El Sacro Bosco se encuentra al pie del pueblo de Bomarzo. Franqueando una entrada se presenta ante los ojos un bosque conservado en estado “salvaje”, matizado por algunas coníferas y unas pocas especies cultivadas. Seguramente, este bosque en la época de Orsini se presentaba muy parecido al de Nemi, por lo demás bastante próximo, en el que se levantaba el santuario de Diana Nemorensis o Diana del Bosque. Como el de Nemi, mostraba numerosos robles salpicados aquí y allá con el sagrado muérdago del que Eneas cortó una rama dorada para poder entrar a los infiernos.9 Pero hay más que variedad arbórea, arroyos, vallados, construcciones y piedras esculpidas. Hay, sobre todo, un ambiente que está regido por la estética manierista en la que el jardín renacentista despersonalizado ya no tiene lugar. Aquí, es ahora realzada la experiencia personal.10 En este bosque la unidad visual y la coherencia del espacio se han esfumado. Se ponen en un mismo nivel de importancia los lugares que ocupan posiciones opuestas en la imaginería de la época. De este modo, cielos e infiernos pueden coexistir con toda naturalidad. Esto se hace manifiesto en la estatuaria que deriva de figuras esculpidas en el lugar aprovechando las rocas que ya existen. El artista tomará los elementos que están a la mano y aprovechará las condiciones topográficas para diseñar su jardín. Quedará de manifiesto una contínua alegorización inspirada en mitos y leyendas que causen “maravilla” y asombro en el espectador. Aquí ya ha cambiado el sistema de ideación afecto al geometrismo, el equilibrio y la racionalidad que pocos años antes se enseñoreaba en los paseos, jardines y villas de la europa cultivada.11
Para quien esté interesado en comprender la formación y el proceso de imágenes miticas profundas originadas a partir del Humanismo occidental y que llegan hasta nuestros días, este bosque resultará paradigmático. Habrá que rescatar las fuentes de inspiración en las que abrevaron Vicino Orsini y los artistas que trabajaron en Bomarzo para comprender los significados de esfinges, ogros, semidioses y animales fabulosos que pueblan el lugar.

Notas

9. Ver La Rama Dorada. J. G. Frazer. Fondo de Cultura Económica. México. 1969. La relación del roble y el muérdago con los bosque sagrados, es estudiada en el capítulo LXV (Balder y el muérdago). Para comprender el significado mítico de este árbol y su parásito, ver el Libro VI de la Eneida. Virgilio. En la edición de Losada. Buenos Aires. 1984. Pág.112 se lee: “…Bajo la opaca copa de un árbol se oculta un ramo, cuyas hojas y flexible tallo son de oro, el cual está consagrado a la Juno infernal; todo el bosque lo oculta y las sombras lo encierran entre tenebrosos valles y no es dado penetrar en las entrañas de la tierra sino al que haya desgajado del árbol la áurea rama; Prosérpina tiene dispuesto que ese sea el tributo que se lleve…”.

10. “El gótico dio, mediante la animación de la figura humana, el primer gran paso en la evolución del arte expresivo moderno; el segundo lo dio el manierismo, con la disolución del objetivismo renacentitsta, la acentuación del punto de vista personal del artista y la experiencia personal del espectador”. Historia social de la literatura y el arte. A. Hauser. Debate. Madrid, 1998. Vol I. pág. 426.

11. Véase El Sacro Bosco de Bomarzo. Un jardín alquímico. L. Roquero. Ed. Celeste. Madrid 1999. Pág. 22.