Tucuman. 9 de Noviembre de 1991
Charla informal del Coordinador General con D.E.

 

….Nosotros estamos dando pasos muy suaves, muy simples. Hicimos un testeo hace dos años. Hace dos años hicimos esas cenas, y eso está bien; eso ha quedado en archivo. Y me la da impresión de que ahora estamos en condiciones, pasados dos años, de utilizar aquella experiencia y volver sobre nuestros pasos. Volver a este tema de las visitas, donde gente se reúne y hace sus cosas; de encuentros como el que hemos visto en Tucumán; o intentar unos pasitos más adelante.

Estos pasos que estamos dando y que van en una dirección, de lo cual ser necesario hablar, a estos pasos debemos interpretarlos dentro de una situación general en un contexto dado.

Pasan cosas alrededor nuestro; vivimos en una situación y a lo mejor es adecuado que nosotros demos señales. Así que los pasos que estamos dando tienen que desembocar en una situación en que demos señal y que de algún modo nos convirtamos en referencia para un montón de gente.

¿Por qué esto de dar señal, referenciar a un montón de gente y demás? ¿Y por qué ahora y no en otro momento? Tenemos que despegarnos de la situación para comprenderla más globalmente.

En este país se está produciendo un fenómeno interesante; se está creando una acumulación de malestar social importante. Y este cuadro que se presenta en este país se está presentando en otros países de Latinoamérica. No nos parece una casualidad; nos parece que se hicieron los primeros intentos, las primeras pruebas piloto en algunos países de economías más débiles. Países manejados por dictaduras donde se podía controlar la situación. Se hicieron experimentos y se puso en marcha este tipo de plan. Este plan que se llama macroeconomía o economía social de mercado, se llama neoliberalismo.

Todo esto que hoy se hace aquí, ya se ha estado haciendo. Se ha estado trabajando en algunos puntos de Latinoamérica con buenos resultados para los que patrocinan ese plan. Así que se ha visto cómo se puede desestabilizar, desregular; cómo se pueden cerrar fuentes de trabajo o cómo se puede dejar a la gente en la calle; y cómo finalmente se puede beneficiar un 20%, tal vez, de la población, con un 80% en contra que queda en muy mala situación. Esto se ha hecho. Esto funciona. Las pruebas piloto han funcionado y se está haciendo ahora de un modo más vigoroso en toda América Latina.

Es lo que está pasando en este país también: se está transitando con un modelo económico que requiere, para que funcione, que no exista una oposición real a ese plan. Si existe una oposición real va a haber dificultades. En el caso de las dictaduras, aunque hubiera oposición real, bueno…, se le da de palos y se acabó la cosa. En el caso de las democracias formales, es necesario que no haya una oposición real; que los sindicatos estén deshechos; que las fuerzas políticas también estén deshechas y que sean incoherentes; que los cohesores sociales cl sicos estén barridos.

Cuando se logra esta situación, cuando todo eso se logra y no hay oposición a ese plan, ese plan puede seguir avanzando. En esa situación se encuentra el país, en las pinceladas más gruesas. En esa situación se encuentra el país. Una situación de total indefensión frente a los avances de un modelo. Este modelo no es sólo económico. No es un modelo simplemente económico. Para que ese modelo pueda ser implantado es necesario, por ejemplo, modificar el sistema jurídico de esos países. Si se puede modificar la constitución, mejor todavía. Pero si no es necesario tocar la constitución, habrá que modificar las leyes laborales, habrá que modificar las leyes de farmacopea; habrá que hacer todo un despelote con instrumentos jurídicos. Hay que hacer una modificación de todo eso para que todo funcione en la misma dirección.

Hay que remodelar los partidos políticos. Va a ser mucho más interesante -para ellos- un sistema bipartidista, que los partidos que se mueven y hacen frentes, que pueden dar sorpresas.

Se tiende a modelar sobre la base de lo que les ha funcionado bien en otros puntos, como un partido republicano y un partido demócrata. Es fácil un motor de dos tiempos para gente elemental; es más fácil moverse con dos partidos. Ese modelo también debe imponerse: sistema de dos partidos, nada de proliferación de rarezas; y organizar un sistema jurídico civilizadito, que pueda ser apretado y apurado por medio de un embajador. Por ejemplo, el embajador va al Ministerio de Trabajo y dice: «¿Muchachos, cu ndo sale esta ley?» No es cierto?

Todo eso se está haciendo acá con bastante buen resultado, así que es de esperarse que con el apoyo del electorado, como se ha visto en las últimas elecciones, se instale bien esto. Por qué los electorados se comportan así? Ese es otro análisis. La gente se siente chantajeada y demás, y cree que si se derrumba este plan económico…¡hay!…se acaba el mundo! Si la gente vive en una situación de chantaje, dice: «vamos a tener que votarlo, porque si este hombre falla…se acabó el país». Y la gente cree eso. El plan va a funcionar bien. Ya se ha logrado que la gente crea eso, y se está logrando bastante bien. Por eso digo: con el apoyo del electorado.

De todos modos el malestar social se hará sentir; los despidos van a ser mucho más masivos que hasta ahora; las fuentes de trabajo se van a cerrar; van a remodelarlas en plan de modernización, y ni siquiera se va a tener el miramiento que se tuvo en Europa en la época de la reconversión industrial, donde antes de largarse la reconversión, se atendieron a los problemas sociales a que iba a dar lugar tal reconversión, es decir: seguridad social, medicina social, seguro de desempleo. Estas precauciones se tomaron y empezaron los despidos y empezó el achicamiento y empezaron las privatizaciones, y no obstante haber un gran malestar social -tuvo síntomas complicados Europa en ese momento-, se pudo hacer. Ni siquiera han tenido ese miramiento en esta situación; ahora cuando la gente queda despedida se le dice: «busque trabajo». Bueno…, por más que busque no va a encontrar.

Acá no se ha tenido ni siquiera ese miramiento al seguir el modelo…, porque hablan de esos modelos…, modelos que están a punto de hacer explosión…Pero no importa. Ellos hablan de esos modelos. Entonces dicen que están aplicando esos modelos… Ni siquiera están aplicando esos modelos. ¿Por qué no tomar n los recuados mínimos para que la gente pueda sobrevivir acá?

Así que ellos van adelante; y como no hay oposición, por lo que sabemos, por lo que vemos; y como no hay oposición real, eso va a seguir adelante; y mientras no exista esa oposición real, van a hacer lo que sea. El malestar social seguir creciendo, pero un malestar social inorgánico no tiene por qué hacerles variar a ellos el rumbo.

¿En qué puede concretarse el malestar social? ¿En desazón colectiva, desepción…, qué m s? ¿En algunos desbordes sociales? De pronto un grupo de gente, en un barrio, asalta un supermercado. La señora sale con los fideos, los nenes con las pelotas y todo eso… Bueno.., el comerciante indignado se pone detrás de la reja con escopeta, amenaza, le larga la policía. El régimen se hace más duro… Claro, tiene una ventaja: la imagen que quería conservar el régimen queda afectada; como imagen queda afectada; el desborde social afecta la imagen del régimen. Claro que sí. Pero no lo hace caer. Un desborde es posible. Lo vimos en el anterior gobierno…Perdón… en la anterior administración -como les gusta decir-, porque sabrán que un país es una empresa, y a las empresas se las administra; no se las gobierna. No existen los países. Existen las empresas. Por lo tanto, los gobiernos de las empresas se llaman administraciones. Y los pueblos no existen; existen los públicos.

