…Es ese “algo más” que nos llama la atención. Los seres humanos siempre han tenido señales, intuiciones, de ese “algo más” y se ve en su cuidado de los muertos. Siempre ha cuidado sus muertos a diferencia de los otros animales. La intuición es la base de todo el desarrollo científico. Por ejemplo, August Kekulé creó la teoría de la cuadrivalencia del carbono y estableció la fórmula hexagonal del benceno (en 1865). No llegó a su feliz representación hasta que se le presentó en un sueño, según cuenta en su biografía, luego de perseguir la idea durante años. Él buscaba la manera en que se enlazaban los carbonos y los hidrógenos y la alegorización de las culebras entrelazadas en su sueño le mostró el mecanismo buscado. Es claro que si hay dirección, la intuición puede llegar.
La intuición está en la base del pensamiento. Para que la razón puede funcionar necesitamos la intuición, es lo “pre-racional”. Lo racional se monta en la intuición cual es el marco de la organización. Tenemos ya el mecanismo de la respuesta diferida y la división de los tiempos y los espacios; tenemos el mecanismo de oposición al instinto de conservación en el acercarse al peligro del fuego y tenemos también el mecanismo de la intuición que es pre-racional y direcciona las búsquedas. Las intuiciones de una pre-civilización son los mitos, son las bases de las futuros explicaciones racionales. Lo racional está basado en la intuición.