Barcelona
15 de octubre de 1992
Notas de la reunión del Coordinador con miembros del Consejo Gamma
(Estas notas no son una transcripción, sino que están basadas en apuntes tomados en la reunión y son incompletas)
Estamos dando una vuelta por distintos lugares. Visitando gente amiga. En reuniones no muy grandes, más íntimas, más familiares; tienen la ventaja de que podemos acercarnos más.
Hemos encontrado un atmósfera y una sintonía similar en todos los puntos. La gente está preocupada, sobretodo en algunos puntos, por lo que ocurre a nivel general y en ese lugar. Las cosas se aceleran, se complican y uno no es de palo… Muchos piensan que las cosas se van a complicar más. El registro general es ese. Puede no ser así, pero eso es lo que la gente experimenta. Recortes, fluctuaciones económicas; estudiantes que no saben dónde van a ubicarse. Relaciones enrarecidas, violencia, ultras en la calle… ¿Para qué contarles? El registro es de cosa complicada a futuro, de futuro cerrado, aunque al final puede no ser así. Pero sacando estas preocupaciones propias de los lugares, la gente está con ganas de hacer cosas, tratando de ver dónde aplicar sus energías. Ha sido un período tranquilón. Tranquilo sólo desde el punto de vista del empuje estructural. Se han empezado a hacer otras cosas. Apertura de CCD, comisiones, organismos, algunos aparatos y otras actividades, siempre en relación al potencial que se tiene.
Ha sido una etapa de alineamiento con el medio. Arreglando problemas con el medio,; de relación. Linda etapa, no muy vistosa, pero linda. Una etapa de alineamiento, reflexiva, modificando modos, formas…
No hay que pensar que no se ha estado haciendo nada. De no haberlo hecho así no hubiera sido posible hacer nuevas huellas, nuevos códigos y eso ha sido interesante. Creo que bien balanceado en ese sentido. Si cuando nos propusimos abrir CCD nos hubiéramos propuesto un empujón estructural, no se habría producido esa nueva huella.
Nos hemos encontrado con algunas dificultades, apoyos y administrativos no veían dónde aplicar la energía y los que consideraban muy importante el crecimiento estructural no veían cómo y dónde hacerlo. En los otros puntos se habló de CCD, de comisiones… tratando de dar un enmarque general, ninguna novedad.
Definimos los CCD como una actividad de relación geográfica, entre las personas de un lugar geográfico. Se refieren al lugar en que la gente vive. Pretendemos facilitar el establecimiento de relaciones entre las personas, de vínculos que las instituciones no pueden dar. El CCD no es una idea institucional. Están basados en el concepto de relación y punto.
Las comisiones no pretenden relaciones de convivencia de gente de un lugar geográfico. Las comisiones están en base a los lugares dónde la gente hace cosas, trabajo, universidad…
También varía el concepto en el que se apoya, no en establecer relaciones sino que el concepto base es el conflicto.
En los CCD también se dan comisiones. O porque la gente encuentra un problema común del barrio… hay hasta de deportes. Tienen características de flexibles, no institucionales sino convergencia de gente a quien les interesa poner en marcha una actividad y tienen como centro de operaciones el CCD. No tienen imagen de eternas, se forman por necesidad o gusto, se hacen, se deshacen, unas permanecen más que otras, pero no son eternas.
Cualquier tipo de comisión es no institucional (ni presidente, ni secretarios…) Huimos de eso. Organizaciones flexibles que se montan según los criterios del caso. Son actividades humanas.
Así tenemos dos bloques de actividades, unas donde la gente vive y otra donde la gente hace cosas.
Los CCD están bastante pautados, hay pautas, y a veces no se siguen del todo y sale (algunos empiezan con la H. de B. otros con contactos con una FM… ) en un CCD juega la cosa local. Pero la cosa está pautada y hay cosas en común. La gente sabe como poner en marcha un CCD.
Las Comisiones no están pautadas, no se tiene cómo ver los pasos. Cuando se habla de conflicto la gente entiende pero no sabe cómo ponerse en contacto con otros. Pongamos el caso de una oficina. En realidad es porque no se ha estudiado cómo son esas relaciones ahí, pero, ¿no salen de ahí parejas, amigos? Hay pues un modo de relación entre las personas: el café, la entrada, la salida… Hay ahí otros modos de relación por mucho jefe que haya; la gente establece relaciones entre si según ciertos parámetros, en base a alguna afinidad.
