El Salto, Potrerillos, Mendoza
5 de julio de 2002

Aclaración:

Antoja es un grupo de siloístas que se formó hace dos años y medio con la motivación de crear un ámbito en torno a las letras y las artes. Semestralmente realiza encuentros donde se evalúan y planifican sus proyectos. En ocasión del sexto encuentro, considerando que se realizó cerca de Mendoza, el grupo invitó al Negro a compartir un café.

La conversación fue transcrita de una cinta de audio que no es muy clara en algunos pasajes, los cuales fueron indicados con puntos suspensivos en algunos casos, mientras que en otros se ha completado la idea recurriendo a apuntes y la propia memoria.

Nota: Sobre la circulación de estos apuntes se consultó al Negro, quien autorizó su difusión haciendo la salvedad de cuidar la redacción y el estilo coloquial que no siempre es fácil para quien no estuvo presente y no tiene los contextos de la situación y los elementos que acompañan al diálogo. Esperamos haber resuelto en parte esa limitación.

Diálogo

Negro: Bueno, entonces, imagino que algo van a contar…

Antoja: Empezamos anoche haciendo una evaluación de los últimos meses, como ya es tradición en nuestros encuentros.

Negro: ¿Y que serán, unos tres años que llevan en esto?

Antoja: En los primeros tiempos sólo nos comunicábamos a través de una lista de e-mail. En enero del 2000 fue nuestro primer encuentro en Lagunillas, en las montañas de Chile. La primera noche nos recibió un eclipse total de luna, todo un espectáculo con esa esfera roja ahí arriba.

Negro: ¿Este conjunto va trabajando y al irse fortaleciendo, solidificándose, irá viendo de salir al medio, o hay una intención desde el comienzo respecto de salir fuera?

Antoja: Partimos dirigiéndonos hacia el medio.

Negro: Así empezaron, ¿y ahora?. Porque podría ser que uno empieza a moverse y empieza a darse cuenta también que a lo mejor es muy interesante fortalecerse bien, entender las cosas antes de empezar a vincularse con el medio. También podría adoptarse otra conducta, por ejemplo, hacer todo en función de lo que la gente acepta. O decir: entre nosotros estamos bien, no necesitamos a nadie más. O, por último, la conducta que dice: vamos trabajando, haciendo nuestro proyecto y sobre la marcha interactuando con el mundo…

Antoja: Esa última es.

Negro: Esa va más en realimentación. Esa es muy bonita…

Antoja: El mismo medio tironea y se pone interesante, por ej., el caso de Esteban que después de la exposición quedó gente interesada en participar en Antoja y otros casos también. De manera que pareciera estar más fácil ir hacia el medio. También están todos estos temas de los cursos que hemos ido creando y de los talleres que vamos dando, que es otra forma de llegada, no con un producido en sí sino formando o generando ámbitos de formación en esta línea creativa que nos hemos dado.

Negro: Normalmente, interartes… (hace referencia a lo multidisciplinario, a la confluencia de distintos oficios artísticos).

Antoja: Hace aproximadamente un año y algo que caímos en cuenta que no es muy común en el medio que diferentes disciplinas artísticas confluyan, se interrelacionen y se influyan. Lo que para nosotros es, justamente, uno de nuestros aspectos distintivos… Hay algunos proyectos que estamos poco a poco desarrollando, nos interesaría poder lograr una obra donde haya una creación conjunta. Hasta el momento hemos logrado obras en duplas, tríadas, cuaternas, pero no algo donde todos participemos en forma conjunta.

Negro: Ya un equipo puede… es difícil eso, ¡pero muy interesante!

Antoja: Hay toda una idea que la hemos conversado. Un Acto Poético. Ir armando una presentación de multimedios, donde converjan diferentes disciplinas con un propósito que podría acercarse a lo transferencial… Es una aspiración.

Negro: Me parece dificilísimo. Pero bueno, es una aspiración.

