Se tiene la creencia de que cuando se es joven se es de izquierda, que cuando eres adulto eres de centro, y que cuando ya eres viejo eres un conservador. Esa creencia está basado en un esquema biológico, que responde a etapas biológicas de la vida. Nosotros no creemos que las cosas sean así. La dialéctica generacional no es así. Una generación revolucionaria da lugar a una nueva generación conservadora. Ejemplo: El padre hippie tiene ahora un hijo Yupie que vota por Reagan. No vamos a seleccionar a la gente, queremos que sea la gente la que se seleccione.
Imagínate que un partido político pequeñito que se va abriendo paso, empieza a desbalancear las parcelas de poder.
Y no son muchos los que pueden hacer esto bien.
Si la cosas nos sale mal, sabemos que ese es el riesgo que corremos. Pero vale la pena.
Allí donde se produzca un fenómeno, va a ser además demostración para otros.
Aunque personalmente a veces sea ingrato, vale la pena.
Los otros, por lo demás, son unos chotos en materia de eficacia. Se mueven por ambiciones personales, que en su momento pueden desbalancear todo.
Cuando las cosas están muy equilibradas, basta una mosca para joder todo.
Tenemos que tener las ideas claras, ponernos de acuerdo, y no sacar los pies del plato.
Apuntamos a ganar votos, parcelas mayores de poder, y ver si vanguardizamos la puteadera a la derecha.
Necesitamos recoger información y producir nuestros documentos.
Llevar la puteadera a la derecha en términos de futuro y no del pasado.
Con un estilo directo, llamando a cumplir el programa (también podemos decir que estamos esperando que otros nos acompañen para cumplir el programa, porque no estamos sólos, estamos concertados).
Derechos Humanos: La gente tiene que saber. La gente tendrá que decidir