CHARLA No 3 (18/04/97)

 

Desde el diseño gráfico, pasando por la fotografía, el film, la tv, los sistemas multimedia y avanzando hacia la realidad virtual, el sistema ha ido descubriendo progresivamente que en la imagen hay un gran poder. Pero al sistema le pasa hoy con la imagen algo similar a lo que sucedía hace algún tiempo con los materiales radioactivos: al comienzo se desarrolló enormemente la industria de extracción de los minerales radioactivos pero se sabia muy poco de cómo manipularlos; es decir la tecnología de extracción estaba avanzada y la tecnología de manipulación estaba muy poco desarrollada. Hoy ocurre que la tecnología de producción de la imagen está muy desarrollada pero el sistema sabe muy poco o casi nada acerca de la sicología de la imagen.

El sistema no sabe cómo opera la dinámica de la imagen en el siquismo humano, por eso el desarrollo transferencial es tan pobre en el ámbito de la imagen. Al desconocer el funcionamiento de las imágenes y avanzar en la tecnología de producción y distribución de imágenes; el sistema en su torpe búsqueda del monopolio de la imagen, necesariamente cometerá errores de saturación e irritación que llevarán a la producción de reacciones de rebote sicosocial por parte de la población hacia los medios y los vehículos transmisores de imágenes. Debido a la falta de conocimiento del sistema de este tipo de fenómenos y de la dinámica de la imagen, no podrán suponer que estas cosas puedan ocurrir y por lo tanto no harán nada para evitarlas.

Una de las guerras nuestras en los próximos años es la guerra por la imagen, no en los medios de comunicación sino dentro de la cabeza de las personas. El sistema sabe que la imagen opera y que por lo tanto para ellos puede producir dinero, que puede resultar un buen negocio. La imagen es un caso particular del capítulo de la sicología de los impulsos. La guerra por la imagen, gran problema de esta época, y que será un gran tema en nuestra discusión de los próximos años es una particularidad de la sicología de los impulsos..

Es conveniente aclarar que una cosa son las ideas y otra cosa son las imágenes; las ideas esclarecen pero no necesariamente mueven, las imágenes mueven pero no necesariamente esclarecen. En nuestras reuniones nosotros hacemos esclarecimientos, experiencias guiadas y propuestas de acción. Nuestro motor no es la transmisión de las ideas, sino la transmisión de las imágenes. Las ideas pueden producir acuerdo y no producir acción. Alguien puede decir yo estoy de acuerdo con lo que usted dice y al final de toda su explicación decirme: «Estoy de acuerdo con todo lo que usted dice (acuerdo en las ideas) pero no voy a ir al operativo (negación de la acción) que Ud. me invita por que tengo una cita a comer donde mi tía (imagen movilizadora). Es decir, puede que sigan mi lógica, compartan mi razonamiento y estén totalmente de acuerdo con mi conclusión (El FMI y el sistema ….. por lo tanto debemos hacer ….) y no se muevan en la dirección propuesta a pesar de todo ello.

Para moverme necesito imágenes (creencias) no ideas. El lío actual de las ideologías es ese, no tienen en cuenta las imágenes; el sistema con una pésima ideología le lleva ventaja a todas las otras ideologías porque controla los medios de comunicación de imágenes aunque no sepa nada de la dinámica de la imagen. Nosotros tenemos ideología y además conocemos, controlamos y manejamos la sicología de la imagen, es decir, tenemos todo; solo es cuestión de poner en marcha todo lo que tenemos. A nosotros no nos basta con que la gente que se acerca tenga acuerdo con las ideas, a nosotros nos interesa la conversión de las personas.

– ¿Podrías explicarme que es eso de la conversión de las personas?

El acuerdo con nuestros esclarecimientos ideológicos no hace que la gente se mueva. Estar de acuerdo con 2+2 = 4 no hará que por eso la gente se mueva en una dirección. Para que la gente se mueva no se necesitan esclarecimientos ideológicos, para que la gente se mueva se necesitan imágenes movilizadoras. Moverse no es cuestión de acuerdos, las consecuencias lógicas no mueven (concluir que el sistema es explotador, manipulador, … y estar de acuerdo con eso no mueve a las personas a realizar acciones ). La movilización de imágenes no es lo mismo ni tiene que coincidir con el esclarecimiento ideológico . Ni aún en la época del racionalismo la gente se movía por ideas, no eran las ideas las que movían a las personas en aquella época. Lo que pasaba era que la gente creía en las ideas, pero a la gente las movía no las ideas sino la fe en las ideas. En aquella época a la gente la movía las creencias e imágenes de un mundo y un orden racional mejor que el que estaban viviendo. Son las imágenes (acompañadas o no por ideas) las que mueven a la acción. La creencia en el poder transformador de las ideas racionales eran el motor de la acción en la época del racionalismo. Hoy no se cree en la razón, entonces la razón no mueve.