Bueno…hay una modificación del lenguaje también. Hay que modelar el lenguaje, para que funcione. Bueno, ya lo vimos en la administración anterior, donde el gerente tuvo que…..lo despidieron. En la administración anterior hubo desborde. Es decir el lío de los fideos, supermercados…, pero eso no tomó una dirección. Esos desbordes son direcciones catárticas que muestran un malestar social importante, pero no son conducentes; en todo caso o mellan la imagen del gobierno, o el régimen se endurece si tiene un cierto apoyo electoral, logrado vaya a saber con qué arte. Tiene un cierto apoyo electoral. Entonces, cómo treinta tipos se van a oponer a cinco millones que nos votan. Enseguida se argumenta de esa manera. Entonces nada… se mete la fuerza de represión y se justifican mil medidas más.

Bueno, entonces este malestar social que está creciendo y que va a crecer, se va a expresar de distinta maneras: a lo mejor con desbordes, pero no quiere decir que se modifique el rumbo de ese plan.

Entonces, ¿si los clásicos pilares del estado nacional sindicalista desde la época del primer peronismo hasta hoy, si los clásicos pilares que fueron la iglesia, las fuerzas armadas y los sindicatos, que se pretendió montar en base a ellos todo un sistema, si están tan maltrechos hoy, ellos no ser n los que van a dar respuesta. Las fuerzas armadas en un estado un poco complicado, la iglesia no sabiendo para dónde disparar, y los sindicatos… Ya ven ustedes, no sólo la CGT de un lado, la CGT del otro, si no, observen la situación de los sindicatos, de los gremios en sí; esos cohesores del estado nacional sindicalista, hoy no funcionan.

¿Qué otros cohesores hay? ¿Los partidos políticos? ¿Se fijaron en las últimas elecciones de la empresa? ¿Vieron el resultado? ¿Lo que pasó en las últimas elecciones? ¿Vieron lo que pasó con el centro izquierda? ¿Y la izquierda? ¿Las alternativas al modelo que está presentando la actual administración? ¿Alternativa? El otro plan de trabajo… No se ha visto una alternativa interesante tampoco, que pueda hacerle frente. No ha venido de la gerencia de compras o de la dirección. No ha venido un nuevo plan para decir: «no muchachos, tenemos que aplicar otro tipo de plan». No, no, no. La contra, que tiene esta administración es contra con algunos matices; pero están de acuerdo con el plan general.

Entonces, la gente dice: «entre seguir con este, que viene a hacer unas pinceladas más y los antecedentes de la administración anterior, mejor seguimos con éstos». No se presentan alternativas, y la gente está metida en ese lío. Entonces, las expresiones de malestar social, las clásicas, son esas: el desborde, la desepción. Y existiendo un gobierno aparentemente respaldado por grandes números, ¿qué otros fenómenos sociales pueden presentarse? ¿qué factores de cohesión…?

– El football.

Deporte, bueno, en la línea de la catarsis…; deporte, sí, espectáculo, todo lo que quieras, pero bailantas… Pero ¿de qué estamos hablando? ¿Estamos hablando simplemente de expresiones de malestar o estamos hablando de un proceso? No. Ninguna dirección parece que pudiera presentarse en el momento actual, que torciera el rumbo que llevan estos acontecimientos, de por sí torcidos.

Escuchamos. Estamos escuchando a los políticos en distintos puntos del país. Estamos escuchando a los gremialistas. Estamos conversando con mucha gente distinta. Estamos recogiendo las impresiones de los periodistas que se supone que son los que están en contacto con la base social y nos dan una respuesta que hay que ver…, o sea que están boleados todos; y empezamos a notar un fenómeno diferente. Algunos de ellos nos empujan suavemente. Claro…, pero nos dicen: «bueno…, algo hay que hacer» ¡a nosotros, que somos unos miserables, cretinos, secuestradores de niños…he!! Algo hay que hacer…; esto está muy mal. Tenemos que hacer… tenemos… tenemos que hacer… (risas).

Estamos escuchando cosas nuevas. Están boleados los líderes. Ese es el cuadrito con el que nos encontramos hoy. No nos encontrábamos con ese cuadro hace dos años cuando empezamos a hacer nuestras pruebas piloto; pero era de presumir que íbamos a terminar encontr´sndonos con este cuadro.

Ahora queremos hacer algo más que pruebas piloto. Queremos dar ciertos pasos, suaves, como para que en esta desreferenciación y en este desorden que estamos comentando, en ese campo de desorden, podamos movernos mínimamente para constituirnos en una pequeña referencia, que es lo que está faltando. Una pequeña dirección de acontecimientos. Los pasos que estamos dando pretenden desembocar en una referencia. ¿Por qué pretenden desembocar en una referencia? Porque está claro, por lo que vamos comentando, que no hay referencia. Está todo desreferenciado, y sigue adelante la m quina trilladora de esos planes que se desenvuelven en toda Latinoamérica. Eso sigue adelante, y la llamada oposición desaparece.

Nosotros queremos, humildemente, poniendo nuestro granito de arena, queremos hacer suaves referencias para dar una orientación bien diferente a la que se está viendo hoy. En eso estamos. En eso. En simplemente dar pasos referenciales. No es muy complicado lo que pretendemos. Tal vez podamos hacerlo. No sabemos qué magnitud pueda tener. Por algún lado hay que arrancar. No nos parece, por lo que hemos estudiado de estas situaciones, no nos parece que podamos convertirnos en un polo referencial por el hecho de salir con un programa. ¡He…! Es decir: primero queremos ésto, segundo lo otro… Va a haber un montón de gente a la que le vamos a decir: «¿qué tal, cómo te parece este?»

– Fenómeno.

«¿Y vos estás de acuerdo con lo que te digo?»

– Sí, estoy de acuerdo.

«Entonces vamos a…..»

No, va a decir: «Yo estoy de acuerdo, pero no voy a ningún lado. Además, no te creo que lo vayas a aplicar». Claro, empecemos por ahí…

En cambio, los teóricos de la época de la cocoa, o sea gente muy antigua, cree que el gran problema es elaborar un papel… ¡un papel!… con planes, presentarlo en la prensa y decirles: «¿les gusta el plan?… Vengan…, acérquense acá que vamos a hacer un frente extraordinario! Pero hijo…la discusión program tica sobre los puntos mínimo…». Oíme…! ese lenguaje…! Todo eso hacen. Está bien, la gente hace lo que puede…, yo lo entiendo… (risas) ¡que va…! pero no me parece del todo adecuado, porque vemos a diario que eso no funciona, que no son esos planes, esos manifiestos los que mueven a la gente.

Ac hay una confusión psicológica en torno a la teoría de la acción… además… Una confusión acerca de qué es lo que mueve. Nunca hemos dicho que no deben haber ideas, guías, orientaciones. Nunca hemos dicho que haya que prescindir de planteos, y ojal haya programas, porque esos progrmas, esos planteos, esas ideas sirven para saber hacia dónde se va. Lo que nosotros discutimos es otra cosa. Es que esos planteos no mueven. Que haya que tener planteos, que haya que tener programas y todo aquéllo, en hora buena, porque si no, no se sabe en qué dirección se va.

Pero si vamos al arranque de la acción, a lo que mueve a la gente, no son esos planteos los que mueven a la gente. Hay un error psicológico muy grave. Es una psicología primitiva la que están aplicando. Creen que por escribir una cosa la gente va detrás del papel; que ellos llevan el papel y la gente va como el toro detrás del trapo. No, no, no es así. La gente no se mueve detrás de los papeles. Eso sucedió cuando se inventó la imprenta, en la época de Gútemberg. Y era tan novedoso, que imprimías una cosa, lo clavabas en una puerta y todo el pueblo se reunía. Y todos heee!! y salían de ahí y tiraban panfletos todos….ho!!! era fantástica la potencia de la idea a través del papel, del papel escrito. Era muy interesante…Otras épocas.

