fines de 1992
Micky es un miembro del Movimiento de nacionalidad chilena y muy activo actualmente en el Partido Humanista. Estos apuntes son notas de un viaje que Micky hizo a la India y de la posterior conversación que tuvo con Silo sobre las impresiones de su viaje. Micky comentó varias veces sobre esta conversación que era su interpretación de lo que Silo le había dicho más que la trascripción textual de lo que Silo había dicho.
Micky acotó varias veces que «los siloístas debemos hacer estos viajes e interactuar con otro tipo de gente para comprobar lo mucho que sabemos, que podemos hacer, que podemos comentar, decir, etc. Estamos muy cualificados para ello».

 

En su viaje a la India, Micky se propuso a sí mismo hacer contactos con diferentes «corrientes de pensamiento», para hablar con las personas que habían tenido experiencias, registros, sobre el sentido de la vida, o con quienes siguieron trayectorias diferentes hacia el significado de la vida.

Viajó más bien para abrirse a un sentir, antes que ir a racionalizar sobre el tema. Visitó varios lugares. Incluso, cierta vez fue invitado a permanecer en Katmandú y participar en los seminarios de estudios dados por un lama (que es el único lama que habla inglés), el cual da este seminario una vez al año a estudiantes de budismo procedentes de Occidente, sin embargo, no queriendo entrar en estudios especializados, decide acceder a la experiencia directamente a través de sus conversaciones con el Lama, sin ir al curso.

Después siguió su viaje para conocer y saber sobre diferentes corrientes, haciendo más bien un acercamiento a nivel de registros, antes que profundizar en algunas de ellas. En Benarés (Varanasi) visitó los centros de Gandhi, Krishnamurti, Ramakrishna y las Hermanas de la Caridad de la Madre Teresa. En Puttaparti, también visitó el centro del famoso Sai Baba, y, en Poona, el centro de meditación de Osho (Bhagwan). También fue a Dharmsala para ver y compartir con el Dalai Lama.

En síntesis, Micky sintió, durante todo el mes de su viaje por esos lugares, que estuvo con un nivel alto de conciencia; sintió esto porque se mantuvo en autoobservación constante, aún en esos momentos en que era «tomado» por su agotamiento y a pesar del choque emocional ante el impacto de la pobreza

extrema, de la desesperanza, del enorme caos de India; a pesar de ello, constantemente se observó a sí mismo. Por otra parte, llegó a la conclusión de que el hinduismo y su influencia sobre la gente hace que ellos deban resignarse a su sufrimiento y además que deben creer en una mejor vida después de la muerte (ya que sólo después de morir, a través de una mejor reencarnación, pueden mejorar algo su situación, siempre y cuando se hayan portado bien en la vida y no hayan discutido las leyes y reglas religiosas). Sacó la conclusión, entonces, que es exactamente lo mismo que el catolicismo respecto al papel represivo. También consideró otras corrientes con mensajes diferentes; por ejemplo, el budismo. Buda habló de «iluminación» como una experiencia humana perfectamente lograble. Buda fue un iluminado, al igual que lo fueron muchos de los discípulos que lo siguieron.

Ya en el centro de meditación de Osho, Micky tuvo el registro de que la gente que allí estaba había desarrollado técnicas muy poderosas para trabajar con la energía, aquel era un lugar muy cercano al ideal (hermoso y con gente en muy buen tono) y que la enseñanza de Osho “de que la vida debería ser una celebración, de que no hay absolutamente ninguna excusa para la pobreza y la continuación del sufrimiento”; cosas todas estas que resonaron profundamente en él. (Nota: Micky acotó varias veces que «los siloístas debemos hacer estos viajes e interactuar con otro tipo de gente para comprobar lo mucho que sabemos, que podemos hacer, que podemos comentar, decir, etc. Estamos muy cualificados para ello».)

Finalmente, ya de regreso, consideró que también tenía su maestro: Silo. Pero que desde hacía muchos años se había sentido muy lejos de él, y de hecho le había sido mucho más fácil ir a Katmandú y conversar con un lama budista, o ir a Dharmsala a ver el líder político y espiritual de los tibetanos, o ir a ver a otros maestros (o sus escuelas ya que algunos ya están muertos) que viven a miles de millas de lejos, (Micky sintió que su nivel de cualificación le permitía formular preguntas perfectamente coherentes); todo esto le había resultado mucho más fácil que ir a ver a Silo, su maestro que está al otro lado de las montañas, a solo seis horas de paseo desde Santiago, de quien se sentía mucho más lejos, y a quien sentía más inaccesible que cualquiera de estos maestros orientales.

Ahora él quiso ir a ver a Silo, a pedirle ayuda para integrar sus experiencias y para hacerle las preguntas que le habían surgido en el viaje. Llamó a Silo, quien le dijo que por el momento estaba muy ocupado trabajando sobre un programa de video para TV en Buenos Aires. Así que acordó que lo podría ver el primer fin de semana de diciembre.

Ya en la reunión, Silo le pidió que contara el viaje en todos sus detalles. Cuando Micky le explicaba que tuvo el claro interés de abrir su corazón y sentir las situaciones y a la gente que iba encontrando a lo largo del viaje, teniendo el registro de estar a un nivel alto de conciencia, Silo le dijo: «Por supuesto, pues es desde la emoción que los niveles altos de conciencia se alimentan. En la medida que uno tiene entusiasmo, referencia por lo que uno hace, uno accede a un nivel alto de conciencia».

Como Micky estuvo en un nivel emocional alto, tuvo el registro claro de estar a un nivel alto de conciencia. Emocionalidad positiva es como Silo le ha llamado al fenómeno.

