Rio de Janeiro
Julio de 1989
Chalas informales
Estos apuntes fueron armados posteriormente a las charlas informales sostenidas en Julio de 1989 con el Negro, en Rio de Janeiro.
Tienen sólo el cáracter de anotaciones.

 

Acerca del proceso de mundialización creciente.

El panorama mundial actual no presenta ya el carácter mandórlico que hasta hace unos años tenía el poder, en el que USA y URSS constituían los principales polos de tensión. Hoy estamos en presencia de un escenario de poder diferente, un escenario policéntrico, cuya tendencia creciente es la de la mundialización.

Hay pueblos, como los europeos, que tienen una gran acumulación y que hace ya un tiempo que vienen pensando en términos de proceso, que vienen desarrollando una visión procesal.

Alrededor de los años 30, surge un grupo de europeos que, a partir de la comunidad del acero y carbón, visualizan un proyecto de 50 años plazo: el proyecto de la Comunidad Económica Europea. Y los Europeos se empiezan a mover con ese proyecto.

Son pueblos con una visión procesal, que van superando muchísimas dificultades al ir apuntando hacia su objetivo. Van dando pasos de acercamiento, de integración económica, arman su parlamento común, van barriendo sus fronteras, etc.., etc.. Y la imagen está por completarse, en 1992.

Este proceso de unificación creciente, ha contado dentro de sí con algunas resistencias, especialmente con las resistencias que ha puesto Inglaterra. Efectivamente, Inglaterra ha hecho resistencia al tema del desarme, a la integración económica, a la incorporación de nuevos miembros a la Comunidad, Etc. Inglaterra es un país en el que durante mucho tiempo el modelo conservador funcionó eficazmente, que tiene su inercia, pero que ahora ya no sirve para seguir avanzando. El modelo conservador, que le fuera tan útil, constituye ahora el principal freno frente al avance europeo. Y no podrá durar mucho más, puesto que toda Europa empuja en otra dirección.

A partir de 1992, cualquier ciudadano europeo se podrá mover con toda libertad por el territorio de la Comunidad, trabajar en cualquiera de sus países, etc.. En dos años más, entrará en funcionamiento el tren submarino que conectará Londres con París en dos horas. Y el mismo pueblo inglés comenzará a conectarse cada vez más con Europa. No será raro que los ingleses tomen el tren, como quien toma al metro, y se bajen en la próxima estación, París. Que allí sean mejor remunerados por su trabajo, y que por la tarde, o por el fin de semana, regresen a su casa en Londres. Con la velocidad que está tomando el proceso europeo, los ingleses van a tender a irse a otros lados, a menos que Inglaterra cambie. Y Tendrá que abrirse para darle mejores posibilidades a la gente.

Además, la relación de Inglaterra con USA se está modificando. Desde la Segunda Guerra, la puerta de ingreso a Europa para USA era Inglaterra, su aliado. Ahora eso ha variado. Los yankees van directamente a Alemania, firman sus tratados, y de allí se pasan a comentarlos con el gobierno inglés. USA está preferenciando a Alemania en su relación con Europa y ésto también los empuja a sumarse al proceso.

En la última elección al parlamento europeo, los laboristas, que están más abiertos al proceso de integración, tuvieron mejor votación. Por otra parte, las privatizaciones han dejado a las claras que el esquema neoliberal no funciona.

De modo que Inglaterra se encuentra frente a la disyuntiva de un modelo conservador que en el pasado fue muy eficaz pero que ya no lo sigue siendo, y un proceso de integración cada vez más acelerado con una Europa que abrirá sus mercados al Este a partir de 1992.

El proceso de mundialización que estamos viendo avanzar, aunque cuente con algunas resistencias, está transformando los sistemas de poder, que ya no están concentrados en dos grandes polos. Hoy los sistemas de poder se han modificado considerablemente. Hoy el mundo es policéntrico.

A partir de 1992, no sólo se completa el proyecto en que viene trabajando Europa durante estos últimos cincuenta años, sino también se ensambla con el proceso del Este.

Los pueblos del Este, y especialmente los rusos, son pueblos con una visión procesal. Y entre ellos surge Gorbachov, proponiendo una imagen a largo plazo y reformas que apuntan a las modificaciones profundas del sistema.

