«La pequeña ciudad de Waldzell representaba la sede del juego oficial y de sus instituciones: aquí estaban el famoso salón para los juegos solemnes, el gigantesco archivo
del juego con sus funcionarios y sus bibliotecas, el asiento oficial del Ludi Magister (Maestro de Juegos). Y aunque estas instalaciones subsistían por entero en forma independiente, porque la escuela no estaba unida a ellas en manera alguna, reinaba allí el espíritu de tales instituciones y había algo de la unción de los grandes juegos públicos en el aire del lugar… Entre la población, los alumnos de la escuela se denominaban ‘estudiantes… el número de alumnos apenas excedía a veces de dieciséis… «
El Juego de Abalorios (Capítulo II)
Hermann Hesse