Buenos Aires
19 de mayo de 1989
Hay que atender a los procesos más globales, el del sistema y el nuestro.
En el proceso del sistema se advierte que hay una elección presidencial en donde las numerosas fuerzas políticas del país se han reducido. Algunas agrupándose en frentes y otras desapareciendo (en elecciones anteriores había 20, ahora 7).
Ha habido una reducción de fuerzas, y desde luego, como era una elección presidencial, e incidentalmente, legislativa, la relevancia mayor la han tenido los partidos mayoritarios que podían meter un presidente.
Todo eso además, en una situación muy crítica. Una crisis económica, cultural, en el sistema jurídico, en el sistema político.
Entonces, la población no ha elegido en paz, sino urgida por temores de todo tipo (económicos, políticos, etc.). No obstante eso, la polarización ha sido menor que en otras elecciones. Comparando cifras, se llegó al 80% entre los partidos mayoritarios. En el 83 fue del 90% y el 73, fue del 97%.
O sea, crece lentamente un proceso de dispersión del voto. Empieza a marcarse la tendencia a romper la polarización.
Otro tema importante: La fidelidad de las fuerzas tradicionales ha disminuido, el voto al peronismo siempre fue fiel, a pesar de las vicisitudes del líder del partido. En el 83 ya no fue tan fiel: Alfonsín se llevó una parte. Antes sí. Por ejemplo, con el voto en blanco.
Cuando se instaló la democracia formal en el 83, el peronismo pierde, disminuye la bipolaridad, y disminuye la fidelidad a una tradición de votos.
La UCR desacreditada por el ejercicio del gobierno ha tenido que hacer grandes esfuerzos para mantener votos, pero no se vio fidelidad al presidente y al partido, al contrario, se intentaba demostrar que el candidato no iba a seguir los lineamientos que el partido propiciaba.
Se abre un espacio para nuevas fuerzas energéticas. No sabemos si ésto va a ser tendencia; pero sí que se ha roto la rigidez. En Santa Fe, por ejemplo, con Rosario no hubo fidelidad.
Respecto a lo que va a pasar:
El sistema tiene muchos esquemas, no hay que hablar de crisis del sistema, sino de la crisis de algunos esquemas. El esquema corporativo, que aparentemente estaba llegando a su fin, nuevamente se ha fortalecido aquí.
Al fracasar una gestión de gobierno, que ellos identificaron con la democracia, la gente ha pensado que fracasó la democracia; y entonces vuelve un esquema del pasado, el corporativo.
Estas fuerzas empiezan a estrechar filas en torno al presidente electo que es un genuino representante corporativo, y lo peor de todo, se impone por voluntad popular, lo cual preanuncia problemas.
Se pueden presentar escenarios futuribles.
Si el esquema corporativo, que tiende a imponerse, va a fortalecer el esquema de los años 40, con un aumento de la productividad agrícola-ganadera, eso será una gran marcha atrás.
Si la revolución productiva de Menemáse entiende como un aumento del sector agrícola-ganadero, el país revienta, seremos más pobres.
Esto, por la situación mundial y la situación interna, porque para hacerlo, va a tener que importar muchos insumos y gastar mucho combustible y vamos a exportar elementos primarios, como grano y carne. Esta producción va a chocar con mercados donde esos productos tienen poco valor. Vamos a producir más que antes y vamos a perder plata.
Sería homogéneo, con ese revivir de la corporación, volver a la producción agrícola-ganadera. No estamos seguros de ésto, por cuanto Menem ha dicho que va a poner al frente de la producción a las fuerzas armadas. Podría ser por lo menos mixto, alguna industrialización.
Ha dicho también que la educación va a ser consultada con la iglesia, o sea que dirá la iglesia quien será el ministro de educación.
Así que pareciera que algo de industrialización podría darse. Esto sería otro escenario futurible. Es el agropecuario más armas. Es decir, que podría ser un esquema corporativo agiornado.
Y en ambos casos, el problema de la burocracia, siempre (Es un problema de este país, muy serio).
En rigor, en análisis serio, el esquema corporativo y la revolución productiva, no son compatibles.
En la Argentina, con un sistema presidencialista, el presidente es fuerte, por lo tanto va a ser decisivo lo que él haga.
Se ha impuesto un esquema agotado y ésto es una contradicción importante.
El pueblo ha votado un esquema agotado, sencillamente porque vota entre opciones, como reacción al desastre producido por la democracia formal, ha votado a una vuelta al pasado, y es responsabilidad entre la UCR, que fracasó, y quién tiene la culpa de que un esquema agotado se revitalice y las corporaciones.
