Las vías que hoy conocemos se apoyan en los descubrimientos que realizaron diferentes pueblos en un lapso no mayor a los siete mil años. Es tal la diversidad de fuentes fragmentarias que no se puede pretender abarcar todo el conocimiento y la práctica de acceso a lo Profundo. Nuestras Cuatro Disciplinas trabajan con la manipulación de objetos materiales externos (D. Material), con la energía psicofísica (D. Energética)4, con los objetos mentales (D. Mental) y con las formas mentales (D. Morfológica). Queda claro que esas Disciplinas no agotan otras posibles vías.5

La Disciplina Material se basa en los trabajos de taoistas y budistas chinos, así como de babilonios, alejandrinos, bizantinos, árabes y occidentales. A ese conjunto de trabajos en su continua transformación y deformación se lo conoció con el nombre de “Alquimia”. Hacia fines del S. XVIII, la Alquimia había declinado irremediablemente, pasando muchos de sus descubrimientos, procedimientos e instrumental, a manos de la Química naciente.

La Disciplina Energética busca sus raíces en el Asia Menor desde donde el orfismo y el dionisismo se propagaron hacia Creta y Grecia sufriendo importantes modificaciones hasta que fueron abolidos por el Cristianismo triunfante. También en algunas líneas sivaítas y del tantrismo, se pueden rescatar fragmentos de una experiencia extraordinariamente rica.

La Disciplina Mental encuentra en el budismo su mayor fuente de conocimiento. Para favorecer las distinciones entre actos y objetos mentales apela al lenguaje riguroso de alguna corriente filosófica contemporánea.

La Disciplina Morfológica reconoce antecedentes significativos en algunas corrientes de pensamiento pre-ático que florecieron bajo las influencia “orientales” de Egipto, Asia Menor y Mesopotamia, tal el caso de la escuela pitagórica.

Las Disciplinas trabajan con rutinas que se repiten en cada momento de proceso (paso), hasta que el operador obtiene el registro indicado. Todo el proceso está convencionalmente organizado en doce pasos separados en tres cuaternas. Así como cada paso tiene una designación que aproxima a la idea del registro buscado, cada cuaterna señala un significativo cambio de etapa.

Las Disciplinas llevan al operador en la dirección de los espacios profundos.6 Concluido el proceso Disciplinario se está en condiciones de organizar una Ascesis despegada de pasos, cuaternas y rutinas.7

4 Denominamos a esta energía “psicofísica” porque los fenómenos psíquicos tienen un anclaje físico, no metafísico. Ya en la psicología experimental en la época de Wundt se estudiaba seriamente la relación entre los fenómenos psíquicos y el cuerpo. Medían, por ejemplo, cambios de temperatura corporal vinculados a ciertas imágenes, la resistencia al dolor, etc. La psicología posterior, en cambio, es de muy poca experimentación.

5 Consideramos las cuatro vías que conocemos y hemos podido desarrollar, aunque pueda haber otras que no conocemos.

Los sistemas de yoga en sus distintos modos, las prácticas del Monte Athos y ciertas prácticas sufíes, nos dan una idea de esta posibilidad, aunque tendrían que tener una sistemática y profundidad adecuada para considerarlas como disciplinas. Así que el nuestro no es un modelo cerrado y sacrosanto sino que admite otras variantes.

Nos hemos inspirado en las cuatro causas aristotélicas: Causa Formal, Causa Material, Causa Inicial (eficiente) y Causa Final, esto ya se explicaba en el 300 antes de esta era.

6 Son distintos cortes que hacemos con cada Disciplina. Se trabaja de modo intencional, siempre con un propósito y por distintas vías. Entrar por los objetos materiales es muy distinto a entrar por los actos y objetos pero se trabaja con la misma energía psicofísica, aunque sean diferentes las “entradas”.

7 Si alguien se educa en un tipo de cultura hay cosas que se escapan y en las que no se puede penetrar. Esto proviene de la valoración social y de los códigos que uno trae consigo. Tiene que ver con una memoria actuante, con lo que se recuerda. Hay una memoria profunda que determina la forma de ver el mundo, es el “paisaje de formación”. El individuo no podrá acercarse a estos temas por mero voluntarismo. Dependerá del momento histórico en que se esté emplazado. Antiguamente, en la plaza pública se hablaba de cuántos ángeles cabían en la cabeza de un alfiler, hoy se habla de las empresas. En 1970 se sabía para dónde íbamos (como tono histórico), hoy no se sabe hacia dónde se va. Es la memoria actuante, que se mete en todo, que tiene que ver con las valoraciones y las búsquedas y que no es “plana”. Cuando hablamos de transformaciones profundas hacemos una suerte de sustitución del paisaje de formación, que empuja y “viene desde atrás”, lo sustituimos por algo más consciente. Uno no es consciente del mundo en que se formó y, sin embargo, este paisaje actúa sobre uno mismo. Pero cuando lo sustituimos, reemplazamos ese mundo para movernos por los propósitos que nosotros formamos.

Es un largo trabajo de formación de los propósitos, que tienen que ver con valoraciones, tonos afectivos y búsquedas. Es cosa seria, es salir del paisaje de formación dado y entrar en un paisaje armado por uno mismo. Armar un “propósito” es armar un paisaje de formación diferente. También hay grandes modificaciones de paisaje de formación por accidentes sociales. A veces cambia y se viene abajo toda una posición frente al mundo, es que de pronto aparece un paisaje diferente que choca con lo establecido. Por ejemplo, y hay que ver las transformaciones que se producen en la irrupción de las grandes religiones, ahí hay un gran cambio en el tema de los paisajes. O secambia por acción intencionada o se cambia por accidente. Hay un conflicto entre lo que se recuerda y lo que se vive hoy. Hay una gran diferencia y son las cargas afectivas las que deciden. Sin la carga afectiva nada cambia ya que ésta es profundamente cenestésica y trabajan los sentidos profundos y sus representaciones son profundas.