Es claro que el proceso histórico continúa acelerándose. Cada vez que hablamos este tema, los acontecimientos comentados hace pocos meses parecen ya historia antigua. Hoy ya tenemos los desórdenes en Venezuela, el golpe en Perú, los cambios en Afganistán, claras tendencias al proteccionismo a través de subvenciones de las economías fuertes, y esto continúa. Para qué mencionar las estampidas sociales ocurridas en Los Angeles, USA, que rebotan en Canadá. Se nos había explicado que ese tipo de fenómenos ocurría sólo en países subdesarrollados y no en aquellos que son modelo de libertad, orden y paz. La estampida social es un fenómeno “individual” amparado en la turba. No se trata de un fenómeno colectivo con dirección revolucionaria. No. En realidad en la estampida está cada uno en lo suyo preocupado de agarrar algo, un televisor, una lata de cerveza, pero preocupado de sacar algo para sí. Se trata de algo individual y no de conjunto. Es más bien una catarsis social. Es poco interesante como fenómeno de transformación, pero importante como síntoma del caos social que se aproxima.
Con Fujimori se ve el verdadero rostro del neoliberalismo. Ahí se nos hace evidente su carácter dirigista y controlador. En realidad es como actúan los neoliberales cuando llegan a cierto grado de desintegración. Fujimori es más bien la vanguardia del neoliberalismo. Este proceso continúa su aceleración creciente y la pérdida de referencia será total. Si el imperio mundial se consolida, devendrá el colapso del imperio. El último imperio conocido fue el romano. Cuando colapsó las estructuras sociales se desintegraron en lo que se conoció como feudalismo. La humanidad tardó 1000 años en recomponer el proceso social. Ahora se trata de un imperio mundial cualitativamente muy superior.funcionando.