El pueblo ha sido chantajeado, se lo ha dejado sin opción, ha votado no por fidelidad, sino por asfixia.
Ahora nosotros: estamos en un tránsito, en estas elecciones nos encontramos en un momento de proceso en que estamos transitando desde el Movimiento hacia el organismo.
Estamos tratando de desprender desde el Movimiento a los organismos políticos. Los partidos existen sólo formalmente, recién se están construyendo. En ese momento de proceso estamos y tenemos que definir el carácter del partido.
Hay una cantidad de cosas que nos muestran cambios importantes. El PH se lanzó con un carácter contestatario y sin propuestas, por lo tanto electoralmente, plegó al electorado contestatario. Con ese elemento se puso en marcha.
Ahora se hizo un cambio muy importante: la estrategia de esta campaña fue no criticar. Hacer propuestas, dirigirnos mansamente a un electorado más estable, y buscar un espacio de centro-izquierda.
Los votos logrados en esta elección son muchísimos más, porque hemos tirado por la borda quince o veinte mil votos contestatarios, así que el resultado ha sido pasar de unos quince a unos cincuenta mil. Al hacer este giro perdimos votos anteriores, hemos tenido más votos que los que anuncian los guarismos.
Personalmente, pensé que podíamos sacar menos votos que antes al hacer el cambio; si hubiéramos sacado diecisiete mil votos, no me hubiera sorprendido.
Al comienzo escandalizábamos a la población, y ahora hemos cambiado el perfil y todo con alto riesgo, por falta de dinero.
Ojo a las fuerzas emergentes como la unidad socialista: o competimos o nos aliamos.
Estamos en transición, el tema es cuál va a ser la propuesta global del PH. Esas propuestas tienen que encajar con el proceso general del sistema.
Hemos cambiado la rueda en el camino y hemos logrado morder, ha habido simpatía, adhesión, apreciaciones favorables, solidaridad, e incluso hemos hecho dudar a la gente, y nos orientamos hacia un tejido social estable y no hacia células aisladas.
Estamos orientándonos hacia el tejido social, que significa correcciones, pasando de un contacto celular a un tejido conectado entre sí. La contaminación que produce ese grupo al cual estamos llegando es mayor que la de las células sueltas.
Achicando más la óptica sobre el espectro político, si trazamos una línea vemos que del centro a la izquierda hay poca gente y estabilidad, y del centro a la derecha hay más gente y más perturbación.
Ahora hay un revoltijo del centro a la derecha.
Esa línea a la izquierda es otro mundo, crecimiento vegetativo y poca perturbación; donde parece fortalecerse la unidad socialista, (que es la derecha de la izquierda).
Hay tanta perturbación en la derecha porque es casi la totalidad del país, y el país está en convulsión.
Si analizamos más cuidadosamente a la izquierda las fuerzas propias del PO han disminuido, también han disminuido las del PC y el MAS; no hay crecimiento de fuerzas propias.
En nuestro caso, me da la impresión que deberíamos atender al crecimiento de las fuerzas propias. No debemos perder la visión militar de la lucha, en el sentido de crecimiento de fuerzas propias. El partido debe hacer sus transformaciones, debe crecer en fuerzas propias.
El PC está equivocado porque trata de sumar notables que traigan votos circunstanciales.
Nuestra concepción es de crecimiento de fuerzas propias en los organismos, cosa que encaja con el crecimiento del Movimiento, no el acercamiento de notables.
Cualquier alianza o frente que hagamos debería ser analizada a la luz del crecimiento de las fuerzas propias.
Como consecuencia de la baja de la polarización y la fidelidad por tradición a un partido, es evidente que se abre un espacio importante para un partido como el nuestro.
Si falla todo este esquema, que encarna las aspiraciones del pueblo ¿hacia dónde va a ir la gente, hacia el PC, al MAS, al PO, etc.? Si queremos que vengan a nosotros, no hay que atacar la sensibilidad del peronista; esa sensibilidad hace que las diferencias que otro partido pueda tener con sus cúpulas, enemiste a las bases peronistas con su partido. No debemos tirarnos con la cúpula peronista. ¡No!
Son corporativistas, ese es el lío con el peronismo. La izquierda tradicional no lo cree así, todos se tiran contra las cúpulas y las bases no los aceptan. No hay conciencia de clase, como cree la izquierda.
Con la izquierda no vamos a hacer dialéctica y haremos vasocomunicancia con la base peronista.
