Estos puntos no tienen carácter de programa, no son parte de una declaración de principios, no representan el diseño de una sociedad futura. Los nuevos puntos son ideas-fuerza, movilizadores de la acción revolucionaria. Luchamos por una revolución que:
- Elimine la propiedad privada sobre los medios de producción, a favor de la propiedad colectiva.
- Termine con todo aparato de poder concentrado en manos de una minoría, a favor del poder directo en manos del pueblo.
- Barra con toda forma momificada y larvada de violencia física, económica, racial y religiosa.
- Promueva la enseñanza colectiva desde los primeros meses de vida del nino.
- Aproveche radicalmente los medios de difusión para la elevación del nivel cultural y técnico del pueblo.
- Posibilite la orientación libre y espontánea de la juventud hacia todos los ámbitos del trabajo y el saber (aún aquellos que resultaran inútiles a nuestros ojos en el momento actual).
- Genere el gobierno colectivo de la educación.
- Libere de todo tabú y fetiche mental.
- Rompa las falsas expectativas psicológicas que promueve la sociedad de consumo. Trabajamos por tanto, en una revolución que ha de manifestarse simultáneamente en lo social, lo cultural y lo síquico. Una revolución que permita a cada ser humano recibir según sus necesidades y dar según sus posibilidades.