Así que no estamos hablando de que no necesitamos programas, orientacciones, direcciones. Estamos hablando de lo que mueve a la gente; y hay una gran confusión en general. Hay una gran confusión con esos. Creen que si ponen dos o tres ideas, porque la gente esté de acuerdo se va a mover. Es como decirle al otro: «dos y dos son cuatro, estamos de acuerdo?». Bueno, vamos a un partido de football. (risas). Que esté de acuerdo racionalmente conmigo en ciertas cosas, de ninguna manera te mueve el ombligo, ni te lleva a otra actividad por el hecho de estar de acuerdo. Estas son cosas elementales. Por eso que los factores de movilización pueden actuar aún, aún a expensas de toda idea, aún cuando no existan ciertas ideas, ciertas orientaciones, pueden haber movilizaciones sociales. ¿O no lo hemos visto en la historia más de una vez?

¿Ustedes creen que los 520.000 votos de ese señor en provincia de Buenos Aires, ustedes creen que esos 520.000 votos se mueven detrás de un programa? No…! No se mueven detrás de un programa…! Entonces salen explicaciones buenas: el voto castigo, sí, sí, sí, como quieras ponerlo. Pero qué fenómeno psicosocial representa eso?

– Malestar.

Entre otras cosas. Así que lo que mueve a la gente…..hay que tener cuidado con esos temas. Bien…Nosotros pensamos dar algunos pasos que sirvan mínimamente de referencia.

Es muy extraordinario lo que les pasa a algunos observadores de nuestros pequeños actitos. Llegan esos observadores a nuestros actos y dicen: «Pero, yo me explico que en una campaña electoral la gente venga. Yo me explico si vamos a dar puestos públicos, vamos a repartir zapatillas o colchones, yo me explico que la gente venga…; pero esto que estoy viendo no me lo explico. No me lo explico porque no hay ni acto electoral, ni reparten zapatillas, ¿no es cierto? nada…» ¿Qué te diría un teórico de esos del siglo pasado? Te diría: «para que haya una buena convocatoria hay que presentar un programa». ¡Oíme…! (risas) Te dicen: «Sí, ya voy…, ya vuelvo…». Que por supuesto hay que aprovecharáesa circunstancia para hacer lindos discursos… Es decir, hay que hacer todo lo contrario de lo que hacemos. Bueno… a ellos no les va tan bien…

En estas épocas de desintegradera, y por supuesto que es incomprensible para ellos… ¿dónde están los discursos, dónde están los programas? Estamos invitando a la gente a verse con otra agente. Es de lo más elemental que se pueda uno imaginar. Es el esquema más simple. Estamos invitando a la gente a que se vea con otra gente. Si a esto lo presentamos en abstracto frente a un grupo de intelectuales, diría que estamos volando en la estratósfera; que eso no es posible. Pero no estamos hablando de cosas teóricas, sino de cosas que vamos haciendo. Funciona o no funciona. Si funciona, ¿dónde están los discursos? ¿dónde están los programas? ¿dónde están los colchones y las zapatillas? Eso, eso, dónde están? ¿quién se llevó los colchones? (risas) Aparecen los colchones (risas).

Parece que las cosas no son así. Parece que el mundo ha cambiado, que la metodología de acción ha cambiado. Debe cambiar. Y el enfrentar los nuevos problemas que se suscitan, ese enfrentar los problemas, debe ser encarado de una manera muy diferente. Nos guste o no nos guste, más bien no nos gusta a muchos de nosotros, digo … a los más vetustos… (risas). Es porque hemos sido formados en un paisaje donde andábamos con los libracos, con los manifiestos y los panfletos, ¿o no? En un paisaje donde se creía en el funcionamiento de las ideas y en la razonabilidad de la gente (risas) ¿no es cierto? Entonces nos cuesta un poquito…

– Uno se asombra de que la gente no pueda entender algo que es tan lógico, tan coherente, que beneficia al ser humano, que tiene una dirección… Claro, porque uno creía que con este papel, con esta cosa que uno cree, lo iba a convencer. Con los folletos, tal vez muy ideológicos…; y no podía entender que «La hora actual»… no podía entender cómo puede ser que no haya movilizado a todos los partidos menores.

¿Verdad que «La hora actual» es altamente razonable? (risas) Pero oíme, ¿verdad que «La hora actual» está buena? (risas) ¿no? Independiente de que la hayamos pergueñado entre nosotros. Es razonable. Además se habla de lo que iba a pasar.

– Es una pena que haya sucedido lo que decía.

Y bueno… Todo es un arma de doble filo. Por un lado es una pena, y por otro….(risas). Claro, fijate vos en eso… nos hemos formado de ese modo; nos hemos formado creyendo en las cosas razonables, como debe creer toda persona decente, que las cosas sean razonables. Pero no es muy razonable lo que está pasando en el mundo. Pero bueno, ves….Entonces son otras las cosas que mueven a la gente y las situaciones que la gente vive, que experimenta, la situación existencial. No es solo una cosa de cabeza.

Una persona existe con todo. Con sus vísceras, sus emociones, sus angustias, sus líos; sus desquites, sus… todo eso es una persona. Una persona es un ser puesto en situación, donde toda su biografía está actuando y donde están actuando sus aspiraciones y el mundo que cree, que imagina que debería ocurrir. ¿Qué hace una suave ideita frente a la existencia de una persona en épocas tan revueltas como ahora? Es muy complejo eso… Pero bueno, hagamos las cosas tranquilas, y entonces nosotros no estamos convocando por esos planteos ideológicos y esos programas. Estamos invitando a que la gente se vea con la gente. Así de fácil.

¿Y cuál es la convocatoria? dirían los sociólogos. En realidad, si bien se examina, en realidad, hay mucho planteo, mucha ideología en esa forma de… y hay muchos códigos en las relaciones entre la gente, que se pasan. No estamos presentando un manifiesto, pero cuando invitamos a la gente a que se reúna con la gente, ¿qué creen? ¿que se quedan mudos? ¿que no hablan? ¿y de qué hablan? Del problema de lo que pasa. ¿Crees que no se están pasando problemitas? ¿Por qué tanta desconfianza en la gente? ¿Por qué pensar que lo que mueve a la gente son las ideas que escribe un cagatintas? ¿No es cierto? ¿Y que se lo pasa a otro, y el otro lo publica? ¿Por qué pensar que… esos iluminados que escriben cosas en los escritorios… y no pensar que basta que reunamos a la gente para que salte la chispa? ¿Que basta que creamos un ámbito para que la gente misma diga: «Mmm…, somos muchos… he..! mejor hagamos algo…!» (risas). Bueno, pero ¿en qué dirección lo hacemos?

Bueno, muy bien, nosotros pensamos en esto, esto y esto. Y hay unas ciertas ideas. Si hablamos de en qué dirección, pero esto de que la gente empieza a alinearse y a decir:: «ya es hora de que…», «no va más…». Esas condiciones mínimas que queremos crear, yo creo que son muy importantes. El ámbito que queremos con ellos, para que la gente se calme.

Tenemos algunos síntomas del desastre de las convocatorias clásicas. Por ejemplo: hace pocos días en Buenos Aires se reúnen los popes sindicales y deciden hacer un acto, en capital: que metalúrgicos, que bancarios, que esto, que lo otro; la hinchada del club de Chicago. Bueno, todos esos van, hacen sus cosas, ponen vehículos, claro, vehículos para arrastrar a la gente, con los sandwiches, las gaseosas, todo el lío ¿no? Presionan en sus sindicatos a ver quién va y quién no. Todos lo sabemos. Hacen una gran difusión porque tienen mucha plata. Todo el mundo se entera de que va a haber ese acto. Tres milllll… Ahora veamos…, ese es el caso de los indecentes.

