Apunte no textual fruto de varias conversaciones sostenidas en diversas oportunidades con Silo (Dario-Pía)
Hoy todo se está fragmentando en muchos polos. Hubiera sido interesante que hubiera quedado un imperio mundial, pero no va a poder ser. Estados Unidos no tiene el monopolio nuclear, su ejército es insuficiente y tiene que salir de todos lados, de Vietnam, Laos, Camboya, Eritrea, Somalía, salvo de Dominicana, de Grenada y de Panamá. Aunque nos quieran hacer creer que tienen el 98% del poder económico, con el 30% que en realidad tienen, no pueden controlar nada. Así no se hace un Imperio.
No cuenta con líderes capaces de arrastrar multitudes, menos aún de instaurarse en la conciencia colectiva como un gran conductor planetario. La arbitrariedad, la arrogancia, la obtusidad que han manifestado ha obtenido como resultado un progresivo rechazo de los otros países. Se han convertido en el “vecino indeseable” para todos. Esta progresiva pérdida de prestigio ha transformado aquello que en un pasado reciente podía constituir un modelo al cual las poblaciones aspiraban en una especie de cáncer a evitar.
El balance posterior a la guerra de Irak resulta más negativo que el rechazo inicial de las poblaciones a ella, descartándose su oportunidad de constituirse en imperio. Así se van a terminar dificultando las comunicaciones y se va a fragmentar todo cada vez más. Esta historia ya la vimos 18 veces y habrá que ver si Estados Unidos sigue tan unido…
Europa es hoy otro polo, que ya está llegando a Turquía. Le bastaría con su propio mercado interno pero está exportando muy bien y en relación dinámica con otros lugares, a pesar de la paridad con el dólar.
Rusia ya se está recuperando. Putin, mientras más genocida es, más sube su popularidad y las poblaciones más lo votan. Este comportamiento de las poblaciones no se ve solo en Rusia y como alguien dijo, las poblaciones, como los individuos, a veces aciertan y a veces se equivocan.
El Islam se desarrolla más que nunca porque lo provocaron. Se metieron en la cueva del oso. Los shiitas son la mayor herejía del Islam, que ha ido tomando una gran fuerza. Es una respuesta del Zoroastrismo a la invasión islámica. Se han ido a meter allá donde esos que crearon al mitraismo y al zoroastrismo. Se trata de una cultura de raíces muy antiguas y sumamente arraigadas; se puede jugar con los gobiernos laicos como el nacionalismo árabe pero no con las creencias y costumbres profundas. Los shiitas son un fundamentalismo de mucha fuerza.
Los fundamentalismos no son solo en Israel y el Medio Oriente. En China están en la persecución a los budistas, con quema de libros en la plaza Tiananmen y mientras tanto tienen invadido el Tibet. Los Talibanes tirando abajo las imágenes del Buda. Por su parte, los budistas Theravada, del Pequeño Vehículo, fomentando la guerra civil con los Tamiles en Sri Lanka, incluso con un monje budista participando del complot para matar a la presidenta. Todos se están moviendo.
Cada polo intenta consolidarse apoyándose en el modelo globalizador, haciendo crecer paradójicamente, la desestructuración y desintegración social. Si bien el sistema apela a ciertos contenidos ideológicos y culturales para promover su cohesión, el signo de la aglutinación es económico. Más allá de los propósitos comunitarios sigue operando una mirada competitiva y autoritaria. Se aspira a crecer económicamente para luego convertirse en potencias, con capacidad de neutralizar el avance de las otras, para así ganar un mayor control y hegemonía política y militar. Verdaderas guerras económicas entre regiones y zonas en que los poderosos van tomando el control.
A pesar de que vivimos en un mundo globalizado, aparentemente interconectado, las personas y los pueblos experimentan mayor incomunicación, aislamiento y mayor atomización social. Hoy la desestructuración del sistema se hace más vistosa, al ahondarse el abismo entre el discurso político y la condición de vida de los pueblos; entre la fantasía de una sociedad de consumo promovida por los medios de comunicación y el empobrecimiento y deterioro de la calidad de vida; entre lo que la gente aspira y lo que vive. A nivel personal se evidencia cada vez más, una forma aislada de percibir el mundo. Al parecer mirar a la vida desde su rincón, desconectado de otras realidades, viene siendo normal. Para la gente, su mundo se vuelve un video clip, una realidad recortada en trozos y en parcialidades, donde a veces se roza con una realidad virtual. Cada vez hay menos pegamento y dificultad para relacionar las parcialidades de una realidad más amplia. Puntos de vista inconexos, síntoma de una creciente incoherencia.
También estamos presenciando los síntomas del choque de culturas que acompañan el proceso de globalización. Algunos tratan a la diferencia cultural como divergencias en que hay que uniformar las costumbres y estilos de vida. Los grupos étnicos y religiosos reaccionan buscando una fuerte identidad y se repliegan sobre sí mismos en una suerte de chauvinismo cultural que amenaza chocar con otras etnias, culturas o religiones.
En este escenario está empezando a aparecer una nueva generación y sabemos que las generaciones no se suceden mansamente. Se suceden con dialéctica, con choque, los valores que se han instalado mejor que se vayan despidiendo, esta generación es distinta y comenzó a aparecer, no viene con las mismas valoraciones. Los jóvenes buscan referencias, no las buscan en los medios de difusión, ni en lo establecido, ni en lo declamativo. Ellos tienen sus predialogales: “con esa actitud tuya, no te escucho”. Estos jóvenes están apareciendo en todas las latitudes, es un fenómeno mundial, muy desreferenciados y confundidos, tienen hoy un promedio de edad de 17 años, no participan porque no quieren participar de las asquerosidades, ¡qué menos que estar desorientados con las presiones que tienen encima! Pero atención, que están en movimiento. Hay que advertir la presencia de una nueva generación aunque no podamos precisar cuándo ésta se manifestará con dirección. Esta sensibilidad capta en los códigos de los otros que ese no es el mundo que quiere. Les basta observar las actitudes, las vestimentas… no necesitan saber lo que quieren decir sus siglas.
Se avecina una agudización del conflicto social, político y cultural, manifestándose desestructurada y descontroladamente. Darle existencia social a nuestros tres organismos y regionales en este momento puede ayudar a dar referencias, proponer un proyecto humano coherente y reencontrar un sentido perdido.