Sugerencias dadas por Silo en una conversación informal, relativo al trabajo personal que se puede hacer para ayudar realmente a una persona querida cuanto se ha ido.
Sería bueno que durante veinticuatro horas trates de tener presentes las mejores situaciones que recuerdes de tu ser querido, su fuerza, su alegría, su sabiduría, sus ganas de vivir, las enseñanzas que te dio, su cariño, situaciones de compañerismo, comunicación, situaciones donde te cuido, te protegió, no solo a vos sino también a tus hermanos, madre, abuelos, amigos, en fin todo lo bueno que recuerdes de lo vivido junto con él.
Y también cosas que pudieron haberte contado otras personas acerca de su niñez, adolescencia, su vida toda, como tratando de reconstruir esa parte de su vida: la mejor.
Podrás apoyarte en fotografías, músicas, lugares compartidos vividamente con él y cuando hayas hecho todo eso, trata de sentir un profundo sentimiento de reconciliación, de afecto, de agradecimiento y una vez que hayas encontrado ese sentir, salúdalo, despedite de él y déjalo ir, déjalo seguir su camino.
Tal vez sea mejor hacer esto, estando sola y tranquila sin teléfonos, celulares o cosas que te requieran mucho desde «afuera».