Los mitos aparecen como aislados y representados por distintos dioses en distintos puntos geográficos. Luego esas tribus intercambian y comercian y esos dioses se relacionan hasta llegar a concentrar los dioses, los templos, los tributos, en el mismo espacio geográfico o centro desde donde el mito opera. En la periferia aparecen los profetas que putean contra ese centro, “¡Arrepentíos, que la plata es de los pueblos! ¡La plata no da la felicidad!”, pero nadie les cree.
Teóricamente tenemos las cosas claras y consistentes. Pero una cosa es la teoría y otra cosa es la tecnología, es decir, la implementación de la teoría para orientar un proceso histórico.
No es lo mismo largar una imagen con fuerza mítica en un momento que no es oportuno porque se nos caen encima y nos arrasan. Hacer lo que estamos haciendo. que es plegar conjuntos humanos y que desde ahí pueda surgir algo es distinto. No presenta frentes que nos comprometen. Para operar necesitamos esas aglutinaciones. Núcleos que irradien a conjuntos.
No puedes operar con argumentos lógicos donde actúan fuerzas irracionales. Ahí puedes operar con la lógica de las leyes de la transferencia. Lo haces con lógica pero en el mundo de lo irracional. Ahí mueves cargas de un punto a otro, disuelves y traduces tensiones, te metes con lógica en un mundo no lógico.
Otra cosa es hacerlo como factor sicosocial que es donde entran a operar los mitos. La sociología no es una ciencia, nosotros tenemos otra forma de operar sicosocialmente.
Es un riesgo largar una imagen muy concreta. Esto tienes que hacerlo en el momento oportuno. Cuando el medio está a punto y cuando los nuestros han llegado al nivel de complot y de comprensión adecuado.
Quien ha visto a través de la Historia, la Historia desde adentro, que conoce las compulsiones históricas y las contribuciones de los pueblos y se le hace evidente que la Historia no es un caos sino que tiene dirección y sentido, uno siente o cree que tiene que hacer algo.