13 de abril de 2000
Charla con Mario
Estas son notas personales realizadas sobre la base de lo que recuerdo sobre estos comentarios.
Un saludo, Isaías

 

El jueves 13, en un café de Buenos Aires, Mario hizo algunos comentarios sobre la situación mundial actual.

No hay nada que decir sobre lo que hacen las cúpulas, esto lo sabemos, su dirección está muy clara.

Paara nosotros el problema es la situación mental de las personas, de las poblaciones. Es muy curioso observar como las personas en todo el planeta siguen apoyando a los que los han llevado donde están y dónde siguen llevándolos sin salida. Ésto denota una situación de confusión muy grande, un gran extravío de las personas.

Al comienzo, nadie pudo prever ni imaginar las consecuencias que habría tenido la toma del poder del Partido Socialista alemán de Hitler. También numerosos judíos alemanes pensaron que no era el caso de preocuparse demasiado, y que ciertamente las cosas no serían diferentes de como parecían estar. No había más que hacer que esperar, era una época de fuerte crisis económica, política y social, sea en Europa que en Alemania, que venía de la Primera Guerra Mundial 1914/1918.

Lo que hicieron los nazis y los que apoyaron esta concepción fue de modificar poco a poco, dulcemente, las leyes, de modo de transformar el sistema judicial hasta hacer «legales» la disciplina y la brutalidad a las que sometieron al pueblo alemán y más tarde a los países ocupados.

Durante los primeros tiempos del gobierno nazi, la población no se dio cuenta de estas «adecuaciones», siempre presentadas como un modo para mantener la seguridad y para proteger a los ciudadanos y sus bienes… prepararon el campo por la irrupción de una dictadura.

Esto es lo que ocurre ahora en los Estados Unidos, donde de bastantes años están introduciendo cambios a las leyes en relación a los derechos al ciudadano, aumentando el poder de la policía. Las personas piensan que esto respecta sólo al campo de los crímenes, por ejemplo, para que la policía pueda entrar en las casas de los delincuentes sin demasiados impedimentos legales o sin la necesidad de la intervención de los jueces. Las personas no saben que esto prepara el campo para ahogar cualquier tentativo de rebelión contra el sistema, y que no sólo eso no frena el aumento de la inseguridad, de la delincuencia y los narcotraficantes, sino que todo esto seguirá aumentando.

El problema con el imperio Norteamericano -como cualquier otro imperio- es que lo que hace en sus fronteras luego lo esportará al resto del mundo. No es necesario que el imperio actúe con las armas, puede influenciar y puede modificar la situación de cualquier lugar haciendo presión y orientando en general el cambio de leyes y sistema jurídico.

La presión y la influencia del sector fundamentalista cristiano de los Estados Unidos continúa aumentando. Poco importa que las próximas elecciones las ganen los republicanos o demócratas, esta influencia se hará sentir. Pero el fundamentalismo no crece sólo en los cristianos, un ejemplo reciente es la confrontación entre India y Pakistán, con amenaza de bombas atómicas. Cuando los nuestros salieron por las calles de Bombay para advertir sobre el peligro de esta política, aquellas mismas personas con quienes hablaron probaron a reducirlos al silencio. No fue necesario tampoco la intervención de la policía.

Parecería pues que las poblaciones mismas estarían empujando hacia una dirección de aumento de la violencia, los conflictos y sus consecuencias destructoras.

Entonces le hemos preguntado: «¿Mario, es posible parar ahora este proceso?” Su respuesta fue más o menos ésta:

«Eso no parece posible, esto no es una cosa que puede reducirse, ésta es una tendencia, que tendrá que desarrollarse hasta completarse y agotarse. Así son los grandes procesos históricos. Dentro de algunos días, en este país, en esta ciudad, habrá elecciones, ahora nadie puede decir que no conoce la existencia del Partido Humanista.

De modo tal que vamos ahora, en un tipo de encuesta amplia. Si hay personas atentas a otra señal, y que se desvían de la dirección que el sistema les indica, y que nos apoyan, ésta sería una anécdota que puede ser de extremo interés como caso de estudio de la dirección mental de la población, al menos por estos lugares».