En el proceso amplio que viven los partidos políticos no pueden incorporar gente de afuera producto de la declinación de la coyuntura (ya no es la misma situación de sacarse a la dictadura de encima). En nuestro caso vimos que no había partido y que había que formarlo. Lo hicimos con un plantel. El proyecto de armar el partido con un plantel no funcionó, no por problemas compositivos nuestros, sino que por proceso general. Hoy es una dificultad la formación de un partido político. Sino mira lo que le pasó a la gran mayoría de los partidos de la Concertación: la tendencia es a que desaparezcan.

Es interesante el proyecto de los organismos, pero mientras no tengas que ofrecer va a ser muy difícil. Distinto a los partidos grandes que cada vez les es más fácil, porque tienen cosas que ofrecer (bipartidismo).

El plantel era insuficiente por todo lo que había que hacer. Si queríamos además tener iniciativa, era un lío. Tenemos espacio recorrido y cosas ganadas. Si no nos daba el plantel iba a ser problemático.

Sabemos que no es una oferta interesante la convocatoria política. No podemos atribuirle un mal funcionamiento a la gente que se aplicó al plantel. Entonces dijimos: ¿dejamos todo tirado o seguimos ganando terreno?, y decidimos poner al Movimiento para que apoye.

¿Y que dijimos en ese momento? Que El Movimiento se desestructuraba por un año, o hasta las elecciones, que íbamos a crear un partido con vida interna, que nos interesaba expertizarnos, ganar en influencia y la obtención de cargos electos.

Si El Movimiento tiene una estructuración propia de él, éste llevaría su forma al plantel y obtendríamos cuadros organizados como del Movimiento y orientación del Movimiento. La única salida para armar el organismo era la desestructuración del Movimiento. Este es un problema de cristales, no queríamos dicotomía en cada cosa que había que hacer. Tuvimos que desestructurar El Movimiento para que tuviera la flacidez necesaria para absorber y tomar la forma de un partido. No se pueden hacer dos cosas a la vez. Debíamos darle un tiempo al organismo para que hiciera sus cosas.

Si lo que valía para la etapa uno era un pequeño plantel, en esta segunda etapa, para formar el partido, dijimos: démosle vida interna al partido. Si planteamos y decimos las mismas cosas que los demás, ¿qué gracia tiene? ¿En que sí nos pareceremos?: en la formalidad de relaciones con otros partidos, prensa y recursos, NO en el planteo, no en la vida interna. Si vas a hacer, decir y actuar como los otros partidos: ¿para dónde vas? Nos interesa la vida interna con códigos del Movimiento.

La gente nuestra puede entender que se puede dar un apoyo no sólo en los tres meses antes de una campaña. Pero no estamos hablando de tres meses de campaña, sino además de poner en marcha una estructura, una orgánica del partido.

¿Por qué dijimos un año y no para siempre? Porque al Movimiento no le sirven planteos como “para toda la vida”, es difuso y no funciona, se pierde en la nada.

Suponemos que en este momento todos estamos abocados a lo mismo y no hay nadie haciendo otra cosa. No se trata de escribir con una mano y borrar con el codo del otro brazo.

Se necesitan elementos de mímesis políticos, sólo que eso no fue planteado así. Cuando se cumpla el año se podrá hablar con individuos su continuidad en este proyecto, pero no le puedes cambiar el libreto al Movimiento. La continuidad es lógica, pero no es el libreto. No le puedes pedir eso al Movimiento, porque es un escamoteo. Esto se conversará antes, si la persona es candidata.

El Movimiento cumple sus compromisos. Nosotros únicamente hacemos algo errático cuando nosotros cumplimos y el otro no hace su parte. Sólo no cumplimos nuestro compromiso y consideramos que quedamos en libertad, cuando el otro no hace su parte. Una falla que hagas y eso desorienta a la gente y nos encontramos con una fila de pragmáticos. Lo que se proyecta se cumple.

No hay nada que objetar a las dos misiones planteadas, nada que objetar. Nosotros no evaluamos de acuerdo a la obtención de resultados, las cosas las hacemos porque son intentos que valen la pena jugarse. Nosotros hacemos lo que hay que hacer, no medimos las cosas por los resultados inmediatos cretinos de los vendedores de zapatos (Ejemplo de la URSS: nuestro planteo con el PC era coherente y aunque sabíamos que no se podía, igual lo hicimos. Lo mismo con Kaunda).

Le ponemos empeño para que salga. No es una cosa con desgano. Si no planteamos las cosas así, pierden sentido las acciones humanas. A nosotros nos importa orientar procesos, no manejar las cosas. A la historia humana no se la lleva el viento. A los imperios más gordos se los lleva el viento. No es así. No es estar en las cosas, personas, objetos. Si en la cabeza no resultan los proyectos, malo. Distinto es que no funcionen en los hechos.

Si te vas a tu casa estás sin contradicción cumpliendo “tu largo fin de semana”. Distinto emplazarte como si estuvieras, pero sin poner el hombro. En ese caso es mejor que te vayas a tu casa. En el punto donde te emplaces pones tu energía para generar influencia y si ves que siendo concejal puedes ampliar tu influencia, allí hay que ir. No nos conviene actuar con reservas.

Nosotros necesitamos un plantel interesante que se mueva y haga cosas interesantes, independientemente del nivel que se tenga en El Movimiento, lo que importa es que lo haga bien. Necesitamos que los candidatos y la gente necesaria para el funcionamiento de la orgánica, tengan continuidad. Aquellos que tienen estructura retomarán su estructura, tal como se dijo y podrán hacer ambas cosas si quieren.

No podemos prohibir nada. Se puede hacer ambas cosas, es como orientar una estructura a distancia. No se puede asegurar que a todos les resulte, pero tenemos la experiencia de muchos en El Movimiento que sí orientan estructuras a distancia. Si le dice a su estructura que va a estar ocupado generando influencia como concejal, desde ya tendrá que constituir un equipazo con autonomía equivalente a dar orientación a distancia.

Así es que conversemos individualmente con los posibles candidatos y personas necesarias para la futura orgánica, revisando las diferentes situaciones en que se pueden encontrar. Respecto a los sectores podemos ver antes si existen reemplazos.

El proyecto de líder social está inserto en el proyecto general, es decir, en el partido. Si no, vamos a andar con dicotomías, tricotomías, etc., y ésto no nos conviene.