Buenos Aires, 25 de Noviembre de 1991
Encuentros del 20 de Diciembre de 1991

 

 

Tema: Atención a los invitados.

En el material «(r)A quien invito?» que, según calendario deben estar trabajando esta semana (24-30), nos ocupamos de la confección de listas de personas conocidas a las que es posible invitar. Nos ocupamos de implementar un modo que nos facilita a nosotros, abrirnos a la comunicación y llegar a la gente. Hecho el trabajo de las listas es imprescindible sumar nuestra motricidad y tendremos un número importante de invitados.

Ahora, vamos a sugerir otra implementación para asegurarnos que nuestros invitados están bien atendidos.

En la anterior convocatoria hemos llevado gente bastante próximaa nosotros. Ahora queremos doblar la cantidad de asistentes: por tanto, esta vez habrá una cantidad de gente importante (en principio, casi la mitad de los asistentes) que no e muy próxima. Es decir, contaremos con una compositiva diferente a la anterior. Estos actos no serán tan de entrecasa.

Por otra parte, en la evaluación de los actos pasados consideramos «flojo», mediocre, el aspecto «atención a los invitados». Advertimos, por ejemplo, que algunos estuvieron solos la mayor parte del tiempo, que otros no entendieron bien de qué se trataba la reunión; que otros se sintieron solo espectadores.

Estamos considerando un porcentaje de gente. La mayoría se sintió muy bien, se comunicó y estuvo fenómena. Pero no perdemos nada y acaso ganamos mucho si intencionamos mejorar la atención a nuestros invitados.

Todos nosotros podemos tener en claro que, en el momento en que nos parezca oportuno, vamos a tocar tres temas con nuestros invitados. No en actitud de dar una reunión informativa, sino para dar un sentido a la charla y dejar algo en la cabeza de la gente.

Esto es muy fácil de hacer y no tiene por que quitar espontaneidad a la conversación. Normalmente, cuando habla un grupo de gente, la conversación no tiene rumbo y alguien, uno cualquiera, monopoliza la atención con cualquier tema. Esto produce irritación en otros y se generan discusiones. Esto es lo habitual en los grupos del sistema.

Lo que ocurre entre nosotros es otra cosa. Pero esta vez habrá gente no tan próxima a nosotros, porque vamos a invitar a personas que conocemos sólo de vista o con las que tenemos un trato, hasta ahora, distante.

Lo primero será que dispongamos de entre una y dos horas para estar con la gente invitada. En ese tiempo los presentaremos, hablaremos de cosas generales, procuparemos que ellos hablen, etc.

En algún momento de la conversación meteremos los 3 puntos: 1) una explicación sobre este tipo de reunión en la que estamos participando. La idea es hacerles caer en cuenta de que estamos comunicándonos. 2) Una breve: breve explicación de el Movimiento y 3) el comentario de que estos actos se están realizando en todas partes y que en marzo o abril Silo se va a referir a la situación social y a las perspectivas del ser humano.

Insistimos en que la idea no es dar una informativa ni, mucho menos, hacerle fichas a la gente. Se trata si, de responder a una inquietud que quedó en algunos de los invitados la vez pasada, y que va a volver a presentarse al ir, esta vez, gente no tan próxima: «(r)Por que este tipo de reuniones donde solo se conversa? Esto no es habitual», O bien: (r)Para que hacen esto? O bien: «lo de ustedes al fin y al cabo, (r)que es? (r)que hacen?».

Suavemente, en algún momento, mientras traigo unas empanaditas o sirvo un jugo a los invitados; después de un chiste, livianamente, meto una reflexión, busco que participen, doy más explicaciones, dejo que opinen o pregunten y voy al tercer punto.

No queremos captar (no ahí en el encuentro), no queremos discutir (más bien somos moderadores, conciliadores de posiciones), pero de algo tenemos que hablar y, entre otros temas, un poco de lo que da sentido.