimientos en cada paso de un régimen.

Las técnicas son los procedimientos para alcanzar la obra.

P R O C E S O :

1. PREPARACIÓN – EL ESPEJO: Preparación del vaso hermético: esférico, incoloro, recubierto de cerámica; capaz de soportar altas temperaturas y de trabajar aislado de la luz. El vaso debe poseer cierres precisos y entradas y salidas modificables. En el primer paso se trabaja depurando y purificando el azufre y el mercurio mediante abluciones y filtrados. Se procede a la mixtión perfecta en proporción 1/3.

2. MORTIFICACIÓN – LA LLAVE: Introducción de la mixtión en el huevo preparado con la llave de ácido clorhídrico en disolución ½. Sistema de entradas y salidas: Trampa y oscurecimiento. Fuego de rueda lento y progresivo hasta obtener el arco iris y la bandera alquímica.

3. SEPARACIÓN – EL PUÑAL: Disminución gradual del fuego de rueda hasta el menor punto de ebullición. Desprendimiento de las agallas y obtención de la sal roja en disoluciones y lavados mediante la llave a menor punto de ebullición.

4. REBIS – LA GRANADA: Fuego de rueda manteniendo el nivel anterior. Nuestra sal en mixtión perfecta 1/3 con mercurio vulgar. División de la mixtión en tres grupos: 1R el espejado; 2R el espejado en su sangre y 3R el segundo espejado en su sangre o en su tercer grupo. En el espejado se regula el fuego con los testigos de estaño y plomo en el collar del huevo. Se toman muestras y se prueban con ácido clorhídrico, sulfúrico y nítrico… por último con fuego vulgar intenso y se determina el grado de fijeza de la sal.

5. FERMENTACIÓN – EL LEÓN: Manteniendo la temperatura constante, se agrega plomo finamente raspado y se mixtiona con la sal. Se baja de nuevo la temperatura hasta que el huevo llegue a la tibieza de piel, entonces se agrega el ácido sulfúrico y en fermentación se eleva lentamente el fuego hasta que se produce la reacción violenta. Lentamente se disminuye la temperatura al tiempo que se remueve el conjunto. Posteriores lavados y secados con agua vulgar y calor resultando un polvo gris que debe calcinarse. En ese momento se obtiene el polvo gris blanco.

6. DESTILACIÓN – EL CISNE: Solución sulfonítrica ½ y vaporización con la sal calentada al tiempo que se recupera el vapor en ciclo. El proceso termina cuando la sal ha sido totalmente atacada. Entonces se mantiene el calor hasta temperatura de ebullición.

7. SECADO Y LAVADO – LLUVIA DE ESTRELLAS: Lavados y precipitaciones con agua vulgar a temperatura menor que de ebullición. El resto de líquido al terminar las purificaciones se evapora hasta que se obtiene el polvo gris. Se comienzan las vaporizaciones con agua vulgar. Se reiteran los lavados al vapor y los secados por fuego hasta obtener un polvo gris muy fino.

8. COAGULACIÓN Y SUBLIMACIÓN – LA MONTAÑA: Mixtión de la sal con hierro, cobre y estaño. Elevación del fuego a 1.500 º C. Hasta obtener una composición homogénea que debe separarse de las escorias. Disminuyendo la temperatura a punto de ebullición se realiza el baño sulfonítrico previamente calentado. Elevación de temperatura hasta reacción violenta en la que aparecen todos los colores y se obtiene la sal fija en forma de cristales.

9. ENTRADA DEL REY AL PALACIO DE LA REINA: La sal fija sigue sometida a igual temperatura del paso anterior hasta su completo secado. Se baja la temperatura a punto de ebullición y se la mixtiona con plata pura. Se agrega cautelosamente ácido nítrico, elevado a la temperatura de la mixtión. La temperatura se conserva hasta que la reacción cesa y se obtiene la sal.

10. RESURRECCIÓN – EL UNICORNIO: Producida la sal se comienzan los sucesivos lavados con agua pesada purificada y filtrada, a temperatura de ebullición. Surgen los procedimientos posibles: electrodos de plata y oro para realizar la operación electrolítica: introducción de planchuelas de diversos metales para lograr sobre ellas capas de material que luego se separan y purifican y por último la incuartación o una variante con aurocianuro de potasio. Se lava el material obtenido con agua pesada y se eleva el fuego hasta secar, surgiendo el indicador de la suave fragancia.

11. TRANSMUTACIÓN – EL AVE FÉNIX: Al surgir el indicador se comienza el agregado de pequeñas cantidades de antimonio, elevando el fuego hasta temperatura de fusión. Se producen destellos significativos y el cambio de cualidad de la sal.

12. MULTIPLICACIÓN – EL ÁRBOL: Aumentando la temperatura a punto de fundición del huevo, se produce el teñido de éste. De otro modo, puede agregarse cristal finamente molido con el objeto de obtener el polvo de proyección. El polvo debe poseer cualidades aumentativas y contaminar a otros cristales al producirse contacto en presencia del fuego. Los preparados espagíricos partiendo del polvo de proyección, se basan en la difusión de una parte en 10.000 de otra sustancia.