– ¿Entonces que es la conversión de las personas?

La conversión de las personas es la transformación de su sistema general de imágenes de un modo rápido, de manera que se pueda polarizar la dirección de su vida en un sentido preciso. Ejemplos de esto que estamos hablando se pueden rescatar en lo que está sucediendo en algunos grupos cristianos (sectas protestantes) en donde alguien asiste y de pronto él atiende a una especie de llamado (no a una ideología) y algo le pasa y entonces a partir de ahí se integra con más fuerza a ese grupo, deja el alcohol, vuelve con su pareja, consigue y conserva un trabajo estable, es decir, el sistema general de imágenes del sujeto se trasforma de un modo rápido y la dirección vital del sujeto se convierte. Después de esta experiencia las personas dicen: me convertí al … Esto que estamos describiendo no lo hicieron con ideas. Hay tipos de estos que eso que acabamos de explicar les ha sucedido en un acto protestante en un corto instante y a partir de ahí su vida errática toma una dirección con mucha fuerza. Esto no se hace con el simple hecho de ponerse de acuerdo con ideas.

Nosotros no podemos hacer ciertas cosas (conversiones masivas de sentido) antes del tiempo adecuado porque aún el proceso general va en otra dirección; todavía hay creencias colectivas que tienen que caerse antes de la caída masiva, y será entonces cuando busquemos esas conversiones masivas de sentido. Esas conversiones masivas son plegamientos masivos a un nuevo estilo de vida.

Primero los plegamos al estilo y luego los esclarecemos. Primero redireccionar imágenes y luego esclarecer ideas. No vamos a hacer esclarecimientos masivos anteriores a la conversión masiva del sentido de la vida sino todo lo contrario.

Por ahora hay que hacer gimnasia de plegamiento de personas por medio de ceremonias, actos testimoniales, asumir compromisos, … No es esclarecimiento para que luego cambie su sentido de vida, es plegamiento, por medio de ciertos actos, a un nuevo estilo de vida. En el movimiento estamos en este momento tocando la posibilidad de lo masivo; esta posibilidad empezó a actuar en enero del 96 cuando dijimos: sino somos en poco tiempo varios cientos de miles ¿a qué estamos jugando? A partir de este cuestionamiento hemos acelerado el crecimiento y hoy sabemos que somos varios miles, pero la cosa va más allá porque a los nuestros no les basta saber que somos varios miles, sino que además quieren tener la imagen perceptual de esos miles y entonces dicen «vamos a hacer un acto publico el 1º de mayo».

Con esto estamos viendo que la imagen movilizadora de cientos de miles para el año 2000 está produciendo en las estructuras una modificación en los planteos, en los comportamientos y en el emplazamiento de la posibilidad de ese escenario (se acerca la imagen, gana en profundidad e impulsa con más fuerza). Como humanistas no sentimos lo mismo si nos imaginamos pocos en una plaza haciendo nuestros planteos o si nos imaginamos miles en una plaza haciendo nuestros planteos. Un tipo en calzoncillos con una cartel en una plaza es un loco, mil tipos en calzoncillos en una plaza cada uno con el mismo cartel es un fenómeno social; el planteo es el mismo, no ha cambiado, lo que cambió fue el número. Gandhi sólo hubiera sido un pelotudo pacifista, Gandhi seguido por millones fue un fenómeno social.

Si somos poquitos lo que digamos es para reírse, si somos cientos de miles lo que digamos (que es lo mismo) es cosa muy seria. ¿Qué cambia? Cambia la relación de fuerza apoyada por el número. Ahora repartamos muchos materiales en la base y en la calle, la gente se los lleva y los archiva no los lee; cuando perciban nuestra fuerza (por acción de forma de la percepción del número) todos querrán saber de nosotros, quienes somos, que hacemos, que decimos, como nos organizamos, … y en ese momento se acordarán de la reunión a la que fueron, de la gente que los invito, del papelito o folleto que se les entregó, del libro que tienen y empezarán a leer lo que no han leído y a llamar al contacto a al amigo que sabe, …

No son las ideas las que producirán todo esto, son las imágenes perceptibles de una fuerza social organizada la que producirá esto. Nosotros por ahora repartamos papeles por todas partes, contactemos a todo el que podamos, si la gente no lee nuestros materiales que los tengan; si no asiste a nuestras reuniones que sepan que existimos. En cuanto perciban nuestra fuerza leerán todos los papeles que tengan y se acercarán a nosotros. Todo esto ocurrirá, por ahora hagamos gimnasia de contactos, reuniones, producción, financiación y distribución masiva de materiales.