Mayo de 1996
Amigos: envío este intercambio electrónico que puede ser de interés. Un abrazo. Pepe F.
Comentario de Pepe F:
Negro: te comento una reflexión que nos ha surgido en el Consejo que me parece de interés. Trabajando el tema del cambio de mirada y de apoyarse personalmente en lo más interesante que cada cual tiene y maximizarlo en la dirección del proyecto de cambio y transformación, ha surgido el trasladar esta mirada a lo social.
Entendemos que cada uno de nosotros opera en un ámbito determinado (en este caso en Chile, por ejemplo), y que si tenemos el interés de generar un movimiento social ésto lo haremos con el «pueblo» chileno, con la gente de este país. Al proponernos ésto, caemos en cuenta que normalmente tenemos la mirada puesta en los defectos y las dificultades.
Por qué no intentar un cambio de mirada y preguntarse entonces: ¿cuáles son las cosas más interesantes que tiene este pueblo? ¿Cuáles de ellas son las que podemos aprovechar mejor en la dirección de un proceso de transformación? ¿Cómo podemos maximizarlas?
Nos parece que más allá de un acto declamativo de «las virtudes del género humano» ésto hay que poder verlo en lo personal, tal cual fue planteado, pero también en el medio en el cual a cada uno nos toca actuar.
Si queremos motorizar un movimiento social, lo haremos solo si creemos en la gente, pero no en abstracto, sino en aquella con la cual nos toca actuar.
Necesitamos entonces identificar y reconocer el potencial de ese pueblo, y cuales son esas cosas interesantes que podemos maximizar en función ese proyecto.
Es válido entonces preguntarse: ¿Con qué mirada entramos a la casa de la gente…?
Bueno negro, no es mucho más que eso.
Un abrazo. Pepe F.
Comentario del Negro:
Eso es Pepe, eso es. Imagínate si no va a ser posible encontrar numerosas virtudes. Así es la cosa, pero también es cierto que no basta con verlas, el punto está en la convicción de la evidencia, o sea como voy yo a esa gente en la que reconozco los aspectos positivos. Entonces, mirada y actitud de transmisión, de eso que he descubierto. Así, la cosa va. Por otra parte, los principios generales valen, pero deben ser ponderados con las situaciones puntuales y este es el caso.
No estamos hablando de patriotería inconsistente, tampoco de demagogia, sino de esa realidad perceptual de mi medio inmediato: mi vecino, mi barrio, mi país. Pensar, por ejemplo, que el internacionalismo se opone a lo inmediato es un error que ha frustrado muchas cosas en corrientes pasadas. Es, en cada lugar y desde cada lugar, desde donde se puede complementar correctamente.
En el ámbito de las culturas sucede lo mismo: no es por el universalismo abstracto que las culturas puedan coincidir, sino que profundizando en cada una de ellas, se puede llegar a esa convergencia.
Un fuerte abrazo. Negro.