Mar del Plata
6 de noviembre de 1998.
Buenas noches a todos. A la gente de más edad que nos ha venido a acompañar, es también la gente de más experiencia, son nuestros padres, nuestros abuelos, y a la gentecita que también viene, y a todos ustedes mujeres, hombres.
¿Qué puedo decirles después de lo que han dicho nuestros candidatos? Quiero recordar simplemente que en su momento algunos dijeron: «Estos humanistas van a desaparecer» ¿Les parece a ustedes que hemos desaparecido? ¿Les parece a ustedes que vamos a desaparecer? Y sin embargo estos pájaros agoreros, que sí han desaparecido, largaron su nefasta profecía: «Esto no funciona». Pero éstos no son los problemas graves, los problemas graves que se están presentando en este país, en toda América Latina, a nivel mundial, y que debemos tenerlos en cuenta porque nos va a afectar, nos va a afectar muy peligrosamente, son los problemas que existen con el Fondo Monetario Internacional, un Fondo desconsiderado, un Fondo desalmado que impone su política a todos los países del tercer mundo, a todos los países de América Latina, a nuestro país.
¿Qué vamos a hacer con ese Fondo Monetario Internacional? Porque lo que hemos escuchado es: ¿Qué va a hacer el Fondo con nosotros? Es hora de preguntarse: ¿Qué vamos a hacer nosotros con el Fondo? ¡Ni un mango al Fondo!
¿Qué va a pasar con la ley de convertibilidad? ¿De qué convertibilidad estamos hablando? Lleven un pesito a cualquier país del exterior a ver si se lo cambian a un dólar. ¡Es una falsedad de cabo a rabo! Todo está planteado en términos falsos ¡Nada con la ley de convertibilidad!
¿Qué vamos a hacer con la banca usurera que se instala a lo largo y ancho del país? Se instala y revienta y deja a la gente en la calle, no sólo en sus ahorros sino a los trabajadores de esos bancos ¡Nada con la banca usurera! ¡Ni el Fondo Monetario, ni la ley de convertibilidad, ni la dolarización de la economía, ni la banca usurera!
Hay muchos problemas por afrontar pero yo quiero recordarles que esos problemas, que nos afectan a nosotros, afectan también a todos nuestros hermanos de América Latina. El Partido Humanista debe proponerse llevar adelante una campaña lo más amplia posible, dentro de nuestro país, en los países hermanos de América Latina, porque también allí existe este Partido Humanista, en los distintos países de América Latina, llevar adelante una campaña para acabar con esta cosa deshonrosa que significa el manejo del Fondo Monetario Internacional.
No tengo mucho para agregar, pero sí recordar que el Humanismo no es sólo un partido, el Humanismo es mucho más que un partido.
Es un cálido soplo entre la gente que se quiere, es una cercanía entre los corazones, es la amistad, es la protección de nuestras familias, de nuestra gente querida, de nuestra patria.
El Humanismo va más allá del planteo político. El Humanismo va mucho más allá del planteo político y empieza en los barrios, empieza en la comunicación directa entre las personas, sale fuera del ámbito de los humanistas y se dirige a la gente de distintos partidos, de distintas agrupaciones.
¿Qué importa, para el Humanismo, de dónde viene la gente? No importa que la gente venga del Partido Comunista, del Radicalismo, del Justicialismo, lo que importa es adonde va la gente y no de dónde viene la gente. Tenemos que invitar a esta gran participación que tendrá que convertirse en una marcha por la liberación del país. Invitar a la gente de distintas corrientes políticas, de distintas corrientes ideológicas, a que acompañen la bandera del Partido Humanista. Pero vuelvo a recordar que el Humanismo es más que un partido, es el corazón del pueblo que tendrá que escucharse su latido más allá de los distintos partidos.
Queridos amigos para todos un fuerte abrazo y un saludo de paz, fuerza y alegría para todos.