Nos interesa mucho cambiar las condiciones de origen; en realidad hemos estado en ello desde el comienzo mismo. Nosotros vamos hacia la mundialización de nuestra asamblea, con diversidad de lenguas, orígenes, culturas, edades, sexos, etc. Cuando hablamos de cambiar las condiciones de origen, no nos referimos a cosas etéreas sino concretamente a esta mundialización.

Por el contrario, el encolumnamiento geográfico implica muchos otros encolumnamientos. Al encolumnarse uno geográficamente se da un encolumnamiento mental, porque simultáneamente se dan encolumnamientos de idiomas, de paisajes, etc.

Esto fue un problema para el Cristianismo, ya que en su origen no podía desprenderse de la iglesia de Jerusalén, que vinculaba su función sólo al pueblo y a las tradiciones judías, mientras que Pablo trataba de abrir la iglesia a otros. Tuvo que mediar la destrucción de Jerusalén por obra de los romanos para que el centro de la iglesia se trasladará a Roma y se desencolumnara.

Esto también fue un problema para el budismo y para otras religiones.