30 de Agosto de 1997

 

 

Estimado Cristián.

Hace unos días aisití a una discusión entre nuestros amigos que sostenían puntos de vista diferentes sobre el proceso de regionalización y globalización. Los distintos puntos de vista eran atendibles y bien razonadas las exposiciones. Te resumo que algunos sotenían la futilidad de todo intento por restaurar la independencia nacional de los países ya que las regionalizaciones y el proceso de globalización iban en dirección opuesta a los reclamos nacionales. Por otra parte, desde esa postura, se sostenía que el Movimiento al ser internacionalista debía poner el acento en la dirección de los acontecimientos que aún yendo hacia las regionalizaciones y la globalización estaban malignamente orientados hacia la homogeneización, la destrucción de las culturas, la eliminación de la diversidad, etc.

Me permití en algún momento recordar que la » globalización» no correspondía en absoluto a lo que nosotros llamamos » mundialización» porque esto último implica precisamente la diversidad cultural, regional, nacional, e intraregional… Que los acontecimientos llevan en la dirección de las grandes regiones, que el mundo va hacia la nación humana universal, no era cosa difícil de entender. El punto estaba en la función con que podían cumplir los estados nacionales en esta etapa. Estados arrasados por multinacionales y mil formas de dependencia. Pero parecía del todo erróneo confundir el Estado nacional con la nación, el gobierno con el pueblo y cosas semejantes.

Me pareció ver que si algo quedaba de lo nacional, no estaba en los estados nacionales ni en las dirigencias cómplices de estos estados dependientes ; lo nacional estaba en la base cultural de lo que fueron los países. Estaba en el estilo social, en la formas de lenguaje, en el modo de relación humana, en usos y costumbres, en aspiraciones generalizadas…

Creo a estas alturas que es profundizando en los códigos nacionales desde donde se pasará a regionalizaciones no uniformantes y desde las cuales se pueda acometer la etapa final de esta civilización. En otras palabras : no importa lo que hagan las dirigencias traidoras, no importa para qué company trabajen los políticos. En lo que hace a nosotros, reivindicar los códigos nacionales propios es la dirección adecuada y creo que en cada nación debemos fortalecerlos…

Los partidos humanistas son internacionalistas en su dirección final, pero no son globalizadores sino que, al contrario, sacarán su fuerza y su inserción popular amando y resaltando los valores que se inspiran en las capas más humildes de la población : allí no están los vendidos ni los traidores. Es absorbiendo y fortaleciendo estos códigos lo que permitirá la mejor inspiración para saltos más amplios. Allí donde se muevan nuestros partidos el mejor servicio que prestarán a su pueblo y a la causa común será la de ser instrumentos de sus respectivas naciones. Brasilizar el partido, chilenizar el partido, peruanizar el partido y así siguiendo, es la mejor dirección y la más digna… que los bienpensantes se horroricen de lo nacional y popular, nosotros sabemos que allí están los códigos dormidos.

Quise recordar, por último, lo dicho en Moscú en el Foro Humanista de 1993. «El Foro Humanista es internacionalista, pero quiere decir esto que en razón de su ecumenismo descalifica lo regional y lo puntual? Cómo podría descalificarse a alguien porque ama a su pueblo, ama a su tierra, ama a sus costumbres, a su gente, a sus tradiciones? Podríamos endilgarle el simple epíteto de ‘nacionalista´ para dejar luego de considerarlo? Porque amar las propias raíces es también ser generoso en la consideración del trabajo y el sufrimiento de las generaciones anteriores. Únicamente ese ‘nacionalismo’ se distorsiona cuando la propia afirmación es en desmedro del reconocimiento de otras colectividades, de otros pueblos».

He creído oportuno refrescar estas ideas porque, desgraciadamente, los irresponsables del Sistema preparan su ofensiva homogeneizadora y con ello están desatando un guerra feroz entre culturas y regiones. La mejor manera de enfrenta esta nueva etapa es apoyándonos en los códigos culturales de cada nación del mundo.

Esa fué, por encima, una discusión interesante que me pareció oportuno transmitirte.

Recibe con esta un fuerte abrazo y, por favor, retrasmítelo a nuestros amigos.

Negro. 30/08/97