Para explicar qué es un fenómeno sicosocial se apela a una analogía respecto del funcionamiento del cerebro y el cuerpo.

El cerebro est compuesto por neuronas que manejan al mismo tiempo diferentes partes del cuerpo. Estas neuronas trabajan con microvoltajes y realizan sus funciones desincronizadamente, es decir, cuando unas se activa otras est n en reposo, una descargan y las otras no, etc. Pero si en un momento determinado se sincronizan entre sí y descargan todas al mismo tiempo, producen en el cuerpo un ataque de epilepsia.

An logamente, cada cerebro es una neurona del cuerpo social. Por lo general, cada cerebro anda en su historia desincronizadamente: uno milita, el otro se enamora, un tercero no sabe qué hacer, el siguiente est en crisis, unos cuantos más de vacaciones, etc. Pero podría ocurrir que en una ciudad o en una región un estímulo hiciera que todos los cerebros sincronizaran (sin mediar ningún acuerdo, espont neamente) y produjeran una descarga que se expresara en un comportamiento colectivo. Eso es un fenómeno sicosocial: mucha gente respondiendo individualmente pero de la misma manera_ a un estímulo.

Los fenómenos sicosociales pueden tener o no características destructivas. Por ejemplo, los estallidos de Caracas, Rosario y Los Angeles, tuvieron características destructivas. Siempre se necesita un detonante, que opera como una onda_ que conecta a todas las «neuronas». En Rosario y Caracas el detonante fue la subida de precios. En Los Angeles, el detonante fue el resultado injusto del juicio de 4 policías que habían golpeado. El detonante genera una onda que sincroniza todos los cerebros hacia una misma respuesta.

El tema detonante puede desencadenar también una respuesta no destructiva. Por ejemplo, dos días después del estallido sicosocial de L.A., el viernes a la mañana en Nueva York se generó un rumor respecto de que allí ocurriría lo mismo que en L.A. Este rumor, que los medios de difusión no mencionaron y que circuló boca/oreja, fue la onda que sincronizó todos los cerebros y, a las 2 de la tarde, Nueva York estaba paralizada, nadie en la calle, los comercios y oficinas cerrados, la actividad suspendida y todo el mundo de vuelta en su casa. Toda una ciudad de millones de habitantes paralizada por un solo rumor referido a lo que podría pasar_.

Hay otros ejemplos de fenómenos sicosociales referidos a comportamientos extraños que se produjeron en poblaciones europeas en la época de la Guerra del Golfo. Un poco antes de que empezaran las hostilidades, en la misma semana, en Italia se agotó el agua mineral, en España el azúcar y en Francia el papel higiénico. Es decir que frente al mismo estímulo, la inmediatez de la guerra, y de acuerdo con los contenidos de sus correspondientes paisajes, en cada país la gente trató de asegurarse la provisión del elemento que en alguna ocasión anterior había sido más escaso.

Como el mundo est todo conectado, las im genes circulan por todas partes y no se sabe qué fenómenos sicosociales podrían producirse. De hecho sabemos, porque ya se han presentado muestras, que los fenómenos sicosociales ya se est n produciendo. Por un lado hay toda una tendencia irracional y por el otro el surgimiento de fenómenos sicosociales. Estas dos tendencias confluyen y es por lo tanto una época propicia para que se produzcan fenómenos sicosociales_ irracionales.