Quito
22 de Octubre de 2006
Conversa informal con el Negro
(versión sin corregir ni revisar)
Contexto: La charla se dio el día de término del Foro Regional de Quito, en el bar La Canoa (punto de encuentro).
(Con esta aclaración, fechamos el material el día 7, día al que se refiere el texto y no el día 22, fecha del apunte)
Conversábamos sobre lo que había pasado en los días previos y estábamos proyectando el Encuentro Latinoamericano de Jóvenes que se realizará el año siguiente en Bolivia. Invitamos al Negro a conversar con nosotros.
Estaban presentes Daniel Rodríguez y Alejandro González (Bolivia), Hass José Rivadeneyra (Perú), Adriana Alonso (México), Daniela Hirsch (Chile), Katia López (Ecuador), Federico Rojas (Argentina).
Negro: ¿En qué estaban?
Daniel: Estamos complotando.
Negro: ¡Así se hace! ¿En qué los puedo ayudar?, si yo ya estoy antiquísimo.
Daniel: Estábamos hablando de la generación de los 60, de lo que pasó. Como que le metieron bastante cabeza al impulso y eso lo desvió. A nosotros nos interesa lanzar esto con la mayor pureza posible.
Hass: Queremos armar el mito de Latinoamérica desde lo generacional. Generar complicidad, mística, contacto con un mito que de sentido.
Negro: Los jóvenes se están dando cuenta de esta mística, la mística esta a flor de piel, y hay que autocensurarse para no verla. Esta en el aire y los jóvenes son los que se dan cuenta. Hay mística incluso en los fundamentalistas, en el Papa, en todas partes. No es estrictamente religión, la forma es mas religiosoide. Pero son los jóvenes los que se dan cuenta y captan esta mística. ¿Y nosotros qué podemos hacer? Nada… o podemos hacer mucho.
El proceso generacional tomo el nombre de Poder Joven. Este generó gran rechazo con los mayores, se chocó demasiado fuerte con el mundo adulto. Y por lo tanto se fracasó, la generación retrocedió. Corrían muchos materiales del Poder Joven, pero faltó un equipo que coordinara, y surgieron entonces cosas espontáneas que no permiten el sostenimiento en el futuro, que requiere organización. Para armar una cosa sostenida hay que salir del espontaneísmo. Se despertó una dialéctica generacional, pero con excesivo choque. Las cosas se deformaban mucho, los padres creían que los hijos los querían matar y no era tan así.
En el 68 comenzaron las contestaciones estudiantiles. Comenzaron primero en El Cairo y luego en México, y después recién en París. Pero solo París tenía prensa. Esto fue un acierto para el movimiento. En China, Mao, un tipo perspicaz, entendió esto y desató la Revolución Cultural, la que dejó en manos de jóvenes. Se sincronizó una generación de forma simultánea a pesar de que no existía Internet ni contacto. En ese contexto surgió el Poder Joven. Hoy ya no es el mismo contexto.
Hass: Queremos que se genere un complot más allá de los Humanistas, sin imponer nuestras formas y contenidos.
Adriana: Me parece interesante el tema de la afirmación de la negación.
Negro: Sí, así es. Debe mirarse los antecedentes, aunque sea diferente a la situación actual. Contar con lo que hay aunque no se adapte al momento actual. Hay una continuación de la generación anterior y por lo tanto debemos tomarla en cuenta.
Un tema a considerar, es que las generaciones no trabajan desde el vacío. Existe una generación en el poder, una generación que está naciendo, y una generación que ya fue desplazada del poder por sus hijos. Esto suena muy fuerte. Pero ahí se produce la dialéctica generacional, entre padres e hijos, no con los abuelos.
Entre el hijo y el abuelo existe complicidad, mientras que el padre maneja los mecanismos actuales. Los jóvenes tienen un largo futuro. Los viejos, un largo pasado. Y los padres, tienen el momento actual. A los jóvenes no les convence esta situación actual que le presentan los padres.
El tema del tiempo puede verse en las Discusiones Historiológicas (Contribuciones al Pensamiento), donde se esboza la dialéctica generacional desde el punto de vista de la temporalidad. Hay materiales interesantes elaborados por nosotros y por otros tíos, por ejemplo Ortega y Gasset, Julián Marías, que aunque sea un frailón, fue discípulo de Ortega y toca el tema en La Lucha de las Generaciones.
Tenemos que tomar lo que hay para inspirarse. Ver los errores cometidos en la historia y hacer un estudio antes que la acción. Un estudio con plazos, por ejemplo un mes. Y después discutir y elaborar.
¡Que Alá los ayude!