Ahora veamos el caso de los decentes: despedidos, todo un pueblo desolado, todo el despelote, la gente de San Nicolás y demás. Se movilizan, también ponen vehículos. Estamos hablando de una situación bien diferente. De la opuesta. Estamos hablando de un reclamo justo. Es decir de algo que merece que no sólo se movilicen los obreros, sino las familias de los obreros y el pueblo de 15.000 habitantes, y los que están en capital y tienen problemas, y por mínima solidaridad, sabiendo que les va a pasar a ellos, corresponde que se movilicen. Cinco milll… ¿Qué es esto?!! Estos son los últimos experimentos. No estamos hablando de Júpiter. Estamos hablando de hace unos días, Capital Federal. Estamos hablando de una indecente convocatoria y estamos hablando, por otro lado, de un reclamo justo; y en los dos casos…. sapo. ¿o no?

Y si se trata de indecentes, o se trata de reclamos justos, no se mueve a la gente, va a haber problema. ¿Cómo no van a avanzar los otros viendo eso? ¿Cómo no se va a morir de risa tu amigo? Idolo! ¿Cómo no se va a morir de risa, he? A él lo votan seis millones… Claro, qué tenemos que objetar…

Así están las cosas. Señores, buenas noches…, ha sido una velada muy interesante… (risas) (risas). Así están las cosas… les dejo el paquetito… (risas). No, en realidad, qué verguenza! En las últimas elecciones los nuestros, con todo el esfuerzos del mundo trataban de enhebrar las cosas: las relaciones con los gremialistas de un lado, los políticos del otro, huy…!! se escapaban al primer puesto público. Huy…!! sabían…! ¡Frente Amplio… y dale los nuestros con el Frente Amplio…, y dale con el Frente…

Es un planteo absolutamente razonable…; absolutamente razonable. ¡Qué les parece los nenes…! Los otros…! No han sido los nuestros los que han roto los frentes amplios, sino los que han tenido que aguantar todo tipo de cosas. Pues, si no se hacen frentes amplios de derecho, habrá que hacerlos de hecho. (risas). Hay que crear condiciones para que, les guste o no les guste, tengan que venir. Ese es el tema: que tengan que venir al pie de la vaca. Recordamos algunas anécdotas en las que han tenido que ir al pie de la vaca… Cuando no muevan a nadie y larguen cosas en la prensa, y salgan en las fotos: «Vicente convoca a las masas…» (risas). Nada de esto funciona. 0,23% candidato a Concejal. Ni siguiera candidato a presidente de la República. Candidato a Concejal por el PC, 0,23%. El eje convocante del campo popular… Pero ¿qué es eso? ¿qué es eso? Prrr, prrr…, programático, algo le pasa con la pr…

No se los vé convocando mucho, que yo sepa… Tampoco a su excelencia el supremo se lo ve convocando mucho… Tampoco se lo ve al de los cinco millones inhundando la Plaza de Mayo. Y… tampoco ¿he? Una cosa es un voto chantajeado, débil; una cosa son cinco millones de votos chantajeados, y otra cosa es un voto… ¡Hay que volver al voto calificado…! (risas) Y también hay cosas… El voto potencia, ¿no? y no por chantaje… No se ve tanta devoción. Se ve más bien temor y chantaje, y muchas cosas m s. Se ve necesidad imperiosa de estabilidad. Se veía, frente a inflaciones galopantes… En fin… Pero no se lo ve al hombre tan convocante, a su excelencia el señor administrador. No se lo ve tan convocante… Ni él ni Todman juntos arrastran gente. Hay mangos, hay movilidad, hay gobierno, hay todo. Todo. Ellos juntos son Dios. Así están las cosas…

Nosotros, que somos gente tranquila y no tenemos la culpa de este desastre…, y que yo sepa no nos pueden atribuir este desastre…; aunque nos han atribuido de todo en nuestra historia. Antes éramos los que disolvíamos a la familia. Por supuesto, aquí y en Estados Unidos. En Teguacigalpa y en Hong Kong. Claro, nosotros disolvíamos la familia… Y por casa ¿cómo andamos? Los que nos comíamos a los niños crudos…, que andaban con lolitas de 14 años…, los Marqueses de Saadi éramos… Faltaba que nos acusaran de los autos truchos (risas).

El tejido social está descompuesto y desarticulado. Los liderazgos han desaparecido. Los revolucionarios huyen a las montañas… Shevarnatze (risas). El discurso que largó antes de renunciar. ¡Tremendo…! Las alternativas han desaparecido por fenómenos no solo locales, sino por fenómenos mundiales. Sobre nuestro contexto pesa el contexto de los fenómenos planetarios. Hoy más que nunca es cierta la ley de estructura en los procesos históricos y sociales. Han cambiado las relaciones de poder, se han modificado los sistemas políticos en la década de la crisis. Ha cambiado la situación del mundo y ha emergido un imperio. El primer imperio planetario de la historia. Nos guste o no nos cueste. Y hay que tenerlo en cuenta, porque un imperio planetario que uno lo ve lejos… Si ese imperio no está tan lejos…! Está entre nosotros y actúa entre nosotros. Y determina las acciones de las colonias.

De manera que no es abstracto ni ideal, hablar de imperio. Es una realidad que termina actuando sobre las municipalidades de estos días. Termina actuando sobre el alcantarillado, la iluminación pública, aunque uno no lo vea así. No piensa en el imperio. Pero no, el imperio está actuando acá, imponiendo sus códigos, sus valoraciones, su forma de vida, su sistema económico, su organización jurídica y política, abriendo sus carreteras para llevar sus mercaderías en un sentido y otras cosas en otro, para que la gente circule también en una dirección. Para que vayan a lavarle los platos y vuelvan después a convertirse en los gobernadores de las provincias del imperio.

Así están las cosas. Han surgido nuevas realidades. Ha cambiado el mundo y están cambiando las personas. Están cambiando a tal velocidad, que las personas mismas no se reconocen. Dejan de creer cosas que creían. Empiezan a dudar de sus propias fuerzas. Se fragmentan en sus amistades más inmediatas, en sus relaciones más cercanas. Sus aspiraciones definidas de otras épocas se convierten en un vasto campo indefinido. Están cambiando las personas aceleradamente, y nosotros nos tomaremos un cafecito… (risas).

…Pero bueno, qué estamos haciendo nosotros? estamos comentando a todo el que se acerca a nosotros dos cosas: qué es el Movimiento, de qué trata, de qué va, cómo se organiza, qué pretende; y sobre todo, en qué cosa estamos en este momento. En qué momento estamos, qué estamos haciendo y en qué dirección vamos. Me parece que es diferente una explicación general sobre el Movimiento, sus actividades y demás, a explicar esto: en qué estamos en este momento, qué estamos haciendo. Ojal pudiéramos a todo aquel que se acerca, o a la gente con la que conversamos, ojal pudiéramos explicarle en qué estamos.

¿En qué estamos? Estamos dando tres simples pasos -en este país, claro está-. Estamos dando unas vueltas en distintos puntos, tratando de producir encuentros entre amigos, como el que hemos conocido ayer. Pretendemos, en un mes y medio m s, menos de un mes y medio m s, pretendemos multiplicar estas convocatorias. Pretendemos ampliarlo a eso. Es decir, si en Capital Federal hicimos un encuentrito entre amigos, supongamos alrededor de 2.000 personas; y en provincia de Buenos Aires hicimos en Quilmes otro encuentrito, ahora pretendemos, hacia el 20 de diciembre, mejor dicho el 20 de diciembre, viernes, pretendemos realizar 5 encuentritos de esos en capital y 5 encuentritos de esos en el gran Buenos Aires. Quiere decir que tenemos que multiplicarnos de dos a diez, ¿no es cierto?

