Madrid
5 de Julio de 1997
(Apuntes de la noche del 05-07-97)

 

Muchos de ustedes, pueden haber experimentado modificaciones espaciales por ejemplo, con experiencias guiadas, con transferencias o en los sueños, en donde se trabaja con espacios diferentes al que estamos ahora. Espacios inclusivos volcados a sentidos internos. Los dos son espacios creíbles. Donde las señales llegan deformadas y traducidas. Hay modificaciones en cuanto a funciones y en el flujo temporal. En el sueño hay un comportamiento del fluir del tiempo que es diferente al de vigilia.

Lo que nos interesa hoy como curiosidad, es que el fluir del tiempo es diferente. Puede fluir en distintas direcciones, no se respeta la flecha del tiempo. En vigilia también se puede proyectar a futuro o evocar pero sin mucha credibilidad. En el sueño es más creíble, se impone, y uno por ejemplo, puede tener más edad que su padre y luego menos, y es creíble. En ambos casos, en el momento, o luego, se puede describir lo que pasó, con mayor o menor facilidad cómo se comportan los tiempos en los distintos niveles de conciencia. El fluir se mueve de modo raro pero se lo puede apresar.

Hay ciertos fenómenos de conciencia en donde las cosas se complican de modo interesante y le podemos llamar, “estado de conciencia lúcida” ¿Alguien conoce los estados de conciencia lúcida? Por ejemplo, con una puesta de sol… eso no es un estado de conciencia lúcida, eso es una postal; o, cuando niño y algunos iban al templo y les daba un ahogo… ¡eso!, tampoco es. ¿Se han enamorado alguna vez y les ha dado el ahogo, esa cosa algodonosa, táctil, livianita y como con un tiempo paralizado? En esos casos, la imagen de la persona amada, asciende en el espacio de representación adquiriendo características de luminosidad por su asociación a las localizaciones ópticas. Eso tampoco es.

Con los estados de conciencia lúcida, que no son frecuentes, sucede que la cosa se queda como silenciosa, y el transcurrir es diferente, muy difícil de apresar, de estructurar. Uno piensa: como soy medio bestia, no alcanzo a comprender los límites. La cosa se hace amplia, lúcida, se comprende todo en ese momento pero no se sabe qué está pasando. Este es un punto de vista.

Otro punto de vista dice que no hay dificultades en la conciencia sino que es la naturaleza misma de ese fenómeno la que es inapresable. Cuando uno entra en esa franja, en ese nivel, es como si uno estuviera navegando en otra corriente. Es un fenómeno que no es abarcable. Son fenómenos totalizadores, no son fáciles de describir psicológicamente. Si esto se investiga con profundidad, se llega a la conclusión de que son fenómenos de otro nivel, de otro plano. Hay que investigar. Esto interesa a los que buscan algo más allá de lo cotidiano. Son fenómenos ocasionales y amplios que nos dan la oportunidad de comprender la existencia de otro sistema de pensamiento diferente al ordinario, cuya naturaleza lo hace imposible de describir. Esto es sánscrito básico y ya está.

Es una experiencia muy interesante, muy alentadora y ahora seguimos con el tema de las planificaciones…

Pregunta: ¿Esos fenómenos son intencionables? Sí, pero cuando uno pone esfuerzo, mete ruido. Por esto, los mayores éxitos pasan por casualidad. Son intencionables no en la producción puntual del fenómeno sino en la disposición que uno puede generar. Uno busca ponerse en esa cosa lúcida, no es intencionable puntualmente, a menos que empiece con trabajos extraños. Son experiencias breves y muy intensas. El transcurrir es totalmente diferente del de otros niveles.

– Es como para ponerse en esa actitud de conciencia lúcida, lo que no viene nada mal. De ese modo, uno no es tan crédulo. Vean cómo es el tiempo, el transcurrir, en los distintos niveles, se puede hacer una descripción abarcante. En este otro nivel, uno queda abarcado. En esto quedan ustedes, como dentro de una correntada.

– No me refiero a la temporalidad sino al transcurrir de un tiempo que en ese estado de conciencia es de otra naturaleza.

– Estos estados no los podemos intencionar pero es de utilidad tenerlos en cuenta, porque dan ánimo, dan aliento y abren la posibilidad de nuevas cosas, dan esperanza.

Otras notas:

– Saber que hay otro estado de conciencia posible, alienta, positiviza. Claro, da rabia no lograrlo rápido, pero ese es otro tema.

– No se puede construir la vida en búsqueda de un estado, como han hecho los budistas…

– Los fenómenos de la fuerza y la luz, son de otro tipo, más físicos que mentales.

– Es interesante ver que en este estado el yo desaparece. Sin embargo, es uno el que tiene esta comprensión.

– Todo esto es suave, calmo.

– Hay una cuestión de época en que se busca otra condición mental, dada las presiones en las que se vive. Es parte del “confort” humano. ¿Por qué estar con crisis, angustias, temores, etc.? Entonces, es legítimo buscar un mejor estado mental.

– No se puede confundir lo más interesante de este estado que es la lucidez y la comprensión, con los datos iléticos que le acompañan, con los cuales ha trabajado la sicodelia y las religiones.

– En este estado interesante de lucidez, se percibe variaciones del tiempo y del espacio, pero es el tiempo el que ofrece una puerta para investigar el fenómeno.

– Este es un nivel de conciencia superior al de conciencia de sí, en el cual uno puede ponerse intencionalmente. El nivel de lucidez, es otro nivel.