La Comunidad abre sus puertas a todo aquel que desee participar de sus actividades y reconoce distintos niveles de acuerdo al especial interés de cada persona. El nivel de adherente es el más amplio de todos y no re­quiere ningún tipo de compromiso con la institución. Uil adherente puede ser un simple u ocasional observador, o bien alguien que participa de al­gunos trabajos y lo hace concurriendo esporádicamente.

I. Promoción a miembro activo.

Cuando un adherente desea ser promovido a la calidad de miembro ac­tivo, es porque está dispuesto a asumir determinados compromisos. En tal caso, en una reunión efectúa la siguiente declaración ante los concu­rrentes:

«Sé que los miembros de la Comunidad ponen su es­fuerzo voluntario en Humanizar la Tierra, mediante un sistema de actividad y enseñanza útil para la socie­dad y el individuo. He comprobado que todo esto coincide con mis sentimientos más profundos, por ello me intereso en una participación activa que consi­dero positiva para mí y para el engrandecimiento de la obra común».

Entonces un instructor responde:

«Para llevar adelante la participación que reclamas es aconsejable que practiques Los Principios, colabo­rando con entusiasmo y permanencia en nuestras reu­niones y trabajos. También recomendamos el estudio de nuestros libros y documentos. Y ahora, te damos la bienvenida como miembro activo de la Comunidad».

Se saluda al nuevo miembro y se toman sus datos personales para facili­tar el contacto posterior con él.

2. Promoción a miembro instructor (miembro de Escuela)

Un miembro activo que ha participado regularmente en las reuniones y trabajos de la Comunidad, puede solicitar ser promovido a la calidad de miembro instructor, siempre que verdaderamente sienta vocación por as­pectos organizativos y de enseñanza.

En tal caso, en una reunión estacional y ante los concurrentes, otro ins­tructor más antiguo hace las siguientes reflexiones:

«Has cumplido con los requisitos que se exige para la oficialización como miembro de Escuela.

En este momento te invito a meditar ya desistir de este intento, si es que no te decides a cumplir con propuestas más avanzadas de trabajo y estudio.

Recuerda que nadie te ha elegido, pero que nadie ha­ce resistencia a tu admisión.

Considera que así como ahora te postulas, cuando no puedas cumplir tus compromisos, deberías autoexcluirte.

Si piensas, sientes y actúas en la dirección conocida; si contribuye cuidadosamente al engrandecimiento de la obra común, entonces entra. Si no es así, entonces retrocede.

Cita tus compromisos:

  1. Estudio de la enseñanza.
  2. Cumplimiento de los Principios en la vida perso­nal. ­
  3. Enseñanza a otros.
  4. Contribución anual.
  5. Participación en la reunión semanal y en las acti­vidades conjuntas».

El postulante, entonces, afirma que desea ser miembro instructor. Lue­go de eso, se lo saluda y se procede a inscribirlo como nuevo miembro ins­tructor de la Comunidad.