El otro tema es que aspiramos a meternos en las casas de la gente. Recuerden que hubo un largo proceso para instalarnos en los barrios, fue una larga etapa de arraigo, luego avanzamos a llevar materiales a las casas y ahora estamos en esto de meternos en las casas. No sólo por esto de profundizar el arraigo es interesante lo de las casas; allí, en las casas, podemos vérnosla con el medio del individuo. Fíjense que cuando hablamos con un individuo y le explicamos esto de que no existe el individuo aislado, sino en situación, sólo estamos con el individuo, y éste puede tomar distintas actitudes: indiferencia, cinismo, etc., pero cuando hablamos con él en su medio, ahí la imagen se va para adentro y esto, del individuo y su medio, se registra de otro modo. Estamos diciendo que es diferente hablar del individuo y su medio con el tipo aislado, que hablar de este tema en su medio, allí estarán sus parientes, familiares, allí estarán reflejados los conflictos de los que estamos hablando. Ahora queremos plegar medios: la familia, la tribu, conjuntos. No será muy fuerte de comienzo, pero hacia allá vamos.

Esta catástrofe de la «célula fundamental de la sociedad», que no hemos provocado nosotros, tiene su parte positiva, pero no nos gusta lo mal que lo pasa la gente. No estamos defendiendo una forma de organización social antigua, sino que queremos ser un factor que le dé cohesión a las personas. La familia humanista es la que sobrevivirá a futuro. Es muy serio esto que le sucede a las personas frente a la disolución de la estructura familiar antigua.

Han hecho bolsa a la familia, al igual que todo lo que estaba estructurado, mientras ellos lo concentran todo. Lo han demolido todo. Sin duda que esto también se debe a que esas instituciones no se adecúan ya al momento histórico, pero ellos a su vez han arrasado con todo. Acá ha habido una excelente repartición de funciones y ellos han hecho excelentemente bien el trabajo de demolición.

La familia está en crisis. No es el caso de reconstruir instituciones caducas, sino entender que la crisis de esas instituciones está dejando un desastre. Hay mucha energía en esa crisis y es legítimo canalizarla en la dirección del cambio de sistema.

Una cosa es decirle al individuo aislado que debe cambiar el sistema, otra decirle que pasa con su familia. Es él y su medio inmediato. Ya no nos basta con plegarlo a él, tiene que ser él y su familia. Queremos que venga él y su medio inmediato. Es más, ni siquiera queremos que venga, sino que vamos nosotros.

Siempre en nuestro planteo ha estado lo del individuo y su medio, pero no por esto lo aplicamos. más bien, muchas veces hemos tenido resistencia a meternos con el tema.

Al hacer el planteo de manera personal, es incluso mucho más posible para el otro escabullirse. Pero es distinto si no sólo le preguntamos por su futuro, sino por el de sus hijos, su pareja, su abuelo, etc. El anda con todos esos registros. Cuando imagina perder su trabajo, no sólo se imagina a si mismo, sino qué pasará con la educación de sus hijos y todo eso…

Tal vez nos convenga hacer un cambio en esto y no dirigirnos, solamente, al trabajador, a la mujer y al estudiante, sino integrar en la convocatoria al medio de cada uno de ellos. El estudiante se mueve en la Universidad, pero en su casa ve lo que pasa y lo que sucede con su abuelo.

Es posible aprovechar esa situación de crisis de la familia y canalizar toda esa energía a favor del cambio. Tenemos que plegar al individuo y a su medio inmediato y esto es coherente, también, con nuestro interés de entrar a las casas.

Aquí, en estas latitudes (Sudamérica), la estructura familiar tiene la forma más o menos occidental. En otras latitudes, la familia tiene otras características, pero independientemente de su forma, también está en la misma situación de disolución. Fíjense por ejemplo, pueblitos que por el tema del petróleo, rápidamente se convirtieron en ciudades llenas de edificios y por problemas de espacio, entre otros, se fue deteriorando la estructura familiar. También esto ha pasado anteriormente con el éxodo de la gente de los campos a las ciudades. Así que, aún con distintas configuraciones, la estructura familiar está siendo afectada por esta disolución. ¡Debieran plegarse al Movimiento!

Despacio, debiéramos ir direccionando nuestra sensibilidad hacia los conjuntos, ¿por qué no tener esa diversidad que nos parece interesante entre los pueblos, por qué no tenerla en el interior de nuestras estructuras?, La estructura del Movimiento Humanista debiera ser el lugar de encuentro de las diversidades.