Nosotros no estamos hablando de armar comisiones en base a afinidad. No se basan en eso, sino en la idea de conflicto. Por ejemplo todos saben en la oficina que se cerró una parte, que hay ciertos problemas… Nunca faltan conflictos en un centro de actividad.
Si viviéramos en la mejor de las sociedades, con un futuro abierto, gente feliz, esas cosas no tendrían sentido. Pero como no es así y en la medida que el medio sea cada vez más conflictivo, las comisiones tienen largo futuro. De modo que esas ideas pueden ser oportunas en un momento y en otro no. Ahora el momento parece bueno, sobretodo en el campo laboral.
Entonces esas comisiones en base a conflictos parece que ven ampliada su viabilidad, sobretodo porque las instituciones se están vaciando por dentro. En ninguna parte del mundo se está dando respuesta a estos conflictos.
No pasa nada si una comisión funciona sólo en una oficina, ya no es lo mismo si funciona en varias o en varias empresas. Los mismo pasa con los CCD, no es lo mismo que en un barrio haya un sólo CCD o varios.
Todo eso depende de los procesos. Si tomamos una foto aislada de un CCD o una comisión, no se ve qué modificación pueden producir. Tampoco se le ve a la institución. Hagamos un cierto paralelismo.
El Ayuntamiento ha hecho algunas cosas, tiene salas, organiza actividades, envía folletos, algunos están muy bien equipados y en otro momento funcionaron bien, la gente entraba, salía… Paulatinamente esos centros puestos en marcha por los Ayuntamientos se han ido vaciando. Están a mano y la gente no va. ¿Qué es eso? En cambio nosotros ponemos en marcha un CCD, sin tantos medios, sin sala de vídeo… y la gente pasa, entra, sale, participa, como si la gente quisiera participar y relacionarse. Las instituciones dirán ¿cómo? Pero la gente no quiere participar según los modelos de ellos. Eso no es algo teórico, es práctico, experiencia de la gente que se está moviendo ahí, en CCD.
Uno puede partir con muchos prejuicios con eso; ¿cómo voy a abrir un CCD si ahí ya hay no se qué? ¿cómo les haremos competencia? Pero esa es una visión mercantil propia de la época. Estamos en otra cosa. No competimos. Son otros parámetros.
Lo que ponemos en marcha no ocupa su espacio. No es la idea de competencia la que nos mueve. Ni lo tenemos en cuenta, estamos en otra cosa. Esa visión no es adecuada. Lo mismo para organismos. El vaciamiento ahí se ve claro, también en el local partidario del barrio. En algunos lugares los militantes que quedan invitan a los nuestros a hacer cosas juntos en sus locales.
En general se van vaciando todas las instituciones que sólo siguen funcionando en sus cúpulas. Es curioso ver lo que va pasando, no sólo por la fragmentación de los que tienen todo el poder en las manos. Si estos lanzan campañas de adhesión se encuentran con dificultades.
A veces la concentración de poder es total, desde la educación de los niños, los medios de comunicación… Entonces el líder convoca a la gente a la plaza para regodearse, acuden y le abuchean, le patean en contra, todo se cae. (Rumania, Brasil). También ocurre lo mismo en la cúpula gremial, cuando convocan a su base, la gente acude al llamado y les tira tomates y huevos (Roma). La gente, cuando va, hay que ver cómo va. Fenómenos extraordinarios con característica de espontáneos. Algunos de lío, otros de desborde, como en los Ángeles.
Nosotros siempre hemos tenido afinidad por estas cosas en que la gente sola se mueve. Y si eso pudiera tener dirección y proceso, seguro que nuestra táctica sería distinta: sería cómo ponerlos en marcha.
Pero eso es como un fenómeno catártico. Se produce el efecto y se diluye. Es difícil la continuidad, máxime en épocas como ésta, con todo parcelado y las relaciones atomizadas. No se ve cómo darle esa continuidad, por ejemplo convocamos asambleas, la gente iría, pero luego ya no.
