Necesitamos pensar cómo presentar lo nuestro y que la gente se lo represente bien. Las ideas fundamentales tienen que poder expresarse correctamente aunque el otro no lo acepte de momento. El tema es cómo se lo transmite. Transmitir correctamente. No importa si toma el mensaje o lo deja, pero que acepte o rechace lo que queremos transmitir. Ya tenemos ejemplos de distorsión en los que hemos visto por experiencia como conceptos como Humanismo se ha traducido por Humanitarismo, que está asociado a un ser compasivo y termina en una ONG. Mientras que el Humanismo es más general, de mayor contexto, es más radical, es una visión del mundo; el humanitarismo es más puntual, más coyuntural, se mueve con el objetivo de quitar el hambre sin ver los orígenes de cómo surge y en realidad termina sin lograr su objetivo ya que hay una mentira en el origen de ese planteamiento. No decimos que sea malo ayudar a la gente, en la salud, educación, proyectos para conseguir agua, etc., solo que no se trata de Humanismo.
Falta el escalón intermedio entre la Doctrina y lo que llega a la gente. Tenemos que adaptarlo, por eso es necesario un círculo de gente en los temas de fondo que los adapte. Tenemos que desarrollar un ámbito. Por ejemplo el tema de las culturas, el tema de las generaciones, son temas a desarrollar. Tenemos las ideas fundamentales. No se trata entonces de comenzar ahora a hacer una Enciclopedia del Humanismo, sobre todo cuando ya se ha hecho.
Tenemos que adaptar el lenguaje. El lenguaje está muy afectado por los cambios sociales de los últimos 30 años. Es mucho cambio. Estamos arrastrando un lenguaje de otra época. No es un tema doctrinario, es un tema de estudiar cómo llegar a la gente. “Ponerlo en fácil” es un problema nuestro. Si se lo pasamos a los publicistas, ellos tratan de manipular y no de traducir. La base de la publicidad está en la falsificación. Si les pedimos a ellos que traduzcan, lo que harán será manipulación. Necesitamos traducir nosotros y después pasárselo a ellos.
“Cómo lo vamos a poner” para la vieja izquierda era “para que no se nos note el plumero”. Para nosotros es cómo hacemos para que se comprenda la idea que queremos transmitir. Son direcciones distintas. Para Carlitos Marx el joven, la ideología era el “enmascaramiento de la realidad”.
El destinatario. ¿Cuál es? ¿Cuál generación? No se trata de hacer sociologismo, donde estudian el estrato al cual quieren largar un mensaje. Solíamos dirigirnos a un destinatario del futuro. Observamos la proximidad a los medios de comunicación de la clase media. Son ellos los que llegan a los medios de difusión, no el cartonero, no las clases pobres que muchas veces no saben leer ni escribir. La clase media tiene la capacidad de homogeneizar los códigos. Así que el destinatario es la clase media que comunica a otros (“los que tienen sentido común”, los pies en la tierra, los que dicen: “de la oscuridad sale la Luz“ – Tomás de Aquino- o “de la discusión nace la certeza”, son pensamientos de la Edad Media).
No sería el dubitativo nuestro destinatario, ya que más que una tipología eso es un tipo de temperamento que se encuentra en todos lados, es un clima de opresión, es un modo de estar en el mundo. Un ejemplo de temperamento es el Nacionalismo. Es un tipo de temperamento. Es algo visceral, típico de las ideologías del siglo diecinueve. Los nacionalistas usan muchos adjetivos. Tienen una componente romántica que da lugar a corrientes literarias, artísticas, políticas. Si el marxismo hubiera salido de lo visceral, se hubiera desarrollado como una mística. En el marxismo se ponían censura a ellos mismos pero si no hubieran sido tan racionales, podrían haber calado en la necesidad existencial de la gente, si hubieran tenido la cabeza fría. La gente no tiene solo necesidades objetivas, también nace, se casa, se muere, necesitan Sentido. No atendieron a nada de esto. Mucha autocensura. En uno de los libros de Marx, cuando trata de las realidades sociales y llega a los poetas dice: “de los poetas no se puede hablar”. No se puede hablar porque ellos te llevan a una conciencia inspirada, te llevan a cualquier lado, te llenan la cocina de humo.