Desde tiempos inmemoriales, antes que hubiera lenguaje y por supuesto, lenguaje escrito, y lo que ellos llaman la historia, existieron y todavía existen manifestaciones de lo Sagrado. Nosotros hablamos de lo Sagrado como algo de otro nivel, un lugar que sirve como una conectiva con otro nivel que no está aquí ni en ningún otro lugar, es lo que nosotros a veces sentimos en lo profundo.
Un bosque pequeño encontrado en los alrededores de Roma (el bosque de Diana Nemorensis) se creía que era un lugar sagrado. Era un lugar que conectaba con otro lugar, con dioses o ángeles o entidades de otro nivel. Eran lugares respetados por toda clase de personas. Todo esto no es la misma cosa que se entiende hoy como un lugar sagrado, como un templo de alguna religión o lugares de culto.
Son verdaderos lugares con una carga distinta, manifestaciones de una Conciencia que el ser humano ubica o manifiesta en algún lugar objetal, pero repito: no tiene nada que ver en absoluto con cualquier lugar físico.
Esto se ha repetido en la humanidad; hay una especie de Intencionalidad en la conciencia de manifestar algo, eso es indescriptible en nuestro lenguaje.
En algún punto hay una referencia a Calígula, el emperador romano a quien la prensa cristiana se encargó de degradar al máximo. Este señor Calígula era muy respetuoso de las creencias del momento pero él quiso difundir el culto a Isis y las creencias de Isis. Con este fin él escogió un lugar con alguna carga sagrada que es el Lago de Nemi, pero ese lugar fue cargado y había templos allí a las deidades diferentes de los tiempos; así respetando esto él levantó un templo flotante, un navío, que estaría en el lago y no en la tierra. La gente iba en pequeños botes hasta este navío más grande y allí ellos rendían culto a las deidades que este señor Calígula quiso difundir. Parece que con el tiempo este navío se hundió o fue hundido, pero en los tempranos 1900 lo reflotaron junto a otros más pequeños, y crearon en las orillas del lago de referencia, un museo, con las reconstrucciones de dichas naves. Este museo existió hasta los años cuarenta, cuando un fuego accidental destruyó la mayoría de sus contenidos, pero las fotografías de esos años y la documentación han sobrevivido.
Silo nos propuso observar a lo largo de la orilla del camino algunos montículos de tierra pequeños con cruces del tipo cristiano y banderas rojas, y nos dijo que pertenecen a un curioso fenómeno en Argentina (curioso por lo nuevo), el culto del gauchito Gil (si podemos llamarlo así). Es un gaucho que concede los favores que se le piden y si el favor es concedido, sus devotos ponen en alguna otra parte otro montículo de tierra al lado de la carretera.
K. pregunta por el origen de tal fenómeno.
Parece que la costumbre se origina en la costa Argentina y de allí se extiende por todas partes. Hoy nosotros lo vemos en estos lugares que están en un punto cardinal opuesto a su lugar de origen.
Nos detenemos en uno de los montículos de tierra y tomamos unas fotografías. Las ofrendas se destacan: las velas, cigarros, monedas, etc. Lo notable de todo lo anterior es que la gente no habla sobre tal fenómeno.
D.Z. dice que en Canadá ocurre un fenómeno similar. Parece que la gente en el norte creó figuras del tipo humanoide con piedras apiladas una encima de otra, siempre junto a los caminos, de todos los tamaños. En los años recientes esto se ha extendido a lo largo del país.
Allí también es notable que las personas tampoco hablen sobre el fenómeno.
De lo anterior, la charla continua con respecto a los fenómenos que se producen en los cruces de los caminos. Ahí es donde las personas se juntan para intercambiar, descansar o pasar la noche, grandes números de gente de diferentes lugares, y en las noches frías al lado de un fuego ellos intercambian respecto de sus alegorías personales o de esos u otros lugares. De esta manera se crea una especie de leyenda, que en muchos casos conduce a la creación de verdaderos mitos.
Nos cuenta las travesías en La Meca dónde un hombre que cuidaba el lugar (un tío de Mahoma) tenía como una curiosidad una piedra metálica negra (posiblemente una porción de un meteorito de hierro). Era un lugar al que muchas personas viajaron. Varias rutas, razas y culturas diferentes se encontraron allí, y a través de sus contribuciones crearon con el tiempo las leyendas y alegorías que posiblemente eran el principio de lo que hoy es conocido como el Corán (?). Después con el paso de tiempo el lugar se volvió una referencia para una religión y un lugar de peregrinación.