Ha cambiado todo y no se sabe cómo puede continuar la cosa espontánea, que no deja de estimular y amenaza con ocurrir cada vez más. Pero el sistema no se cae por esas cosas. Por ejemplo en los Ángeles se destruyen 100 supermercados, pero luego vienen las compañías de seguros…
Hay un vaciamiento general, hay vaciado de contenidos, de contenidos humanos, sólo quedan las formas. Los teóricos hablaban de vaciamiento ideológico, pero es en todos los campos. Sólo quedan las formas. Se ve en las revistas, mucha foto, poco texto… vaciamiento de contenidos. Sólo forma. O en los perfumes, uno compra una marca y el envase, la publicidad es de la forma, no del contenido: la fragancia.
Gente en el metro. La gente sabe en qué está el otro por la ropa. Pero la comunicación entre ropas es… ¿Para qué vamos a hablar si estamos de acuerdo, vestimos parecido…? -La gente sabe en qué anda el otro por las formas-.
Si estas formas permanecieran estáticas serían de mucho interés porque a través de esos medios se pueden transmitir muchas ideas. Por ejemplo a través de una buena foto se pueden transmitir muchas ideas. Si eso fuera así, si esas formas fueran códigos se establecería una forma nueva de comunicación. Podríamos estar entrando en otra época en que la gente se relacionaría por las formas.
Pero esas formas no son estáticas, se van modificando. Además de quedar vacías se van desestructurando, entonces la cosa se complica un poco. Y las formas de las instituciones también se desestructuran. También la de los países, estados nacionales… Se desestructura la idea de región. Por supuesto se desestructurará la relación entre las personas, se desestructura el lenguaje (graffitis). Y eso si es universal, la desestructuración de las formas.
Lo secuencial no va. También cambia el pensar. Ya no hay largos discursos. No se baila el minué, sino el breakdance (desestructurado, robótico). Luego, además de vaciarse se desestructuran. Todo modular, no secuencial, más paso a paso, tipo programa de ordenador.
En base a ese vaciamiento y esa desestructuración se pueden entender muchos fenómenos que están ocurriendo. Puede que se desestructuren formas viejas y no pase nada pero a gente con otro paisaje… eso le puede crear cierta dificultad.
Lo tenemos en cuenta porque es el tipo de mundo en que nos movemos. Ahí vemos si ponemos en marcha una institución o no, una forma vacía o algo que llegue a la gente. Un CCD lo llenamos con gente de los nuestros, con nuestros códigos frenando al que llega, o lo armamos con unos pocos y lo llenamos con gente de afuera?
La visión de los procesos va a influir sobre la táctica a llevar. Un mínimo de reflexión sobre el modo de movernos no viene del todo mal. En general hay algunas dificultades respecto a las secuencias, la planificación a futuro.
La situación general está produciendo impacto. Antes la gente sabía cómo iba a ser su futuro, más o menos; en cualquier sistema económico se sabía bastante bien cómo era la película. Con esta desestructuración de cosas, esa desintegración, la secuencia hacia el futuro que necesitamos todos, está bastante afectada. La caída de valores nos pone en una situación bastante difícil y puede tomar más fuerza. Y eso puede ocurrir en grupos humanos más o menos grandes, en naciones… Seguramente cualquiera de nosotros ha pasado por una crisis y hemos apelado a lo que había a mano, con pocas explicaciones pero con una imagen clara. Si han echado a alguien de una fábrica, y está mal, y piensa en la familia, y va otro y le dice: «la culpa la tiene aquel». Y ahí va. No muchas explicaciones, y claro.
Pero todos estos fenómenos se están viendo en varios lugares. Algo complicado. No nos extrañemos de que surjan pequeñas referencias de ese modo, claras y directas.
No hay porque dramatizar, pero en algunos puntos sienten eso más que en otros.
