9 de Marzo de 2000

1)El Proyecto Futuro.

Para un orientador, el proyecto estructural termina cuando se han desprendido de su orientación 10 consejos de coordinadores. En ese momento ese orientador queda con las manos libres y sin relación estructural con el procesó que ayudó a formar. La asamblea de coordinadores generales, se formará sólo con aquellos que han quedado con las manos libres por crecimiento y desprendimiento de los consejos de coordinadores que ayudó a formar. Para participar de la asamblea hay que haberse desprendido por crecimiento (y no por deterioro). En esa asamblea la estructura es un ruido. La función de esa asamblea es la de peso moral y dará opiniones (a la humanidad) por los medios de difusión. Los sectores del orientador que clausura su consejo, podrán ser invitados a esa asamblea y ellos podrán aceptar o no. Si no aceptan, se incluirán en otro consejo en el nivel que tengan en ese momento

2)La posición mental.

Está organización no tiene precedentes en cuanto estructura. Si tiene precedentes en ciertos procesos personales místicos, en que el sujeto se «desprende» o «cumple» con lo que considera responsabilidades de su vida.

Así el proceso estructural, de una persona que inicia su grupo en un frente de acción, crece, influye, se abre a nuevas zonas geográficas y temáticas, forma sectores, orientadores, se expande, luego forma consejos de coordinadores que se desprenden de su orientación y de su responsabilidad. Todas esas tendencias a querer controlarlo todo, a frenar procesos de otros para manejar y hacer depender las situaciones de mi persona, a trampear el espíritu de la organización, con argucias y resquicios, podrán llegar hasta el nivel de coordinador general, pero no pasaran a la asamblea. Los orientadores del movimiento hacen un largo proceso para terminar manejando nada. Porque esa asamblea no maneja nada, no tiene estructuras y no tiene control Tiene sólo el peso moral de los que se han puesto en esa situación. Esa postura mental para construir la estructura es la que aspiramos. Estamos construyendo una estructura humana planetaria, cuyo orientador termina su proceso cuando se desprenden de su orientación los consejos. Termina en la nada. Se trata de una asamblea de nada.

3)El límite de la responsabilidad.

La responsabilidad del orientador con su consejo llega hasta el momento en que el orientado se desprende. Una vez desprendido un consejo, se corta la responsabilidad del orientador. El consejo sigue su propio proceso, para bien o para mal. El desprendimiento es definitivo y corta toda relación orgánica con los otros consejos. Si el proceso está bien de allí se desprenderán nuevos coordinadores generales hasta llegar a la asamblea de los que terminaron el proyecto. Si el proceso está con problemas quedará allí, pegado en una situación estructural, hasta que se superen o desaparesca. El desprendimiento es definitivo y es como si se pusiera en marcha un nuevo movimiento.

Cuando clausura su consejo, las personas orientadas por el directamente que no han alcanzado a configurar su consejo, se ubicarán en otros consejos para completar su proceso.

4)Los encolumnamientos.

El indicador para orientar hacia un buen desarrollo es el desencolumnamiento. Basta que atendamos a este aspecto para que resolvamos muchos problemas del proceso. El encolumnamiento puede ser estructural, geográfico o cultural. Pueden haber de otros tipos como encolumnamientos sicológicos o temáticos, pero basta atender a estos tres para que se resuelvan los demás. En el intento por abrirnos a nuevas culturas, o por abrirnos geográficamente, o por abrir el consejo a nuevas instancias, nos enfrentaremos a las resistencias y a las dependencias que nos limitan el proceso.

5)Los sectores y las especializaciones.

Es una recomendación que hacemos a todos los sectores y funciones que armen sus propias estructuras. La estructura es lo que todos hacemos con independencia de nuestras funciones y especializaciones. A veces nuestras especializaciones no permiten que el desarrollo estructural sea veloz. Pero aunque no sea veloz, el desarrollo de la propia estructura es lo que nos conectará con lo que hacen todos y comprenderemos por experiencia el significado de la construcción estructural. Es lo que llamamos el «cable a tierra». Los sectores y las funciones que ponemos en marcha, es recomendable que tengan su cable a tierra. Procesarán más rápido o más lento, pero procesarán. También tenemos casos de que ese «cable a tierra», se vuelva el proyecto más importante y necesitemos reemplazar la función especializando en ella nuevas personas.

El dilema entre la especialización de funciones o, unos pocos que hacen todas las funciones que se necesitan, es un problema de número. Nosotros aspiramos a especializar funciones y repartirnos entre especialistas las funciones de la estructura en desarrollo en un medio. Pero a veces somos tan pocos que esos pocos, tienen que hacer de todo sin especializarse. Eso es así, si somos pocos, esos pocos hacemos todo. Si ya somos un número suficiente, nos especializamos en distintas funciones y a eso aspiramos. También habrá esta especialización en los organismos y gente que desarrolla un organismo no podrá apoyar en el desarrollo de otro. Si somos pocos, esos pocos tienen que ocuparse de todo. En todo caso todos están desarrollando el proyecto estructural, con orientadores, funciones, frentes, adherentes, expandiéndose, desencolumnándose y aspirando a la formación de consejos de coordinadores que se desprendan de su origen.

6)La acción reflexiva.

Se requiere mucha reflexión sobre la acción. No se puede armar estos procesos desde la irreflexión Las acciones tienen consecuencias y sobre esas consecuencias se requiere reflexión y proyección de nuevas acciones.