Antoja: Hemos visto algunas reacciones del público luego de nuestras presentaciones: la gente muy conectada con sus emociones. Eso es un factor común. Cada vez se va reafirmando más la cosa de que somos capaces de calar hondo, en alguna fibra de la gente, del espectador. Salen conmovidos, contentos, fortalecidos. Esto era algo que sospechábamos poder hacer, pero se ha dado en cierta forma antes de lo que imaginábamos. Por eso es que tenemos que pensar ahora un proyecto conjunto que cubra todas las diferentes disciplinas, porque ya hemos visto que la gente se siente tocada de una forma en que no se sienten tocadas cuando van a cualquier otra exposición de arte o cosas por el estilo.

Negro: Había unos tipos y tipas (en esa época no hacían esas distinciones, después se empezó) que tenían muchas imágenes, muchas capacidades creativas. Entonces ellos conocían un montón de trucos mentales, o psicológicos diríamos hoy, conocían ciertos procedimientos por los cuales cualquier persona, si estaba en presencia de esos trucos, se producían cambios importantes.

Esos tipos terminaron creando una especie de interartes, pero con la mirada puesta en la producción de esos fenómenos de cambio.

Le pusieron unos rótulos: les llamaron Misterios Mayores. Y en esos Misterios Mayores, el neófito, el tipo que quería tener acceso a esas cosas, porque se había enterado, llegaba en muy buenas condiciones, hacia sus preparaciones… Entonces lo tomaban y lo llevaban a un cuartito, y bueno, no tenían cine… y así iban haciendo participar a esas gentes…

Y venía un tipo con una máscara, entreveran ustedes que de ahí nació el teatro, venía un tipo con una máscara, una figura imponente que aparecía sobre unos coturnos. Era la «persona», el disfraz que tenía, y así lo tradujeron después los romanos.

Esta figura imponente que aparecía y decía: «Y tú, ¿cómo te arriesgas a venir ante mí?». Esa figura imponente que te aparecía ahí, ¡ah!, creaba problemas.

Entonces, después de hacer un diálogo con el sujeto, la figura desaparecía y venía otra que aparecía muy misteriosamente por entre tules y cosas. Manejaban mucho las luces, como los iluminadores de hoy. Lo tomaban a este y se lo llevaban a otro cuartito… Estaba viendo una pintura ese señor y estaba inspirándose con las cosas, y otra vocecita le iba indicando qué pasaba ahí, le preguntaba qué veía ahí. Nada, ¡usted no sabe ver! ¡Mire de nuevo!… Y de ahí pasaban a otro lugar haciendo un recorrido, muy importante, que además duraba días. No vayan a pensar que eran tan grandes esas instalaciones como para que se necesitaran días de caminata. No, eran días que se necesitaban para entrar en tema, para que en cada recinto se lograra esa cosa: interpretar lo que se veía, recibir una enseñanza de cosas que ellos no sabían, pero que el otro sí sabía porque estaba en ese oficio. No sé, le enseñarían tornería (risas)… Alguna enseñanza había.

Se apagaban las luces, se escuchaban nada más que sonidos y los señores se iban familiarizando con ese sonido y recibiendo explicaciones: una multimedia extraordinaria. Así que cuando terminaba, ese señor quedaba «colocado», ¡bien colocado!

¡Eso hacían estos tipos!

El teatro nace mucho tiempo después, luego de muchas de esas prácticas, incluso de muchos de esos lugares, donde hay un espacio central y aparecen estos personajes disfrazados de ese modo, con las máscaras. Y una mascara dice una cosa y la otra mascara, de la misma persona, dice otra. Y ya un solo tipo hace unos diálogos feroces con las máscaras, ¡una cosa extraordinaria! Y se da vuelta y cambia el disfraz, porque en su espalda tiene otra vestimenta y otra máscara en la nuca.

La multimedia llevada al teatro. Pero antes habían arrancado con esas cosas que eran sumamente cerradas, donde habían estado durante mucho tiempo, tal vez siglos, una tradición larga. Se van acumulando conocimientos, experiencias. Habían estado tal vez siglos, acumulando conocimientos y todas esas prácticas.

Hemos hablado del aspecto externo de este asunto, pero la intención de ellos no era simplemente presentar un espectáculo, era producir esos cambios que la gente, además, iba a pedirlos.