La caída de referencias es bueno, es porque no valían, pero el tema es cuál será ahora la referencia. No se trata de la sociedad en general sino de las personas. Eso se ve tomando muestras. Los nuestros dicen que el diálogo ha mejorado con la gente. ¿Pero, cómo es eso? Antes el diálogo era francamente malo, en algunos lugares. Y no es sólo que nosotros hayamos cambiado sino que ha variado la receptividad de la gente. Podemos hablar de problemas comunes; pero no por eso nos acompañan, por ahora. Pero, si esa mejora se nota no es que nosotros nos hayamos hecho más simpáticos, o si, pero no sólo es eso. En algún lugar pasan cosas como que gente de las FM invitan a los nuestros para que les llenen espacios, los vacíos que tienen. Otros enlatan programas. Si nos ponemos urticantes igual hay problema, pero en otros lugares aumentamos la audiencia.
Y mientras tanto, para que las cosas vayan, deben ser ágiles y desestructuradas. Nada de culebrones. Los que hay, hay que ver qué hace la gente con ellos (se usan para dormir). Lo que va es la cosa del videoclip, lo que pide el medio. Y nosotros les vamos llenando a veces esos vacíos que tienen.
No hemos de preocuparnos de romper nada, se ha roto solo. Hace años nos acusaban de cualquier cosa, de destruir la familia, la moral… Y nosotros calladitos. Y ahora nos traen a los nenes, nos hacen cómplices de sus líos. Pero, qué es esto? No éramos nosotros? Esas cosas se ven. Y son de lo último porque buscan complicidad. Pero nosotros les decimos, bienvenidos. Y ahora, qué vamos a hacer? Estamos en los CCD, en las comisiones, en poner en marcha organismos; donde hay poco número una cosa, si hay más se piensa en hacer más cosas. Todo de acuerdo al potencial y al número de gente que se mueve. Porque éste es un tema de gente, no de instituciones o de medios de difusión. Lo demás sería mágico.
Y así están en distintos lugares, viendo cómo moverse. Y ahora hay gente que se va a poner a reproducir estructura. Pero no toda la gente se pondrá en eso. Eso lo sabemos históricamente.
Con ello ocurrían dos fenómenos, unos se van alejando porque no tiene dónde insertar su actividad y otro caso que como no tienen otro modo de participación permanecen pero no puede aplicar bien su energía y se frustra. Malo para él y malo para el conjunto. Con eso perdemos todos. Sabemos de excelentes personas que no tiene dónde aplicar el potencial. De modo que como más abramos las posibilidades, mejor. Poner en marcha el crecimiento estructural está muy bien y es la única vía. El crecimiento estructural se produce por el trabajo de la estructura. Desengañémonos, no vamos a crecer por los CCD, organismos, aparatos o comisiones. Aunque si haya ahí alguna promoción. Y todo eso está pensado para expandirnos de otro modo, no para el crecimiento estructural. Queremos más gente para multiplicar la acción sobre el medio. Hacemos un operativo y tenemos un porcentaje chico de regeneradores. Que interesante sería que todo el mundo pudiera aplicar bien su energía.
Pero si somos pocos, menos posibilidades de poner en marcha actividades. ¿Para qué queremos más estructura? Para hacer mayor número de actividades.
Nuestro futuro depende de la visión que pongamos en eso. Sabemos que nuestro modo tradicional de crecimiento es por comunicación, contacto directo; no por TV, radio… no por la máquina. La integración es siempre personal y directa. Lo demás va creando ámbitos, condiciones, aumentan el campo. Pero la integración no es nunca intermediada, sino humana, personal y directa. Y los operativos de crecimiento, ojalá que sean cortos, se vean con la gente que va llegando y se planifiquen con otros; y ojalá sean distintos para no caer en la rutina. Ingenio. Operativos cortos, acotados en el tiempo y muy activos.
Imaginemos Nueva York (20.000.000 millones de habitantes, compleja, grande) y que diseñamos un operativo de crecimiento ahí. Si lo hacemos tradicionalmente nos iríamos a la boca del metro (allí hay gente) y diríamos que de allí sale una estructura. Y buscamos que la gente se arraigue, no todos, eso es teórico, sólo un porcentaje, los que tienen gusto.
Ahora decimos, vamos a arraigar esta estructura. ¿Dónde? ¿En el Metro? Esta estructura tendrá serias dificultades de arraigo porque los CCD son en el lugar dónde vive la gente.
