dirección hacia. Distinto de intención, que supone racionalidad, reflexión.
La intención es sobre-natural. Está encima de lo natural, de lo causal, de lo dado. Es hacia el futuro, es lo digno, es lo fantástico del ser humano. Es lo que impulsa, lleva, al ser humano, sus causas, sus ideales. Es por la falta de su dignidad intencional que lo reprobamos, porque no se alza contra la naturaleza. La intención es siempre trascendente, es externa a sí (Hegel en la Fenomenología del espíritu). La conciencia siempre se trasciende a sí misma.
Hay intersubjetividad, hay comunicación. Yo me puedo acercar mucho a tus registros, pero los revivo en mí. Puedo revivir el registro de otro a quien estoy representando a través de una lectura, y puede que el otro haya muerto hace 500 años. El registro es siempre de uno, pero puedo registrar al otro y registrar incluso lo que el otro percibió. Los otros son alcanzados por mi intención.
El cuerpo y el mundo son el objeto y la aplicación de la intencionalidad. No hay conciencia sin mundo. Me transformo al transformar al mundo. El mundo es mi punto de aplicación, en él aplico mi intencionalidad y me transformo transformándolo. Y yo humanizo el mundo. Yo aplico mi intencionalidad en mi cuerpo y en el mundo, pero registro a mi cuerpo, mientras que no registro a los otros. Por lo tanto, no puedo cargar con los «pecados» del otro. Y no puedo «desatar» lo que el otro hizo, así es que no puedo redimir al otro. Que no se hagan los vivos. La creencia que nos han inculcado es que la subjetividad es algo «egoísta», sucio, pecaminoso. Son una manga de hipócritas, mentirosos. Son sistemas de creencias, moralinas declamativas.
Ahí está el mundo como un mazacote para hacer algo con él. Cuando decimos «Humanizar la Tierra», nos proyectamos hacia el mundo. Es el registro de cada cual que lleva su cual al mundo. Por ahí se empieza. Uno se imagina llevando desde sí lo mejor hacia los otros. Esta es la verdad sicológica, siempre desde mí. Aún cuando se quiera lo mejor para el otro, se quiere desde sí.
Horizonte es la finalidad del discurso y sus significaciones totales. El significado total me hace ir eligiendo las palabras a utilizar, voy seleccionando de acuerdo a una dirección, a una intención y elijo las palabras como ladrillos útiles a mi construcción.
Las representaciones copresentes pueden ser sociales, culturales o históricas.
En la vida humana no nos mueven las distinciones entre el mundo interno y el externo. Aquí el mundo es el paisaje y la mirada es el conjunto de registros (el yo). Estamos en la globalidad de la estructura conciencia-mundo; el mundo es paciente de transformación y la conciencia es la activa.
En este libro y en las Discusiones Historiológicas se discuten esquemas con la sicología y con la historia.