En materia de actos no pretendemos fragmentar la cantidad de gente que estuvo en los dos actos; no pretendemos dividirlos por 5 a cada uno de ellos. ¿Qué gracia es ésta! Pretendemos básicamente en Capital desarrollar 5 actos simultáneos y 5 actos en el cinturón del gran Buenos Aires. Pretendemos, en los puntos donde ya hicimos encuentros, en otros puntos que no son capital ni gran Buenos Aires, duplicarnos. No llevarlos de 2 a 10 o de 1 a 5. No, duplicarlos. Es decir, pretendemos en Tucumán, en Córdoba, en Neuquén y Mendoza, pretendemos que si hicimos un acto de 500 personas, podamos hacer dos actos de 500 personas. No 250 en un lado… y… (risas). No pretendemos fragmentarlos.

Pero además pretendemos hacer todo eso en un mes y 10 días. Pero además pretendemos en muchos puntos del país, en los demás puntos donde no hemos hecho ningún acto, donde no hemos pasado por esos puntos y donde no se ha hecho nada, pretendemos hacer un acto; con toda la polenta del caso. ¿Cómo no vamos a hacer en Jujuy un acto interesante? ¿Cómo no vamos a hacer en Salta…, Catamarca…? ¿Cómo no lo vamos a hacer así hasta Tierra del Fuego!

Así que nos hemos empezado a mover suavemente en un primer paso; en un segundo paso queremos centralizar las actividades de El Movimiento en un mismo día, a la misma hora, en encuentros lo más voluminosos e interesantes posibles en todo el país. Y ese segundo paso nos va a permitir medir el pulso de lo que podríamos llegar a hacer en marzo o abril, en que este país va a estar calentito. Pero para poder dar esos tres pasos tenemos que tomar el pulso de cómo está la cosa y de qué posibilidad tenemos de mover gente.

Examinamos el caso de Capital y ya veremos por qué nos interesamos tanto en Capital y Gran Buenos Aires. No porque los otros puntos sean irrelevantes, sino porque allí hay una concentración de los medios de prensa; llegan a todos los puntos del país. Porque allí está el monopolio de los partidos, los sindicatos; en fin…, porque allí están las concentraciones de poder, por un lado. Hablando de Capital y hablando de gran Buenos Aires están las concentraciones humanas más importantes. Y las que están recibiendo un impacto tan grande que en cualquier momento, si eso se mueve, habrá problemas…; para la administración habrá problemas…

Bien, de manera que el segundo paso que quisiéramos dar el 20 de diciembre es la realización de estos suaves actos multiplicados. Multiplicados por cinco en Capital y gran Buenos Aires; una duplicación de actos en otros lugares donde ya hemos hecho alguno; y por último una puesta de un primer acto con toda la experiencia que hay de las cosas que ya se han hecho en otros lugares, en otros puntos del país donde tengamos estructura.

Si tomamos el caso de Capital, se comprender que para poner 5 actos en simult neo en distintos puntos, puntos que no se han elegido al azar, sino por superposición de mapas de los distintos consejos que actúan en capital. Cada consejo ha hecho un mapa de Capital donde tiene gente; los otros consejos han hecho lo mismo; al superponer los mapas se han visto los puntos donde tenemos mayor concentración de gente en Capital y se han elegido cinco puntos. Lo interesante es que esos cinco puntos pueden rodear en Capital misma, cierto punto central. Ya veremos para qué sirve eso. Pero se han escogido esos puntos, porque los consejos han visto dónde tienen su mayor concentración y la agente que está más lejos, más dispersa, pues, se acercar a los puntos que tienen más próximos para producir esos actos.

Otro tanto se ha hecho con los mapas en el cinturón, en el gran Buenos Aires.

Importa especialmente lo que pueda ocurrir en esos actos. Pretendemos esos actos, pero no ayudar en esos actos poniendo vehículos; eso no. O sea: pretendemos que esos actos funcionen sin llevar a la gente con vehículos. Que esos actos funcionen sin publicidad y sin propaganda. Es decir, que esos actos funcionen sólo por arrastre de m quina. Si lo hacemos mezclado, haciendo propaganda y poniendo vehículos, en unos casos sí y en otros no, no vamos a poder calcular el incremento que necesitamos en el tercer paso, donde sí pensamos poner vehículos y hacer propaganda por los medios de difusión y hacer agitación por todos lados. Si hacemos esto ahora, no vamos a poder calcular el impacto que van a producir esos recursos sobre una base dada. ¿Me explico? Así que esto es casi un problema matemático.

Entonces, lo que hemos recomendado es que tanto en los actos, estos primeros, como en los del segundo paso, no utilicemos ni la propaganda de los medios de difusión para llevar a la gente a esos actos, ni utilicemos movilizaciones por vehículos o cosas semejantes. Cuestión de que sea la m quina nuestra la que arrastre. Es decir, el mínimo sin ningún recurso; que es, entre otras cosas, lo que asombra bastante a los politiqueros, que enseguida preguntan: «¿Cuántos ómnibus pusieron, y cuántos avisos radiales y televisivos?» Y les decimos: «Nada». Y es cierto. Y entonces les suena cada vez más increíble. De tal manera que cuando agreguemos difusión, propaganda, campaña, vehículos y todo eso, ¿he?, haya un incremento sobre la base dada. Si no, no podemos calcular. Para poder hacer eso es obvio que necesitamos una organización, por lo menos en esos actos, bastante descentralizada.

Si están actuando, en el caso de Capital Federal y gran Buenos Aires, si están actuando varios consejos, no es que cada consejo hace su acto…; no, no,… se superponen los consejos. Y requiere eso que exista un cuadro mínimo organizativo en cada lugar, cap z de implementar tales actividades. Una organización centralizada para esos diez actos en un rea tan pequeña se trabaría enormemente. En cada uno de esos puntos se requiere una buena organización; una buena diferenciación de funciones; un conjunto de estructuras muy activo para que haga el contacterío. Se requiere que en cada punto haya un armado importante.

De manera que no sólo necesitamos un crecimiento cuantitativo en la afluencia de gente en los actos, no solo un crecimiento cuantitativo, sino que nosotros necesitamos un crecimiento cualitativo. Necesitamos una cualidad diferente. Necesitamos verdaderas estructuras que tengan autonomía de implementación. O sea que estamos subiendo la calidad indudablemente, no sólo en el tema de la convocatoria; ya estamos subiendo internamente esa calidad para que esas estructuras funcionen bien en cada punto.

Si además, en todo el país donde hay estructuras nuestras, todo funciona, creo que ser un buen síntoma. ¿Sí? Pero básicamente tendrá que ser una cosa bastante descentralizada, donde solamente haya en común las fechas, la hora, el modo en que hacemos las cosas, etc.; ciertos recursos. Mejor, en vez de sentar a la gente en una misma mesa, de servirles cosas, mejor que haya kioskitos, cosas elementales, ¿no es cierto? Pero lo otro, toda la implementación de cada lugar, tiene que estar a cargo de la gente de cada lugar. No puede centralizarse ese tipo de actividad y sin embargo puede funcionar como un reloj.

Si estos actos funcionan adecuadamente, creo que estaremos en condiciones, hacia marzo o abril, de hacer un acto central en Capital Federal, en un lugar que esté más o menos centrado respecto de los lugares donde actuamos con fuerza. De tal manera que podamos llevar con facilidad a los que están cerca, podremos llevar con facilidad a la gente de esos puntos (la gente de los actos del 20-12) a ese acto central; incluso a los de alrededores de capital, es decir, los del cinturón; no ser tan difícil trasladarlos porque están bien distribuidos los puntos (los puntos de los actos del 20-12); porque hay experiencia anterior y porque no es tan larga la distancia; porque agregaremos vehículos.