En esta conversación se tocó el tema de lo que era Dios, de la divinidad. Silo le preguntó a Micky sobre lo que pensaba de Dios, a lo que contestó: «Yo creo que Dios es una imagen en la que los seres humanos depositan todos sus registros y deseos más positivos». A esto Silo explicó: «Esta respuesta es una explicación sicológica bastante buena». Entonces Micky le preguntó: «¿Qué piensas tú?»

(A continuación se transcriben las notas, pero no son las palabras exactas).

Silo comentó, después de un silencio y con un gesto grave: «Dios, la divinidad, es la única cosa que es importante. Esta cosa (indicando la mesa) se presta mucho a la discusión, es mucho menos verdadera. Lo divino para mí es la única cosa que es verdadera, que es real. Es una intencionalidad que frecuentemente no detectamos, pero, cuando conectamos con lo divino, con esa intencionalidad que motoriza, y que da sentido a la vida, a todas nuestras vidas, con esa intencionalidad que no es nuestra, que existió antes que nosotros naciéramos y que continúa después de la muerte. Entonces podemos conectar con eso que da sentido trascendente».

«Todas las religiones perciben a Dios mediante sus manifestaciones externas, esto es porque ellos no han analizado nunca la naturaleza de Dios. Las religiones lo expresaron desde el punto de vista de figuras humanas que produjeron cosas, como luces, relámpagos, objetos, objetos buenos, malos, etc., es decir, sus manifestaciones y expresiones. En cambio, lo que nosotros debemos hacer es: estudiar la divinidad en su naturaleza».

«La iluminación, (o la experiencia de la divinidad) sucede por irrupción, el fenómeno irrumpe de pronto (repentinamente, por casualidad) y por lo tanto le puede suceder a cualquiera. No hay requisito previo de estudio o de preparación especial, no es la gente docta, por ejemplo, la que puede experimentarlo. Por otra parte, acordemos que las religiones han destruido la religiosidad, han distanciado al hombre de sí mismo».

«El budismo es el ejemplo más claro de distanciamiento de las raíces de la enseñanza original de Buda, porque la propuesta de Buda era la no-religión, pero no obstante fue una religión lo que después se fundó. A pesar de esto, los escritos originarios de Buda han permanecido y también ha quedado algo del sentimiento original que él comunicó».

Respecto a la muerte (tema del seminario del Dalai Lama) ha de decirse que Buda nunca la menciona en su enseñanza (en contraste con el budismo moderno que estudia el ciclo entero de la llamada reencarnación). No era importante para él. Según Buda, la reencarnación no existe. Fue el hinduismo el que

inventó la reencarnación. Silo dice: «La muerte es absurda». Y respecto a la reencarnación muy categórico afirma: «Eso no existe». (Nota: Sobre la reencarnación cabe acotar que Silo comentó hace tiempo que posiblemente esta idea provenía de una tribu isleña, del mar Índico, que no podían establecer los nacimientos con respecto a la reproducción biológica, y al ver a los suyos morir y nacer alternativamente, vincularon el hecho como que el muerto «reencarnaba» en una nueva vida. Esa creencia fue tomada por los hinduistas primitivos y la incorporaron. La que, junto a la idea de casta resulta algo tremendamente determinista y oprimente.)

Silo dio la recomendación de hacer retiros sobre estos temas. Leyendo “La mirada interna” desde los registros que uno tiene, con gran confianza. Es importante estudiar estas cosas en compañía de otros, no solos, sino intercambiando con otros.

Respecto a otro tipo de cosas, dijo que viene una crisis de proporciones tremendas, inimaginables para la gente. Será una crisis de instituciones que hará surgir lo que llamamos neo-irracionalismo, que puede ser algo simultáneamente terrible y posibilitario. La gente comenzará a negar la racionalidad que mantuvo las instituciones. Los científicos ya comienzan a darse cuenta que sus parámetros no son tan sólidos como ellos lo creen, y ya admiten que de hecho «ellos no saben» tanto como pareciera.

Una vez que la gente se vuelque sobre sí misma, tendrá la posibilidad de conectar con valores que son más auténticos, y la divinidad se manifestará en su interior. (Nota: Sobre el encuentro de la deidad en el interior, en otra oportunidad, refiriéndose a esta conversación, Silo dijo que: «Al encontrar el hombre a Dios en su interior se producirá un fenómeno social. Primero lo descubrirá uno, luego otro, luego el de más allá, se irá haciendo algo común, frecuente e interesante, se lo irá comunicando la gente y se producirá un fenómeno social. Por otra parte, si descubrimos a Dios en nosotros mismo, es como que descubriéramos que, efectivamente, somos Dioses?»)

Micky le consultó a Silo sobre la «sospecha del sentido», si era posible que esas experiencias pudieran ponerse al alcance de todas las personas mediante técnicas específicas. Silo dijo que sí, pero que era una materia muy delicada, porque una vez que se sueltan los fenómenos eran como del conjunto, quedan como fuera de alcance y no habría manera de controlar lo que sucedería a la gente, o lo que las personas harían con el fenómeno. Esa es una gran responsabilidad a asumir. Micky le preguntó entonces que si no es también otra gran responsabilidad el no hacer nada y dejar que otros hagan algo al respecto sin que tengan un gran sentido de responsabilidad hacia lo que hacen. Silo dijo que era correcto pensar así.

Micky preguntó, (quizás insistiendo demasiado): ¿Por qué nosotros no lanzamos una religión entonces? Silo dijo que la pregunta por la oportunidad de ello era muy importante. Había un momento preciso para hacer esto, no podría hacerse en ningún momento inadecuado.

Otra cosa que Micky contó es que le comentó a Silo que había comenzado a encontrar la fe, a lo que Silo le dijo que eso era así porque quiso tenerla.

Entonces, dijo: «Tú ya tienes la fe, simplemente porque crees que existe, y eso hace que la tengas».