El Movimiento esta en estado de movilización. Esto no siempre se da. Generalmente es un porcentaje de la estructura la que apoya las actividades que se están poniendo en marcha. Ahora la situación es muy distinta y es todo un conjunto el que se ha puesto en movimiento. Además somos nosotros y el momento histórico que nos acompaña. El sistema está haciendo su tarea de demolición y todo va.

Parece que la intención está. No es como en otra época, en que unos pocos llevaban la viga. Se están movilizando todos los nuestros. Se están movilizando en corto tiempo, es extraordinario.

La energía va al futuro, no a arrastrar gente. Decimos: «lo nuestro va para allá» y vamos. No forzamos. El que no puede, no puede; pero «si te aplicas, sale». Si se moviliza así el Movimiento va a resultar una cosa pesada, fuerte. Y si no sale no sale y nadie se va al infierno.

Lo que se pensaba en otro momento, que no podíamos crecer, eso se ha ido a la mierda.

La imagen viene de adentro. Está la punta del iceberg, que es la técnica, pero lo que moviliza viene de adentro. Son imágenes profundas, cenestesicas y difusas las que movilizan. Vamos a pasar de «no existen» a «son unos hijos de putas que están por todos lados «.

Las campañas ambientan. En cada lugar habrá que ponerlas en marcha, y tienen que estar pensadas para crecer. Puedes hacer una campaña muy buena y no la pensaste para crecer: malo, improcedente. Hemos hecho muchas cosas bien hechas que no han sido pensadas para crecer, pero ahora es diferente.

Movilización para crecer a través de una campaña. La campaña como instrumento de crecimiento. Por ejemplo, estás pidiendo la renuncia de no sé quién pero, además, estás invitando a una reunión. Y siempre tienes que tener material para que se lo lleve la gente y lo difunda.

Esto de que primero una cosa y después otra (ej., campaña política, después crecimiento), no va. No sale ni lo uno ni lo otro. La campaña tiene que ser pensada para que dé crecimiento.