Creo que estaremos en condiciones de hacer un acto central en marzo, abril, mayo. No nos importa. El tema es cuando nos venga mejor a nosotros, no a los otros. Cuando esté todo calentito y esa protesta sorda que no sabe por dónde canalizarse, permita que acerquemos gente a un acto central. Acto central en el que no vamos a dar ninguna conferencia sobre Contribuciones al Pensamiento. Acto central en que con todo el derecho del mundo, como cualquier ciudadano, vamos a opinar sobre lo que nos gusta y lo que no nos gusta, sobre Latinoamérica, sobre el mundo, sobre este gobierno, sobre este país. Y por qué no habríamos de opinar si somos una corriente de opinión.

Sobreviene un problema posterior. Supongamos que estos tres pasos funcionen. Supongamos que hay una convocatoria fuerte. Supongamos que sea un acto interesante y nutrido. Supongamos que se indigne la contra, y se queden fritos los otros ejes convocantes. Los ejes convocantes que no convocan l nadie. Que se queden fritos…!

Bueno, nos vamos a encontrar de hecho con la situación si todo eso funciona, si es que está metido en un paréntesis con un condicional enorme. Si todo esto funciona, entonces los ejes convocantes van a tener que girar. Porque ellos son diai para los negocios (risas).. Ellos dicen: «no…! Estos… hay que arrimarse…!» porque esta gente (risas) es así de elemental y torpe. Por eso digo que convocaremos de hecho. De hecho se formar un frente. De hecho… (risas) y no de derecho. Y mucho menos de derecha.

Hay un problema emergente en caso aún de que todo esto se resuelva bien, y es el tema…. y esto sí tiene que estar muy bien calculado, porque va a servir para ese paso, y para mucho más adelante, para mucho más adelante, y esto no está claro aún, y esto tiene que estar resuelto después del segundo paso, antes del tercero, más vale tiene que estar resuelto el tema! de qué estructura flexible, flexible, vamos a utilizar; qué medios vamos a poner a disposición de la gente para que la gente pueda incluirse con facilidad, porque creo que a esta altura a nadie se le ocurrir que vamos a meter a todo el país en la estructura (risas). Yo creo que nadie pensar que vamos a poner en marcha un proceso en donde todos van a ser delegados de equipo, delegados generales, … (risas)… todo el país… ¡he…, no ser así…! Compañero ministro delegado general (risas), recontra coordinador. Porque para llegar a ministro debe haber uno… (risas).

Una cosa es la concepción de las estructuras para dar referencias en un despelote donde nadie sabe para donde disparar, que una pequeña estructura diga: «¡para all …!»; y que como en un incendio en un cine, todos vayan para allá. Una cosa es la referencia y otra la estructura. Y otra cosa es la organización de gente que participa flexiblemente y sin exigencias de ningún tipo. Donde gente que viene de los sindicatos, de los partidos, gente que es totalmente independiente, gente que no tiene nada que ver con otras agrupaciones, de todos modos pueda sentirse incluida y pueda sentirse en un gran Movimiento, que no es exactamente el Movimiento que nosotros conocemos como El Movimiento de las estructuras; en una relación casi de paridad con un colchón que mueve; sino que estamos hablando de un acompañamiento importante; de un proceso.

Estamos hablando de una participación masiva. Bueno, nosotros vamos a tener ese problema. A ese problema más vale que lo resolvamos pronto, porque si no va a ser una catástrofe, el problema de cómo organizamos estructuras mínimas que ni siquiera les podría llamar yo estructuras; pero bueno, estructuras mínimas, sumamente flexibles, que permitan la participación y el protagonismo de un proceso que se pone en marcha, a gente que no está en el Movimiento. Ese es un tema que tenemos que resolver. Ese es un tema que tenemos que tener resuelto, visualizado como imagen antes de un tercer paso. Porque ya en ese tercer paso, donde estamos en un acto, ya tenemos que estar abriendo las compuertas para que tal cosa se continúe.

Atención, no estamos viendo el tercer paso como una conclusión de un proceso; algo así como cuando la gente se reúne a fin de año y todos se juntan alrededor de una botella para prender una cañita voladora. «¡Qué lindo!» Aplauden y se van. No, no se trata de llevar un proceso, a que el tercer paso sea un lindo acto donde todos nos demos el gusto y digamos: «¡Qué buen acto!». No! (risas). Oíme, cómo qué buen acto… Si el tema del tercer acto es producir un pequeño detonante para poner en marcha un proceso mayor. Ese es el tema. Nosotros creemos que si no tiene buena ignición…, ese tercer paso…

Por los motivos que quieras no vamos a andar mirando con la lupa: estos son los que quieren hacer mangos… Oíme…, así nos vamos a quedar nosotros mirándonos, y no es así el tema. De manera que yo no creo que tengamos que juzgar mucho las actitudes de la gente en lo que hace a su participación. Sino que participe y los procesos mismos se encargar n de decantar. Tenemos nosotros que andar juzgando? Lo que tenemos que crear es un ámbito de participación y de protagonismo de la gente que se acerque a trabajar; porque venga de donde venga, y ojal venga de todos lados, y se queden en clazoncillo más de uno…

De manera que lo que tenemos más claro son estos pacitos, que son bastante rápidos en el tiempo. No estamos hablando de años. Estamos hablando de que hay un entorno, y un contorno y un contexto de deterioro total, de desintegración total, de avance de cierto modelo sobre todo lo anterior; de malestar social y de ninguna respuesta. Estamos hablando de ese contexto. Y estamos hablando de que es interesante que nos apuremos. De que si no, pueden surgir fenómenos de otra naturaleza, bastante complicados, que aparezcan esos fenómenos como dando respuestas; ellos, hacia cualquier desastre.

Mejor nos apuramos; pero sí tenemos que tener en claro la película de cómo vamos a hacer que la gente se incluya sin problemas, y no que se incluya a través de las estructuras, que son cosas bien diferentes. Tenemos que lograr una gran participación. En eso estamos en este momento. En este momento de desconcierto, de despelote, de no respuesta, estamos preparando condiciones para una señal. No ser una señal excesivamente viogorosa, pero ser una señal que nos permitir poner en marcha un proceso. No ser la conclusión de una etapa. Es el comienzo de una etapa que tenemos que regularla con unos pasos donde tenemos que hacerlo, porque si no, ¿cómo vamos a ponerlo en marcha?

Hemos terminado el primer pasito, acá, ayer. Preparamos el segundo paso. Tomaremos el pulso de todo el asunto, de cómo funciona en el país. Vendrá el lío de Capital con el acto central, donde sobre todo ser n protagonistas los de Capital y gran Buenos Aires. Y qué? ¿Termina ahí la fiesta, o empieza la fiesta en todo el país, de un proceso social de respuesta de otra naturaleza? Así que no preocuparse de que sean «lo porteño» (risas). En todas partes, y en todas partes va a haber bastante para hacer. Pero ahí es «capital» que se haga bien (risas). Así que no es un esquema complejo.

Sabemos lo que pasa, sabemos que no hay referencia, sabemos que estos avanzan, sabemos que el malestar va a aumentar, sabemos que hay que dar una señal; queremos dar una señal mínima. Pero no termina ningún proceso en eso. Sino que recién comenzamos a dar una señalita organizando nuestras cosas a lo largo y a lo ancho del país; y sobre todo habiendo resuelto el tema de cómo vamos a incluir en la participación a conjuntos humanos más importantes. Cómo vamos a incluirlos y cómo vamos a darles participación y protagonismo para que ellos puedan hacer cosas.

Eso es lo que tenemos entre manos. Eso puede ser de algún interés para que los que se acercan a nuestras cosas sepan en qué estamos, qué pasos estamos dando; qué pretendemos hacer con esto de dar una señal para crear condiciones alrededor nuestro de plegamiento de gente. Ya no se va a tratar de plegamientos en cenitas o en encuentros. Ya se va a tratar de que vamos a pedir un plegamiento más importante, más permanente y en una dirección. Cosa que no estamos haciendo ahora.