A la luz de lo que estamos conversando parece que se diseñaría el operativo de forma distinta. Quizá, más bien nos conviene ir a centros comerciales de determinados barrios, donde las posibilidades de arraigo aumentan. Y lo pensaríamos no sólo por el arraigo sino a la hora de montar comisiones. Porque, ¿dónde las formarían, dónde aplicarían la energía?
Luego el diseño del operativo tendría que tener en cuenta el paso posterior, no sólo el crecimiento sino ponderando qué va a pasar después y eso modificará el diseño del operativo.
Además será muy bueno para explicar al que se acerca, es muy importante para la gente saber cómo sigue la película. Tenemos todas las explicaciones del caso.
Será bueno para el que llega saber cómo es la cosa. Entenderlo. Si no puede entender que nos agrupamos para agrupar más gente y así siguiendo.
En el diseño de estos operativos cambiarán las explicaciones que se le den a la gente que llegue. Creo que también va a cambiar el concepto de actividad planteado no tanto en términos de individualidad sino de equipo. Esa individualidad produce muchas dificultades a la hora de poner cosas en marcha. El trabajo en equipo parece interesante para todas las actividades. Y puede funcionar muy bien si la gente se lleva muy bien; si no, no hay equipo que valga.
Imaginemos un tipo solo en un barrio, buscando local, lleva un tiempo y no pasa nada; pero pide ayuda y eso se pone en marcha en una o dos semanas. Dos o tres se quedan en el CCD y luego los demás se retiran. Muy exitoso allí donde se ha podido formar ese equipo, la gente se queda muy bien. Mejor en conjunto y no fragmentado. Y además sólo son dos días. El trabajo en equipo, pensado así, aumenta las posibilidades de hacer cosas. De la otra forma se puede hacer pero más a contrapelo. Lo mismo para los operativos de crecimiento rápido y CCD. Eso es algo a ver por la gente en cada lugar. Ahí ven. Pero la idea de trabajo fragmentado no es bueno, mejor en equipo. Puede que haya desorden, pero con gusto y luego se ordena todo rapidito si ha habido códigos bien planteados.
Eso es algo que seguramente se pondrá en marcha porque ya hay huellas formadas.
Algunos regeneradores han puesto también en marcha un CCD, pero quieren desarrollar estructura y tienen el problema de qué gente se encargará de esos CCD. Esos son problemas particulares que cada uno verá. Ahí pueden darse sorpresas. Gente colaboradora, que no quiere participar de la estructura, pero que pregunta cómo puede poner en marcha un CCD. Esa es la mejor figura a que podemos aspirar. Veremos cómo sale, es muy nuevito pero tiene mucha gracia y se da. Pero no es nuestro caso.
Un tema a estudiar es, si yo voy al crecimiento, a quién dejo?
El modelo de orientador, en este momento, se acerca más al de alguien que pone en marcha diversas agrupaciones humanas, en diferentes actividades, en diferentes campos, aumentando la influencia y se interesa vivamente porque vayan funcionando bien todas esas expresiones.
Se acerca más a ese modelo que al de sólo poner en marcha regeneraciones estructurales. Es un modelo más amplio, más interesante.
Se han visto algunas dificultades internas, como en el caso de dónde aplican ahora su energía los apoyo. Se les ha pedido una ayuda muy valiosa. Si pudieran aprovechar esta etapa para tomar el material de difusión que usamos normalmente y tomaran lo básico y lo pusieran en fácil, con el mayor número de ejemplos posibles y con cosas del lugar, sería un avance importante.
Si nuestras ideas las ponemos lo más fácil posible, con ejemplos, con imágenes, adaptado a la gente del lugar, a lo que la gente percibe; eso ayudaría mucho.
Si no tienen mucha pluma, uno toma una parte, otro otra y saldrá desnivelado, luego se nivela. Y bienvenidos los colaboradores que estén interesados en aportar, puede que ellos lo expliquen mejor, más fácil. Y también poner eso en la H. de B., que se precisa ayuda para poner los materiales en fácil. Y ojalá se haga con ayuda de gente de afuera. Esa labor de los apoyo sería básicamente una tarea de simplificación. Esta ayuda al conjunto de los apoyo, esa adaptación de materiales, puede acelerar la cosa en este momento. Ojalá cada uno lo haga en su lugar. Es una ayuda de primera.