Así como Inglaterra ha hecho más resistencia que otros países europeos al proceso de unificación, así también algunos países satélites del Este están haciendo resistencia al proceso que ha puesto en marcha Gorbachov.

Hay países satélites de la URSS, como Bulgaria por ejemplo, que se resisten al intercambio, cercan sus fronteras, y que probablemente serán sobrepasados por los mismos hechos.

Esas posturas regresivas, ¿qué podrán hacer frente a tratados de intercambio comercial a gran escala? -¿Cómo van a controlar sus fronteras cuando sean toneladas de mercaderías las que se transporten diariamente del Este a Europa y de Europa al Este? – ¿Pretenderán controlar con una cerca, con un guardia fronterizo, con un perro policial, un intercambio económico que producirá innumerables consecuencias prácticas? – ¿Atocharán los caminos controlados lo que contiene cada camión? – ¿cómo pretenderán frenar un proceso de integración cada vez mayor?

Los mercados se van a abrir hacia todos lados, las economías se van a integrar velozmente, aunque inicialmente algunos se resistan. Pese a ellos, la dirección que irremediablemente se abre paso es la de la mundialización.

Estados Unidos también está en la dirección de la mundialización, aunque se mueve con una visión pragmática y no con una visión procesal. La visión pragmática atiende a lo perceptual, a lo inmediato, es una visión corta de los procesos, y da respuestas de coyuntura frente a lo que percibe. Esta visión inmediata y perceptual corresponde a la ideología del pragmatismo, que no difiere respuestas a largo plazo, que no mide las consecuencias de la acción en el tiempo, que responde coyunturalmente. Sin embargo, con esta visión pragmática, USA ha ido dando respuestas acertadas desde el punto de vista de la mundialización.

Los yankees han atendido a lo más inmediato, a lo perceptual, a sus fronteras por el norte: a Canadá. Y comenzaron a barrer los límites con Canadá en base a intercambios económicos fructíferos, capitales que van y vienen, inversiones, productos, que en lo inmediato fueron aciertos económicos pero que no responden a un proyecto mayor a largo plazo.

En Canadá se hizo recientemente un plebiscito en el que se aprobó el barrido de las fronteras económicas con USA, formando un área integrada que contribuye al proceso de mundialización.

Entonces USA comienza a dirigir su atención hacia la otra frontera inmediata que percibe, la frontera con México, realizando allí inversiones y destinando capital hacia lo perceptual cercano. Después de Canadá, el intento de USA es México, apuntando a corto plazo a levantar la economía mexicana para integrarla a la norteamericana, sin mediar las consecuencias que ello puede tener.

Porque, ¿qué pasaría si los yankees dejaran una cagada en Centro América? Centro América es un polvorín, de suma inestabilidad, y en cualquier momento los yankees podrían armar ahí un despelote.

– ¿Qué pasaría entonces?

Por solidaridad de pueblo, los mejicanos podrían resonar de inmediato en apoyo a Centro América, dando la espalda a los yankees.

Sin embargo, hay que tener ojo al ponderar estas variables. Recordemos que muchas veces el factor económico puede más que la solidaridad entre los pueblos. Que en esta época el dinero es el que «hace los milagros».

Y los pueblos latinoamericanos han dado, hasta ahora, muestras de muy poca solidaridad.

Recordemos por ejemplo, lo que pasó cuando acordaron negociar en conjunto la deuda externa; cómo México se olvidó rapidito del acuerdo tomado y salió a renegociar por su lado, pagando todos sus intereses y olvidando al resto de los países latinoamericanos endeudados.

En todo caso, si en Centro América se llegara a producir un, estallido fuerte, no sólo México, sino todo Sudamérica podría volcarse en contra de USA. Son variables que debieran comenzarse a ponderar.

En todo caso, pese a las respuestas coyunturales de los yankees, inmediatistas y pragmáticas, igualmente ellos han ido haciendo sus aciertos en lo que se refiere al proceso de mundialización; aún cuando sean respuestas que se dan desde una mentalidad distinta a la que se mueve en base a consideración de procesos a largo plazo.

También desde otro mate, los japoneses han ido trabajando en la dirección de la mundialización. Más por mímesis y tropismo a la propia sobrevivencia, que por una visión procesal como puede ser la europea o la que campea en el Este.