Ahora estamos haciendo plegamiento invitando a la gente a verse entre sí. En un segundo paso tampoco va a ser muy virulenta nuestra actividad. Vamos a empezar con la gracia de los cassettitos; esos para escucharámúsica. Vamos a distribuir cassettitos en todo el país; en todas las estructuras, para ese acto del 20. Vamos a dar un mensajito, claro, celebrando la conclusión de un año nefasto, y esperando que aparezca un años más productivo. Y si no, nada, porque se concluye el año. Cinco minutos de mensaje, no m s. O.K? Invitando desde ya a otras cosas que ocurrir n más adelante, en unos meses, preparando condiciones para ese despelote del acto central.

Tendremos algún otro material para incrementar nuestro contacto, como una carta 2, y algunas otras cositas. Pero no compliquemos mucho porque es muy corto el tiempo y bastante las cosas que hay que hacer, para acercar a la gente a esos locales donde hagamos los actos. No es más complejo que eso lo que estamos haciendo. La complejidad está en cada punto, en implementar correctamente todo. Como idea no es más complicado que eso.

Y el otro problema serio, eso sí es serio, de cómo ser que montemos estructuras flexibles, puertas fáciles para que la gente entre y protagonice y se sume; eso tenemos que tenerlo resuelto antes de largar semejante acto. Eso está claro. Está claro que hay que tenerlo resuelto antes de implementar el tercer paso. No estamos en muchas más cosas. Esperemos llegar bastante más lejos que eso.

Pero para qué vamos a adelantarnos mucho, si a lo mejor el pulso que tomamos dentro de un mes y diez días es asqueroso…. (risas) y no podemos… Como nosotros no creemos en el destino histórico, en el determinismo, las cosas van a funcionar según las hagamos o no las hagamos. Y no es que las cosas van a funcionar porque

indefectiblemente… las cosas van a funcionar. Las hacemos funcionar nosotros, y si esperamos que las hagan funcionar otros…, je, je, je.

Podríamos esperar dos milenios, o tres. Si es por esperar… cura mediante, más vale que las hagamos nosotros. Y si otros la hacen, en hora buena. Y si no la hacen…, no parece que muchos estarían en condiciones de hacerlas.

En eso estamos en este país. De manera que aquellas acciones piloto que hicimos hace dos años fue para comprender cómo podían ser esos mecanismos, y nada m s. Se suspendieron. Lo que vamos a hacer en este país puede ser modelo y una prueba piloto para muchas cosas que pueden moverse en Latinoamérica. Estoy pensando desde Tierra del Fuego hasta México City. No ser para los nuestros demasiado difícil en distintos países de América Latina poner en marcha cosas, si se han experimentado bien acá, en Argentina. No ser difícil ponerlo en marcha en Chile, Brasil, Paraguay y en Bolivia, y en Perú, y así siguiendo.

No ser difícil. Si los argentinitos lo hacen bien. El tema son los argentinitos. Porque si lo hacen bien puede ser de una gran ayuda, y ser muy bien venida por los nuestros en todos los países de América Latina. Esto es como las muñecas rusas, unas dentro de otras. Los cubitos. Las pruebas piloto de las pruebas piloto. Haber cómo hacemos este lío, cómo hacemos esta cosa que de funcionar bien creo que la podemos poner en marcha en América Latina. Así que bueno, hemos prendido la mecha. Ahora veremos.

Así están las cosas. Sería bueno saber cómo ser la programática… Bueno, pero burlas aparte, tendrá que haber un conjunto de ideas simples, interesantes, que marquen la dirección hacia la que vamos; donde, eso sí, no pretendemos que esas ideas muevan, pero sí pretendemos que den claridad y planteos mínimos. Pero tiene que saberse dónde se va con ese lío. Eso sí, claro… Si no esto va a ser un irracionalismo de lo último, y una cosa delirante. Sí, pero no está ahí tanto la preocupación. La preocupación está en que la gente se incluya con potencia en esto, aporte y protagonice. Ahí creo que hay bastante más dificultad que en el tema de un programa mínimo.

¿Qué pasar con los partidos políticos en Argentina, en América Latina y todo aquello? Están muy vapuleados. Aquí se trata de instalar ese bipartidismo del que ya hemos hablado. Pero ser bienvenida la participación de partidos, de organismos gremiales y de gente suelta. Ser bienvenida.

Nadie tiene que sacarse la camiseta del partido del que venga, así que si este señor es intransigente o peronista, no tiene por qué sacarse la camiseta de los partidos. De ninguna manera podemos exigir semejante cosa; sino que con su camiseta y su cosa, tiene que venir a engrosar un poderoso movimiento social. Porque andar pidiendo ese tipo de cosas, no viene al caso. El tema es la participación en un proceso de mayor amplitud y creo que ya es hora de que barramos con los últimos restos que nos quede a nosotros mismos de discriminación.

Hemos avanzado enormemente. No…! Sí hemos avanzado. Pero creo que nos quedan restos. No tenemos por qué discriminar venga de donde venga el que quiere poner el lomo. Que sea católico, que sea ateo, que sea radical, que sea peronista, que sea lo que le parezca; ese es tema de él. Acá lo que necesitamos no es andar mirado las proveniencias de la gente, como las viejas alcagúetas: «Hay…! es hijo de una buena familia…» (risas). Qué nos importa de dónde viene. Lo que nos importa es dónde va.

Para nosotros es fundamental, incluso doctrinariamente, el primado del futuro. Lo que nosotros necesitamos es la convergencia de intenciones a futuro. Qué nos importa de dónde venga. Yo creo que con un pequeño esfuercito terminamos de barrer con los restos de discriminación que todavía conservamos. Lo digo como autocrítica, pero lo digo bien, en el sentido de que se está, se está en esa vía. Se está en esa vía, porque puestos los defectos en estática, no tenemos para dónde salir. Puestos los defectos en dinámica, nos da un resultado distinto si se amplifican los defectos (risas), o disminuyen los defectos…, ¿no es cierto?

Yo pienso que en ese tema de discriminar, de aislar a la gente, de aislarnos de cierta gente y todo aquello, de no ir a cierta gente, porque… estos sí, los otros no…, yo creo que esos defectos que todavía tenemos, yo creo que podemos irlos barriendo. Creo que está bastante bien; que hay un esfuerzo que es genuino, que se nota en la gente que todavía no le toma la mano; pero es genuina la voluntad y la intención de la gente nuestra de ir con todas las resistencias del mundo, por que no tiene los reflejos adiestrados, de ir avanzando en esa dirección; porque sabe, sabe que eso corresponde aunque todavía no pueda ir rompiendo esos restos de aislamiento, discriminación y todo aquello.

Esto tiene muchas explicaciones de por qué es así; por qué todavía estamos con esos restos. Recuerden ustedes que el Movimiento nació bajo la bota, bajo la persecución; fue muy críptico, muy subterráneo; muy en lucha con los servicios de información, de seguridad, con muchos problemas con la alcagúetería, lo policíaco; y fue un movimiento que desde su mismo origen fue muy encerrado; pero tiene sus antecedentes para explicar esto.

No obstante, se ve cómo vamos tendiendo a la apertura en distintos terrenos, sea en el campo político, en el campo social, en el campo cultural; produciendo materiales, conectando con gentes, haciendo plegamientos, dispersando gente a distintos lados. Como ustedes quieran, van a ver la misma tendencia abanicada, de apertura. Es un esfuerzo que se está haciendo desde hace tiempo ya. Tiene su rémora histórica, pero se nota que avanzamos. Entonces digo que los restos de discriminación que reconocemos en nosotros creo que pueden ser superados bastante más todavía. Así que este defecto que tenemos, puesto en din mica, se ve que puede achicarse. Todo este tema de los plegamientos con el que venimos trabajando hace dos años y demás, todo este tema es evidente que apunta en esta dirección.