Su opinión sobre las elecciones es que estas elecciones han sido sumamente exitosas; se hizo un giro peligroso de cambiar el electorado, nos hemos insertado en el tejido social.
Esa simpatía que se respira es una respuesta del tejido social.
Lo único que no hemos logrado son los 90.000 votos que queríamos.
En términos estratégicos globales la elección ha sido un éxito.
Las elecciones a futuro
¿En qué vamos a profundizar? ¿Qué esquema económico es el que vamos a plantear?
A la corta a la larga van a quedar en pie dos esquemas: el neoliberal: monetarista, de libre mercado, etc., y el nuestro.
Seguimos sosteniendo que el peligro mayúsculo es el crecimiento del neoliberalismo. El esquema feudal corporativista aunque retorne en este país, va a morir.
Cuando hablamos de crecimiento neoliberal no decimos que va a ser crecimiento necesario de la UCD sino de ideas que bien pueden encarnar la UCR o el PJ. Ejemplo Pinochet: fascismo económicamente liberal, basado todo el desarrollo en la industria alimenticia. Entonces cianuro en las uvas y se le cae todo.
El socialcristianismo y la socialdemocracia están con problemas en América Latina. Alan García que ganó con el 70 % de votos hoy tiene sólo una expectativa del 1 %.
El neoliberalismo es lo que más le conviene a USA. Estas corrientes son ajenas a la realidad latinoamericana.
En el perfil que buscamos debemos acentuar las propuestas. La opción tiene que ser: la entrada de los monopolios para saquear y desnacionalizar, o bien nuestro esquema que está basado en el poder industrial:
– Industrialización a marcha forzada, rápidamente;
– No admitimos las etapas;
– No aceptamos el esquema de países desarrollados y subdesarrollados.
En este país, en Argentina, hay 30 millones de seres, 7 millones en el umbral de la miseria y 3 millones ya jubilados y en la miseria. Entonces, ¿qué vamos a hacer? ¿Vamos a favorecer el agro? ¿A cuánta gente podemos ocupar aunque dupliquemos la producción?
Necesitamos energía para la industrialización, empresas hidroeléctricas y petróleo.
¿De dónde sale el dinero? De la explotación del mismo petróleo y del gas y de una buena ley de inversiones.
¡Debe planificarse qué fábricas, en dónde! No fábricas de caramelos, sino industriales, fertilizantes, acaricidas, petroquímicos, etc. Montar también una industria sobre el agro, pero eso no al centro.
La educación debe estar vinculada a ese modelo industrial.
Con la democracia no se come, no se cura, no se educa, no se vive; con guita se come, se educa, se vive y además se mantiene la democracia.
Y en lo que hace a capitales, va a haber capitales amigos y enemigos. Toda esa neurosis de la especulación es que no hay productividad.
Hay que hablar de un plan de emergencia para la recuperación del país.
No vamos a trabar el desarrollo de la investigación nuclear.
Hagamos hincapié en que la fuga de cerebros es descapitalizarse. Entraremos en las universidades, los estudiantes tendrán que comprender que cuando salen de la universidad ingresan en un mercado de papeles y no a un mercado de trabajo. Tendrán que entender que les conviene el desarrollo industrial; que tienen que seguir nuestra política si les interesa el futuro.
La educación responde al esquema económico, hay que priorizar las profesiones técnicas y los investigadores que vayan en la dirección de la industrialización.
No debemos perder de vista los grandes objetivos: La lucha en con el neoliberalismo; o lo hacen ellos o lo hacemos nosotros. Si la UCD dice: que hace falta moneda fuerte; nosotros decimos: sí, pero tiene que haber industrias. Si dicen: mercado amplio; nosotros decimos: sí, pero con producción y buenos sueldos porque si no, no hay consumo.
Así si se habla de propiedad privada o social, nos parece más justa la social, pero compitiendo con la privada. Nosotros no estamos por cambios por decretos, estamos por la propiedad social, pero ésta debe demostrar que es mejor, por eso debe competir.
Hacer hincapié en el estándar de vida de los trabajadores, quienes son los actores sociales, los productores (trabajadores y empresarios que producen), no queremos mano de obre barata sino que los costos bajen por introducción de la tecnología y que los trabajadores tengan altos salarios (que no sólo cubran las necesidades mínimas sino que permitan crecimiento).
La remuneración debe crecer pareja con el crecimiento industrial, en un sistema productivo, más se produce, más estándar debe tener el trabajador.