En algunos consejos se vienen haciendo, con buen resultado, encuentros sociales en locales específicamente destinados a eso. Se hacen un sábado por ej., y se instala una especie de barcito donde se venden café y sandwiches no con la idea de sacar plata, sino para pagar el alquiler del lugar. Son encuentros «porque sí», en los que participan el medio inmediato, amigos, contactos, etc. Podría pasar que los nuestros pensaran usar esos ámbitos para hacer esclarecimiento, y entonces el resultado sería distinto del esperado en el sentido de hacer plegamiento. En Roma, por ej., alquilaron un local para eso, y cuando se encontraron con que habían juntado unas 200 personas, quisieron aprovechar la volada, y dividieron la gente en grupos para esclarecerla, con lo que después de eso ya no quisieron volver más que unos pocos.

Pensar así responde a una ideología ya vieja: la de que «las ideas atraen». Hay que reemplazar la palabra «ideas» por la palabra «personas», y entonces diremos «las personas atraen». Responde también a un concepto utilitario que no corresponde con lo que queremos hacer. Por ej., uno puede creer que esto no va a significar crecimiento inmediato para su línea, y entonces decirse que si pasa el colador y esclarece más firmemente, de esos 200 que han ido, se puede quedar con 20 buenos. Puede ser, pero en ese caso se pierde a los otros 180. En cambio, si deja que se produzca ese acercamiento sin forzar, no sólo van a entrar seguro esos 20, sino que los otros también se van a ir esclareciendo e integrando paulatinamente.

La gente puede venir a esos encuentros simplemente porque gusta de ese tipo de contacto con otros. No es cierto que el sistema les ofrezca otras alternativas interesantes. ¿Que puede hacer la gente un fin de semana? ¿Ir al cine o ir al bailar? Y cuantas veces sin aburrirse? No se puede decir simplemente que la gente va poco al cine o a bailar porque no tiene plata. No van porque no la satisface lo suficiente.

Esos encuentros tienen una ventaja extra, una yapa: ahí desaparecen los niveles, no hay niveles.

El único requisito para plegar gente alrededor es que haya un núcleo fuerte, un núcleo atómico alrededor del que se puedan sumar electrones, un centro de irradiación al que la gente se va quedando pegada. Si no es así no va a andar, porque no se puede sumar lo informe a lo informe. Todo esto se parece al trabajo que hicimos con la Comunidad, con la diferencia de que en aquel tiempo no teníamos estructuras como las de ahora, no contábamos con estos núcleos de los que estamos hablando.

Además de esos locales, estarán los locales propios de las líneas donde se desarrollan nuestras actividades, nuestras reuniones, ya con encuadres más precisos. ¿Donde estarán esos locales? Hemos dicho que en lugares de gran concentración, pero ¿en qué lugares de concentración? ¿En los lugares donde la gente trabaja, en la zona de las oficinas por ejemplo, o en los lugares desde donde la gente vuelve a sus casas? Se puede decir que para volver a sus casas la gente toma el colectivo a mitad de camino… Bueno, como sea! Habrá distintos casos, pero si pudiéramos elegir, nos instalaríamos más cerca de las casas que de los lugares de trabajo, más cerca de los lugares «hacia donde vuelven», que de los lugares «hacia donde van».
Tendríamos que atender a estos pocos detalles, y a este otro de hacer con la gente aquello que le dijimos que íbamos a hacer y no otra cosa.

Detalles de calendario

En Argentina, en Abril próximo vamos a hacer la conferencia de presentación del Mitos. No va a poder ser en la Feria del Libro, porque ahí nos ofrecen una sala con capacidad para 500 personas, y si metemos 3000 ya vemos los titulares de los diarios del día siguiente: «Asalto a la cultura», por ej. Tampoco aceptan la alternativa de hacer algo en el estacionamiento, etc., entonces vamos a sugerirle a Planeta que vuelva a solicitar la sala del Teatro San Martín en la que hicimos la presentación del Contribuciones, añadiendo el hall de ingreso en el que colocaríamos monitores. Con eso duplicaríamos la capacidad de la sala y llegaríamos a los 3000 que queremos.

Si lo del San Martín no saliera, podríamos hacerlo en el Teatro Rex que tiene también esa capacidad aproximada. (Como es donde se hacen los recitales de rock, de paso les daríamos también un golpe a los rockeros de las «grandes movilizaciones»). En cualquier caso habría un presentador de la editorial que hablaría unos 18 segundos para decir «los dejo con el autor», y punto.
La firma de libros sí podría hacerse otro día en la Feria, en el stand de Planeta, porque ahí el número de gente que iría no sería tan alto. Estarían los 5 libros de la colección (incluyendo Autoliberación), pero sólo uno firmaría libros, y por supuesto que no firmaría el Autoliberación porque no es de uno.

Ya a comienzos de Agosto (más o menos a un mes de las elecciones de Setiembre) haríamos otra conferencia en el Luna Park, esta vez con 6000 personas, y con flashes de TV. Acá ya habrá un presentador que diga otras cosas.

Y en Diciembre, ya pasadas las elecciones, una vez que algunos se hayan bajado del caballo, otros estén calculando qué van a hacer con los puestos y cómo se van a repartir la guita, a otros los esté retando la señora porque no sacaron más votos… en fin, a comienzos de diciembre haríamos otra presentación en la cancha de Boca con 20.000 personas (con camiones, colectivos, las doñas tomando mate… todo!). Ahí también vamos a invertir en difusión.

En este caso también el presentador dirá algunas cositas de interés. Uno se imagina el estadio con las tribunas, el campo de fútbol, y en el medio de la cancha, ahí en el medio, una mesita, una silla y un vaso de agua para el conferencista. Va a ser totalmente ofensivo. Nada de estímulos perceptuales! No sé si habrá serpentinas, luces o lo que sea antes de empezar, pero nada de escenarios ni espectáculos: deslucido para vejarlos más.

Ellos van a creer que queremos apuntar a las elecciones presidenciales del 95. ¿Qué nos puede importar eso? Ellos van a temer el síndrome Fujimori, y nosotros vamos a agitar la pañoleta y a hablar algunas ambigüedades para que crean lo que quieran.

Lo que nosotros queremos en realidad, es pontificar y crear un polo. Y creo que con eso de Boca podemos empezar a hacerlo.

Los tiempos y el contexto han cambiado mucho. Nuestros planteos ya no son tan incomprensibles o «descolgados» como hace 10 años. Ya no parece tan difícil hacer esas convocatorias. Así es que fuera de otras muchas cosas que hagamos como misiones, crecimientos, etc., por acá tendremos para este año este calendario simple que será bueno que los nuestros vayan conociendo:
Abril: Feria del Libro (Teatro San Martín, u otro)

Agosto: Luna Park

Diciembre: Boca

 

Buenos Aires, 4 y 5 de enero de 1991