Ustedes saben lo que es el tema de las influencias. Una estructura sin influencia es como nada. Es lo mismo que su di metro opuesto, ¿no es cierto? Ustedes saben lo que es una influencia sin estructura. Una influencia sin estructura es un sobrino de un presidente que se le prende y le dice cosas. Eso no es influlencia. Eso es un mangiaorechia. Ese es un tipo que se le prende a otro. Ese es un López Rega. Ese es Rasputín. Eso no tiene sentido. Es un tipo que quiere un cargo público (risas). «Tengo influencia porque tengo un tío sobre el cual influyo». Oíme, Fierro…, ¿y él va a modificar su política económica porque el sobrino le dice…? Si me dijeras que todos los sobrinos tienen tíos en las funciones públicas… y están todos prendidos de las orejas…eso ya es una organización de mangiaorechias (risas).

Pero observen esos di metros. Nunca falta el que se dispara por la suya porque él tiene influencia. ¡Qué va a tener influencia! Ese termina en una oficina. Y el otro, una estructura que funciona perfecta, que funciona como un relojito y no arrastra nada… ¿y cómo va a promover el cambio? ¿y cómo va a producir la transformación? una estructura, por más vigorosa que sea como estructura, y bien armada, ¿cómo va a producir tal cambio si no…? Ahí están los di metros. Los dos fenómenos bien opuestos.

Cuando alguien preguntaba: «cómo hacemos, que me produce cierta ambigúedad el tema de desarrollar estructuras y de hacer plegamientos…». Son dos cosas muy distintas. Que yo no sé cu nto se habrán explicado; pero que se han explicado en su momento. Las estructuras van a crecer solo por campaña de crecimiento estructural. Es decir: el panfleto, la conferencia, el agarrar al tipo de las pestañas. Así crecen las estructuras: por campaña estructural. Las estructuras no crecen por el hecho de que tengamos partidos políticos, porque hagamos un colchón amplio. No, por eso no crecen las estructuras. Las estructuras crecen por campañas estructurales.

Pero los procesos de apertura van a funcionar únicamente a través de mecanismos similares a estos de los plegamientos. Atención, alguien decía: «Ah! bueno, pero entonces así bien cuadrado, tenemos que poner la mitad de la energía en el crecimiento estructural y la mitad de la energía… (risas). ¡Oíme…! ¡no es así! ¡Qué mitad de la energía…! Que cada viernes se reúne la gente a tomar contacto con otros…¡¿qué mitad?! Ese es el telón de trasfondo. Siempre se está operando con plegamientos. No hay que dividir ninguna energía.

Se está trabajando en eso y si las estructuras van a ponerse en marcha verdaderamente, tienen, además, que ir creando esos plegamientos. Eso es todo. Tomándole la mano a esto de ir tomando contacto con la gente. Y además, vamos a atender a los que quieran participar de eso… ¿qué le vas a decir? «vení mañana que ahora tengo que…». ¿Cómo se va a hacer esa parte?

Tenemos experiencia a comienzos de la década del 80, donde hicimos un pequeño movimiento en Francia. Empezó a caer la gente, y la gente nuestra, que no sabía cómo recibir a esa gente, terminó cerrando los locales y desenchufando los teléfonos, porque no sabía cómo recibir a esa gente ni cómo engrosar, hacer crecer un proceso más grande. Eso no es novedad para nosotros. Ya pasó, ya ocurrió. Tenemos muestras de eso: que con una pequeña movida empezaba a caer la gente ¿y?… Eso ocurrió all , así que nos estamos expertizando mínimamente en…bueno, tomar un café con un tipo, poder hablar con otro, o poderlo invitar a un plegamiento. Bien, en eso estamos y no en mucho más que eso.

Estas, por supuesto, son ideas muy generales, que seguramente al hablar entre ustedes, y al desarrollarlas, la cosa quedar más clara. Pero estamos exactamente en eso: en implementar esos tres pasos, en hacer detonar un proceso, sabiendo, o habiendo resuelto el tema de cómo vamos a influir en la gente para engrosar un proceso social más amplio que dé señal y dé respuesta a este momento de despelote y de no respuesta que vive el país. Y que se va a complicar en los meses que vengan! En eso estamos! Y estamos en que en Argentina se puede poner en marcha esto. Si esto es así, puede ser un buen incentivo para gente de otros países de Latinoamérica.

Es evidente que si está en marcha un imperio global, tendremos que movernos lo más globalmente que podamos. Es así de lógico y de simétrico. Y que nadie piense que a un imperio global se le puede hacer frente con una particularidad perdida. No es razonable. Así que no han estado tan mal nuestras dispersiones in de world… (risas). No han estado tan mal estas misiones más globales con las que empezamos ya desde muy chiquitos. Abrirnos en abanico por distintas partes del mundo. No está mal que apuntemos a desarrollarnos hacia el este de Europa, hacia el Sur de Europa, hacia los países de una cultura diferente. No está mal que tratemos de desarrollarnos en culturas asi ticas.

¿Se imaginan ustedes si hubiéramos visto el mundo al revés y hubiéramos superconcentrdo un punto y puesto nuestros esfuerzos en esto? Hoy tendríamos un gobernador por ahí. ¿Y qué? ¿Se imaginan ustedes…? ¡Qué tristeza! (risas) ¡Sería la muerte del alma…! (risas). Veinte años para poner un presidente… ¡un presidente…! «manejado por un banquero de Massachusets».

Esos que preguntan, esos periodistas: «¿Usted querrá ser presidente?». No se les puede decir la verdad. Sería muy ofensivo. Pero sí se les dice la verdad diciéndoles: «no mi amigo, no es así». Entonces…, ¿también queremos ser presidentes de India, de Alemania, de Panamá…? ¿No te parece que un político procedería mejor poniendo toda la carnecita en su asadorcito? ¿No te parece que sería más razonable? ¿Qué tipo de idiota es ese que quiere ser intendente de no sé qué lugar…y entonces desata un Movimiento en Asia? ¡Es irracional! (risas). El señor intendente produce un despelote en Sri Lanka. ¡¿qué es esto?! Son muy brutos… ¡Qué cabeza es esa…?!

Este es un problema global. Hoy está claro que es un problema globla. Hoy está claro. No estaba tan claro hace 20 años…, para otros. Pero siempre lo pensamos como un problema global. Hoy está claro que son problemas globales, y se habla de un imperio… Bueno, el imperio está acá. El imperio contraataca (risas). El imperio está en todos lados. Eso es un imperio! ¿Dónde se ha visto un imperio que no llegue al otro? ¿Qué es eso? Una cabina telefónica, no un imperio… (risas)…, en fin…que no hay mucha novedad en lo que estamos hablando.

La gracia mayor es encontrarnos con la gente y vernos la carita y todo eso. Y veremos si podemos, para dentro de poco tiempo poner en marcha esto. Ac hay un lío de lomos…, de lomos, pero eso sí puede llegar a ser muy divertido. Eso creo que justifica muchas cosas. Así que este no es un problema que deba plantearse en términos solemnes: «la responsabilidad histórica…», pero qué estás dicieno…! (risas).

«La responsabilidad histórica…», como si sostuvieran el mundo… Atlas no, no, no. Nos vamos a mofar (risas) de un imperio (risas), por cretinos… ¡qué lindo, no? Hay que vejarlos. ¿Solemnes? Sííí… Una responsabilidad tremenda… para ser intendente… ¡qué vergüenza! Bueno, pero todo está muy bien.

 

Señores, Paz, Fuerza y Alegría para todos.