Los diferentes modos de estar el ser humano en el mundo(11), las diferentes posiciones de su experimentar y hacer, responden a estructuraciones completas de conciencia. Así: la «conciencia desdichada», la «conciencia angustiada», la conciencia emocionada», la «conciencia asqueada», la «conciencia nauseada», la «conciencia inspirada», son casos relevantes que han sido descritos convenientemente(12) Es aquí pertinente anotar que tales descripciones se pueden aplicar a lo personal, a lo grupal y a lo social. Por ejemplo, para describir una estructura de conciencia en pánico, se debe arrancar de una situación colectiva, como se reconoce en los orígenes (legendarios e históricos) de la palabra «pánico» que designa un especial estado de conciencia. Con el paso del tiempo, la vocablo “pánico” se usó cada vez más frecuentemente para explicar una alteración de conciencia individual(13).
Ahora bien, los casos anteriormente citados pueden ser entendidas individualmente o en un conjunto (en atención a la intersubjetividad constitutiva de la conciencia). Siempre que ocurran variaciones en esas estructuraciones globales, ocurrirán también variaciones en los fenómenos concurrentes, tal es el caso del yo. Así, en plena vigilia pero en estados de conciencia diferentes, registramos al yo ubicado en distintas profundidades del espacio de representación.
Para comprender lo anterior, debemos apelar a las diferencias entre niveles y estados de conciencia. Los niveles clásicos de vigilia, semisueño, sueño profundo paradojal y sueño profundo vegetativo, no ofrecen dificultades de comprensión. Pero en cada uno de esos niveles tenemos la posibilidad de reconocer posiciones variables de los fenómenos psíquicos. Poniendo ejemplos extremos: decimos que cuando el yo mantiene contacto sensorial con el mundo externo pero se encuentra perdido en sus representaciones o evocaciones, o se tiene en cuenta a sí mismo sin intereses relevantes sobre su acción en el mundo, estamos en presencia de una conciencia vigílica en estado de ensimismamiento. El cuerpo actúa externamente en una suerte de “irrealidad” que profundizándose, puede llegar a la desconexión y la inmovilidad. Se trata de un “corrimiento” del yo hacia una presencia constante de los registros de evocación, representación, o percecpción táctil cenestésica y por tanto, la distancia se “alarga” entre el yo y el objeto externo. En el caso opuesto, el yo perdido en el mundo externo, se desplaza hacia los registros táctil kinestésicos sin crítica ni reversibilidad sobre los actos que realiza. Estamos ante un caso de conciencia vigílica en estado de alteración como puede ocurrir en la llamada “emoción violenta”. En este caso, la importancia que cobra el objeto externo es decisiva, acortándose la distancia entre el yo y el objeto percibido.
(11) Entendiendo “mundo” como la síntesis mundo interno-externo.
(12) En la Fenomenología del Espíritu, Hegel llama «alienación» a la «conciencia desdichada», que se registra como un desgarramiento de la conciencia consigo misma al encontrarse separada y desposeída de la realidad a la cual pertenece. En el Concepto de la Angustia, Kierkegaard, estudia a la «conciencia angustiada» que se manifiesta con respecto a su objeto que es la «nada». Muchos “filósofos de la existencia» recurren al método fenomenológico para describir los actos y los objetos de síntesis de conciencia. Sartre en Esbozo de una teoría de las emociones, describe a la «conciencia emocionada» y Kolnai en El Asco, describe a la «conciencia asqueada».
(13) Pan era una divinidad pre helénica benéfica para los campos, los pastores y los rebaños. Una leyenda lo hace aparecer en la batalla de Maratón, sembrando el “terror pánico” entre los persas y ayudando a los atenienses, que a partir de ese momento propagan su culto en toda Grecia. El adjetivo “pánico” se refiere a esa divinidad en general, pero “pánico” se usó para señalar el estado de conciencia que denota un peligro inminente y que es colectivo y contagioso. Actualmente, la Psiquiatría ha acuñado el “síndrome de pánico”, debilitando el significado colectivo inicial.