Cuando ya aparece el teatro no es que la gente vaya a pedir cambios, pero la gente va a ver esas representaciones y sin duda le pasan cosas. En esas épocas estaban muy a flor de piel… los misterios menores (caso de las artes, a diferencia de los misterios mayores que era el caso de las ceremonias de iniciación).

Si en poblaciones de 30.000 habitantes, había anfiteatros para 20.000 personas, desde ya podemos darnos cuenta que era una afluencia total de gente a semejantes espectáculos. Por la cantidad de población y por la magnitud de los escenarios de esa época, nos damos cuenta del tiraje que tenía en la gente, en el pueblo. ¿Quiénes iban? ¿Los filosófos? ¡No, esos no iban! Era absolutamente ceremonial… aparecen las tragedias griegas y aparecen los Eurípides y los Sófocles, ahi empiezan a aparecer en forma … y tienen una resonancia enorme en la gente y hay toda una realimentación allí. Claro, entonces todo el mundo se anima a producir y es una explosión de ideas y autores diversos. Muchos aspectos de la música…, muchos aspectos de la danza, se perfecciona la coreografía, que pasa a ser una especie de disciplina independiente… ¡los literatos ni hablar! Y los escultores contribuyen también. Pero, el punto central de todo eso, el pretexto, digamos, es el cambio, que sabemos viene de otras cosas. Es un espectáculo que trabajaban en equipo, todos contribuyen en esas representaciones.

El ámbito estaba dado por el teatro, ¡tipos muy extraordinarios! Vamos a encontrar muchas de esas cosas en la cultura china, pero todo eso sucedió en la Grecia antigua, que no era todavía Grecia y la cosa Helénica. Estamos hablando de los albores, de los comienzos de esa cultura.

¡No se necesitaban curas en esa época!

Eran los poetas, eran los dioses que hablaban por la boca de ellos. Andaban los dioses por ahí, muy cerca. Pero bueno, ese es otro capítulo…

Bien, no me digan que no es gracioso ese asunto. Las diferentes formas artísticas enganchadas con un objetivo. Porque si se trata de protagonismo de los distintos representantes del arte y cualquiera va a decir una cosa. Pero, fijando un ámbito que en ese caso era el teatro, tendrá que haber una música adecuada a ese tipo de argumento que se arme, y tendrá que haber una escenografía precisa, una coreografía en los movimientos, y tendrá que haber actores y danzarines y músicos… ¡Todo un lío porque se fija el ámbito! Y no se larga simplemente así, a la buena de dios, las cualidades de cada uno. Interesante ese momento cultural de la historia humana.

Pero, quiero decir: no está tan desvinculado esto que cuentan ustedes con esa larga tradición. Ustedes decían: a nosotros nos interesa que tenga un carácter transferencial. ¡Menos desvinculado está todavía de esa larga tradición!

Claro, hay una distancia… no hay forma de conectarse, ¿no es cierto? Miren las cosas que estaban pensando aquellos y miren las cosas que están pensando ustedes. Es interesante.

Antoja: Teníamos algo planeado para enero de este año, el Acto Poético del que hablamos, en el que confluían en algo teatral todos los trabajos del semestre; pero tuvimos líos en cuestiones de ejecución y de producción, que es un poco el cuello de botella que estamos teniendo ahora.

Negro: O sea, la cosa teatral no es la cosa de los actores. Es todo el conjunto.

Antoja: Las disciplinas son diversas y contribuyen a ese acto… Hasta ahora no lo hemos logrado, pero sí algunos aspectos, es decir, en un tiempo dado, en un lugar dado generamos una serie de sensaciones que todavía están bastante inconexas. Pero aun así, en las ocasiones que nos hemos presentado se produce un clima interesante en la gente y en nosotros…

[divider]

(La charla siguió con comentarios sobre la presentación en el Humanifesta (Segundo Encuentro Abierto del Humanismo, Chile, mayo 2002), nuestra relación diaria a través de internet, una formación siloísta en común, el énfasis en la producción individual y de conjunto y cierta característica lúdica que facilita los acuerdos y la velocidad de nuestra acción conjunta. El Negro culminó su visita comentando que se había hecho un muy buen trabajo).