En cuanto a los administrativos lo primero que se deshagan del toco de fichas. Se guardan, se tienen ahí, por si un día… Eso es como las falsas esperanzas… Hay que quedarse sólo con aquellas que uno sabe que están bien hechas. No muchas, de gente que ha estado en organismos, en estructura, colaboradores; de gente que da vueltas.
Seleccionarlo bien, quedarse con las pocas que sean útiles, tenemos grandes ficheros, ponerlos en pequeñito y decirse: si armo un boletín mensual para los amigos, nada sofisticado (de 2 ó 3 hojitas) muy personal. Un boletín a los amigos explicando lo que estamos haciendo en este mes: en un CCD, otro que se abre, estamos tratando de organizar esto ahí; pequeñas informaciones, hemos recibido tal material, estamos haciendo tal otro. Si hacemos llegar a esa gente, a esas fichas que quedan, esa carta, esa información, la gente lo agradecerá. No tenemos que andarle diciendo a la gente que venga o no. Ellos verán. Sólo les informamos. Luego la gente llama y agradece. Y eso pasa porque hay mucha gente que nos mira de reojo y se pregunta en qué andamos. Y ahí circula esa información que damos, amable, ninguna barrera ni líos. Y no tenemos ningún resultado evidente. Pero si creamos esa atmósfera alrededor nuestro en determinados momentos se verá como alguna gente apoyará en unas coyunturas y se retirará después y otros apoyarán en otra. ¿Por qué? Porque son simpatizantes. Si vamos sólo con mentalidad de regeneración eso no tendría sentido.
Si pudiéramos tirar las fichas inútiles y organizar ese boletín mensual y mandarlo a mucha gente sería una eficaz ayuda.
Esas dificultades de ahora de aplicar la energía de los sectores, las volvemos a nuestro favor. Buscamos aplicaciones útiles en este momento. Así que de qué hemos estado hablando? De CCD en marcha con un pequeño staff, para llenarlos con gente de la calle. De las comisiones. De las funciones. Del nuevo modelo de orientador. Y también de qué pasa con el medio que nos rodea, muy perturbado, quizá se perturbe más aun y las referencias caigan. Situaciones peligrosas en algunos casos.
Un periodista me preguntó: ¿Qué pueden hacer Vds. en Mogadiscio? Pues, nada. ¿Y en África, con toda esa gente que pasa hambre? Pues, nada. ¿Y en Yugoslavia? Pues, nada. Parece que eso no le gustó nada. Pero nosotros no estamos para dar conferencias en los lugares de conflicto. No tenemos ahí poder de decisión… En medio de los tiros qué hacemos? decir: «Paren todo, que hablo». Y el periodista siguió; ¿Y aquí qué pueden hacer? Tampoco nada. La cosa es que en el instante en que la cosa está tan mal, no se puede. Y en otros lugares tampoco, porque la gente no te va a creer. A menos que la cosa tenga un cierto desorden progresivo que lo propicie. Hay que entender que esto no lo planteamos en términos de éxito, sino porque nos parece bueno y coherente y ojalá se nos sume más gente.
Pero aquí no hay ninguna necesidad nuestra. Las cosas irán en una dirección u otra según lo que la gente quiera hacer, lo que quieran hacer los conjuntos humanos.
No lo planteo en términos de éxito, sino como adecuación de la actividad humana a aquello que es coherente para uno y los conjuntos humanos. La diferencia con los demás seres humanos es sólo en la intención. Y en cuanto a que se pueda cumplir o no, dependerá de las acciones. Quizá el periodista pensaba en otra metodología, vieja. Nosotros creemos que tiene derecho a continuar aplicándola, pero ellos también deben dejar paso a las nuevas metodologías. Ojalá viejos militantes se nos sumen.
No estamos en la de discutir, sino en la de converger, en la de cómo ponerlo en marcha. Y ahí vamos. No hay mucho más. Veremos qué pasa. Qué podemos hacer en ese lío general. Que no está todo tan mal. Hay avances. No es esa época apocalíptica. La cosa es ver qué dirección va a tomar todo. Y la gente se pondrá en marcha o no y podrá acompañarnos o no.