Ahora bien. Todo ser refleja esos individuos en distinta proporción y eso da a cada cosa su sustancialidad.
Trabajamos con los individuos del siguiente modo:
Trajimos maquinas para medir y producir. Cuando quisimos dar vida a algo, lo colocamos en el centro. Por encima pusimos un ámbito mayor que el, por debajo todos los elementos propios de su composición y a sus costados un medio adecuado. Este medio entraba y salía de nuestro individuo, pero también el individuo estaba conectado con el macrosistema de arriba y el microsistema de abajo.
Por tanto, nuestros individuos (a los que queríamos dotar de vida) eran como triángulos conectados en sus tres vértices con otro sistema. Mientras el sistema mayor actuaba por influencias o cósmicamente y su función era dar ciclos y ritmos apropiados, el menor lo haría alquímicamente, siendo su trabajo el de formar y transformar substancias en el interior del triángulo (3).
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En cuanto al medio, colocamos en el (y a los costados de nuestros individuos) cuatro figuras vibratorias distintas que con el correr de los tiempos fueron confundidas con estados materiales, llamándoselas: «oros», «copas», «sables» y «caduceos».
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Oros
(Aire)
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Sables o espadas
(Agua)
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Copas
(Tierra)
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Bastos o caduceos
(Fuego)
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Cada una de las figuras vibratorias poseía cinco momentos y esto nos permitía adecuar las proporciones de vibración del medio. Posteriormente, a los momentos se los recordó en los juegos como: «rey», «reina», «alfil», «caballo» y «torre». (4).
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En los diversos juegos, efectivamente, quedaron grabadas nuestras maquinas. Todas ellas surgieron de inadecuados tratamientos de sus partes. Solo quedo un juego que refleja a todas las maquinas completas. El mismo es una maquina de maquinas. El es el juego completo con el que se pregunta y responde y mediante el cual los individuos, los procesos y las intenciones quedan develadas (5).
Finalmente, usamos tres maquinas iguales para ámbitos desiguales y colocamos en cada uno de ellos al macrosistema, al individuo y su medio y al microsistema.
Las tres maquinas giraban sincronizadamente en un único sentido posible y estaban conectadas entre si de un único modo posible, pasando elementos de unas a otras.
De modo que esa forma repetida en tres era una y servia para componer y descomponer. Así como otra maquina era también una en su forma y distinta a la anterior, ya que se aplicaba a todo proceso, siendo numerosa la materia de cada proceso y distinta en cada caso.
Las formas de la maquina de composición y de la maquina de proceso eran distintas entre si, pero estaban conectadas en un punto. Este punto fijaba el nivel de trabajo de la totalidad. El nivel manejado desde el punto, respondía a nuestras intenciones (6). Podíamos gracias a el subir hasta las esferas mas grandes y distantes o bajar a los planos mas pequeños y por eso también, distantes. Cada paso por un plano mas amplio o restringido correspondía a una triada intencional ascendente o descendente (7).
Para comprender el estado de cualquier individuo, conviene retener que todo esta en proceso y que los individuos mantienen su identidad en los distintos pasos, hasta que a veces logran independizarse de las condiciones de su origen. Si algún individuo se independiza de esas condiciones a lo largo de su proceso, es porque perdió su identidad y se transformo en otro. A ese fenómeno lo llamamos «transmutación». Pero no debe suponerse que todo individuo se libera de las condiciones, siendo que involuciona a veces, que queda fijado en una etapa o que evoluciona sin perder su identidad… sin transmutarse.
Notas
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[pie](3) Cada carta de los arcanos mayores (las primeras 22) esta dividida en tres partes o planos, siendo la parte superior representativa del plano cósmico la media, del plano síquico y la baja del plano alquímico. Teniendo esto en cuenta, se sabe que para comprender un individuo (cualquiera de las 10 primeras cartas) es necesario explicarlo por el sistema mayor en que esta incluso, por el medio que lo rodea y por los elementos que lo componen. Por ejemplo: si nuestro individuo de estudio fuera el ojo humano, solo se lo podría comprender por el sistema mayor, es decir: el sistema óptico que incluye ojo, nervio óptico y en alguna medida su localización cerebral correspondiente. Luego, por su sistema menor, o sea, por sus elementos compositivos: iris, retina, cristalino, etc. Además, será necesario comprender el medio en que actúa el ojo: un medio interno de sangre, tejidos, etc., y un medio externo de luz. Las diferencias entre los tres planos, son diferencias de amplitud lógica y de ningún modo están (estos planos) definidos por objetos, ya que pueden aplicarse a todo objeto.[/pie]
[pie]Ahora bien, los individuos estudiados así, están en estática, pero únicamente se los comprende al ponerlos en dinámica en algún momento del proceso. Esa es la colocación del individuo en el horóscopo (cartas 11 a 22). Si nuestro individuo de estudio es el ojo humano debemos saber en que momento de proceso se encuentra por cuanto no es lo mismo un ojo aún no formado, el ojo del adulto o el ojo del anciano. La puesta en dinámica tiene especial importancia en casos en que el sujeto se modifica sustancialmente con el correr del tiempo.[/pie]
[pie](4) Al colocar las figuras al lado del individuo ojo por ejemplo, estamos obligados a precisar qué elementos constituyen su medio. En el interno habrá que determinar sangre, tejidos, etc., y además, entradas y salidas de la sangre, otras substancias y hasta gases en su interior si quisiéramos ser precisos. En el externo habrá que fijar la luz en su escala, sabiendo que la frecuencia vibratoria perceptible va desde abajo de los ultravioletas y por encima de los infrarrojos. Esto permite formar una tabla de unidades Amstrong, para cada uno de los siete colores que forman la luz blanca y comprender cómo las distintas vibraciones actúan en el fondo de la retina a nivel de conos y bastoncillos, produciendo las reacciones que luego permiten diferenciar intensidades luminosas y colores.[/pie]
[pie](5) Este pasaje hace alusión al Tarot como «máquina de máquinas» que aparece compuesto por «máquinas menores»: horóscopos, eneagramas, estrellas, cuadrados, triángulos, mandorlas, círculos y «puntos».[/pie]
[pie](6) El «punto» a que se refiere este pasaje, no es sino la intención o el «interés» que debe fijar el investigador. Tomemos un individuo cualquiera, por ejemplo una lámpara eléctrica de mesa y veamos como varían sus sistemas de acuerdo al interés de estudio. Tomando al individuo como artefacto eléctrico, sus sistema mayor, medio y menor serán: la red eléctrica de la casa, -cables, ampolletas, interruptor, etc.- fluido eléctrico de 200 volts 50 c/s. Mientras que considerando el mismo individuo con otro interés, el estético, por ejemplo, los sistemas varían así: conjunto de objetos de la habitación (colores y formas de la lámpara) tipo y dirección de luz que emite. De modo que antes de cualquier estudio, el investigador debe fijar su «punto de vista» o «punto de interés».[/pie]
[pie](7) Quiere decirse que se debe fijar el nivel o la profundidad del estudio. En el ejemplo del ojo humano, este aparece como el individuo mismo, pero una vez comprendida su estructura podríamos hacer estudios más específicos, interesándonos ahora por la retina por ejemplo. Si tal sucediera, habría cambiado el individuo al «descender» en el estudio. En tal caso, el sistema mayor pasaría a ser ahora el ojo y el menor los elementos que componen a la retina, modificándose también el medio. De este modo, se puede «descender» o «ascender» en cualquier estudio concreto, llevando siempre el mismo método.[/pie]