A partir de la Segunda Guerra mundial, las cuatro grandes familias japonesas, los cuatro grandes clanes de shogunes, comienzan su intercambio con USA, comienzan el proceso de industrialización del Japón y, en pocos años, no sólo lo han puesto en pié sino que se convierten en una fuerza competitiva formidable que se abre a todos los mercados. Tienen una capacidad de mímesis que les permite tomar las formas propias de Occidente, sin por ello perder su estructuración e identidad.

Recientemente, la respuesta que han dado los japos frente al poder que ha ido cobrando la banca, ha sido formidable. Ellos montaron la banca no desde los grupos económicos, sino desde los grupos industriales. Desde los mismos clanes de shogunes, que se han convertido en clanes industriales, montan la banca y la controlan desde la industria, haciéndola competitiva a escala mundial.

Son respuestas que ha ido dando otra cultura, fuertemente estructurada, pero que también ha contribuido al avance del proceso de mundialización.

Por otra parte, en el África, vemos que la fuerza de las correntadas tribales abren también paso al proceso de complementación, por encima de las arbitrarias divisiones administrativas. También en el África, aunque muy primitivamente, se va entrando en una suerte de sintonía común.

Al parecer, este proceso de mundialización cada vez más veloz, desgraciadamente no ha sido comprendido por los gobiernos latinoamericanos.

Latinoamérica en realidad está en otra situación. Está en un proceso acelerado de torpeza creciente.

No es que simplemente acá las cosas estén saliendo mal. No es que nuestro continente haya sufrido catástrofes. No, acá ha habido torpeza tras torpeza, en aceleración creciente.

La última vez que en Sudamérica ocurrió algo interesante, fue el día en que asumió el poder Alan García en el Perú, y declaró que hasta que su pueblo no tuviera pan, no pagaría la deuda.

Todo Latinoamérica sintonizó entonces hacia allá, expectante, esperando que ese hombre joven levantara una nueva respuesta. Fue la última vez que Latinoamérica entera sintonizó esperanzada. Alan García pudo haber sido una suerte de Gorbachov sudamericano. Pero no. Todo salió mal, muy mal. Y va a terminar peor.

De ahí en más, luego de lo de García, todo ha ido saliendo mal. Y ni siquiera se trata de catástrofes. Se trata de la aceleración de la torpeza. Tanta torpeza, que ya no se ve que otra cosa peor puede llegar a pasar. Pero cada vez nuestros países vuelven a dar sorpresas en términos de nuevas torpezas.

En lo que llevamos de este año solamente, para no considerar hechos anteriores, tomando en consideración sólo la primera mitad de este año, vemos que se ha producido los desbordes sociales en Venezuela no bien se da el cambio de gobierno; la ingobernabilidad total del Perú con su tremenda escala de violencia y terrorismo, el Sendero Luminoso, etc.., el narcotráfico en Ecuador y Colombia; la violencia creciente, el deterioro económico y ecológico en el Brasil; la crisis económica y los desbordes de Argentina, la forma en que terminó Alfonsín y la elección de un peronista que organiza su gobierno en base a un esquema neoliberal; los militares y sus últimas medidas en Chile; en fin, que no hay un país donde no la hayan hecho mal.

Los gobernantes de Latinoamérica se han desconectado de su pueblo. Se mueven en la «city», entre blancos que tienen como centro de referencia a Europa o USA, en ciudades circundadas por la miseria, donde acuden los morenos en busca de oportunidades que no encuentran. Esos gobernantes no han entendido la dirección del proceso, la tendencia a la mundialización creciente. Y este continente se va desfasando del proceso, se va quedando atrás, no surgen nuevas respuestas.

Una nueva respuesta necesariamente debería ir en la dirección de la mundialización, y para ello este continente tendrá que dar con un nuevo modelo. De acá deberá surgir una respuesta propia, acá no se podrá hacer lo que se ha hecho en Europa, el Este, USA, Japón o el África. Son situaciones diferentes.

Si en la búsqueda de ese modelo, se regresa (como es muy posible) a una suerte de chauvinismo sudamericano que nos encierre mas aún en esta zona, se estará cometiendo una torpeza de proporciones, la torpeza final.

Un nuevo modelo tendría que estar enfocado con visión procesal y estar abierto al mundo, a su situación creciente de distribución policéntrica del poder.